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martes, abril 23, 2024

Pronósticos sentimentales 2020

Por María Yolanda García Ibarra

 

Enero se presta para echar una tirada del tarot, recurrir a la bora bora del café o agendar una visita con Juanita la atinadísima vidente conocida de Fulana. Los primeros días del año llegaron con sus tradicionales cabañuelas y fue fácil entrar a sitios web que ofertan claridad para asuntos del corazón, porque aunque soy un poco escéptica ante la pila de opciones en materia de ayuda esotérica, no me queda más que aceptar lo difícil que resulta sortear en solitario algún pronóstico atinado: cualquier ayuda es bienvenida ante el sopor de incertidumbre. Pero no es para menos, sobre todo si consideramos los divorcios en incremento, el amor romántico que no deja de dar la nota roja con noticias de feminicidio y cuando el flirteo en tiempos del like va a la velocidad indescifrable del algoritmo. Sin duda, es difícil especular sobre el porvenir sentimental del 2020 cuando nuestros tiempos son digitales; todo es pax pax pax, aquél que se enamora pierde o corre el riesgo de ser silenciado, eliminado, bloqueado y peor, exhibido.

Decidirse por algún estado sentimental no es menos difícil ante eclécticas opciones ¿cómo entender la complejidad que habita en tantas formas de ser juntos? por ejemplo, está la tradicional relación monógama que habita el sinuoso camino del compromiso con agua de jamaica, besos a medio puente, bancas o parques en tardes de domingo. Claro, también existe lo opuesto y se llama es complicado, va casi siempre acompañado de su juguetón e incondicional cómplice llamado poliamor: ideal para corazones libres o confundidos que no quieren tomar decisiones que puedan poner fin “a la cacería”. Por ahora, sin ánimos de enlistar todo el catálogo, creo que para cualquier modalidad aplica aquello que Elena Poniatowska menciona en el prólogo de Cartas a Ricardo (de la siempre enamorada Rosario Castellanos): “nada le afecta más al ser humano que el aprendizaje sentimental que nos tortura hasta el último minuto de nuestra existencia”. La sentencia es atinada porque como sea que salga el pronóstico esotérico, el viaje al otro no termina nunca e involucrarnos sentimentalmente es contar la historia del náufrago que fue inventada al mismo tiempo que el barco.

A propósito de, Anne Carson en La belleza del marido, un ensayo narrativo en 29 tangos reconstruye la historia de un matrimonio (esa locura triplicada aparentemente normal) para después aventarla poco a poco por la casa en llamas de su poesía. Desde una trayectoria emocional no convencional, susurra pistas al lector para acompañar el aterrizaje hacía otras narrativas de lo amoroso: un espacio de intimidad en el que la voz de ella resuene en la ausencia de él.

“Los celos pueden devorar un corazón completo”

“Tenemos esta profunda tristeza entre nosotros y se expresa con tanta frecuencia que ya no la distinguimos del amor”

“Mi corazón. El corazón de otra. A menudo me pregunto cómo acabó ella”

“Lágrimas no, está diciendo él, no más lágrimas. Pero caen, sin embargo. Nunca quise hacerte daño”

“Bien la vida implica riesgos. El amor es uno de ellos”

Quizá es pronto para confirmar cualquier pronóstico sentimental, no sabemos si seremos amantes misericordiosos que asisten al final de una tradición, Penélopes o Medeas. Si la incertidumbre reina nada tiene de malo recurrir a los arcanos mientras el panorama se aclara, sin embargo es urgente comprender lo importante de repensar con calma nuestros modos de ser-juntos y desde ahí emprender estrategias para sostener con dignidad lo imperfecto. Ojalá que, ante la tendenciosa inmediatez de los días, tomemos en cuenta que emprender con valor cualquier ejercicio sentimental —termine en final feliz o no y más allá de la cursilada— es a todas luces un acto de resistencia necesario para sobrevivir a los días por venir y jamás un arrebato de ingenuidad.

Sporadikus
Sporadikus
Esporádico designa algo ocasional sin enlaces ni antecedentes. Viene del latín sporadicos y éste del griego sporadikus que quiere decir disperso. Sporás también significa semilla en griego, pero en ciencia espora designa una célula sin forma ni estructura que no necesitan unirse a otro elemento para formar cigoto y puede separarse de la planta o dividirse reiteradamente hasta crear algo nuevo. Sporadikus está conformado por un grupo de estudiantes y profesores del departamento de filosofía de la UG que busca compartir una voz común alejada del aula y en contacto con aquello efervescente de la realidad íntima o común. Queremos conjuntar letras para formar una pequeña comunidad esporádica, dispersa en temas, enfoques o motivaciones pero que reacciona y resiste ante los hechos del mundo: en esta diversidad cada autor emerge por sí solo y es responsable de lo que aquí se expresa.

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