Por Diego Armando Villegas Ramírez*
“Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca
al lugar en el que quieres estar mañana” Walt Disney
Estamos arrancando el año, un 2019 que inicia con muchas contingencias como resultado de estrategias de gobierno, con cambios en nuestros trabajos y noticias que nos ponen a evaluar su veracidad, certeza y además tenemos que encasillarlas en si son positivas o negativas, pero con todo el optimismo aprovechamos el inicio de año para arrancar con mayor energía, impulsándonos y acompañando este comienzo de calendario con muchos propósitos por cumplir: ahorrar dinero, leer más, ir al gimnasio, bajar de peso, etcétera.
En verdad y de todo corazón deseo que cada persona cumpla todos los objetivos que quiere alcanzar, pero existe otra verdad que demuestra que en un par de meses nos desmotivamos y regresamos a los viejos hábitos, esto debido a no lograr un autocontrol de nuestra vida.
Para no fracasar en el logro de nuestros propósitos de este año tenemos que hacer un plan y lo primero es convertir nuestros planes en metas; estas metas no tienen que ser demasiado ambiciosas o grandes para empezar ya que si vemos el camino muy largo con una meta muy lejana podemos dar media vuelta y regresar; cada meta tienes sus propios obstáculos, mismos que debemos considerar. Otro punto importante es que no todas nuestras metas tienen un inicio igual o al mismo tiempo, pues comenzar todo al mismo tiempo puede generar estrés innecesario provocando agotamiento de nuestra energía mental y, por lo tanto, disminución de nuestro autocontrol.
Una herramienta fundamental para controlar y administrar nuestros propósitos convertidos en metas es la creación de un calendario donde se indique el inicio, el periodo de las actividades y la revisión de cada meta, hay que recordar que “lo que no se mide no se puede mejorar”, con lo anterior podremos controlar la continuidad de nuestro trabajo para lograr los propósitos y tomar decisiones y acciones más asertivas durante el periodo del desarrollo de nuestras metas, por esto cada objetivo tiene un propósito muy específico que es la razón del porqué debemos lograrlo. Es importante tener muy claro cuál es esa razón principal para lograr la meta y lo que motiva a tomar el camino para esforzarnos en cada paso, así que en nuestro calendario de control de metas debe estar de manera muy clara y sencilla el “qué hacer”, “cómo hacerlo” y “cómo medirlo”; entre más claro sea el paso a paso, menos probabilidad hay de fracasar.
Se puede empezar con un solo propósito a la vez, podemos escribirlo y tenerlo en un lugar visible para recordar día a día las actividades. Lo podemos colocar en la puerta del refrigerador, en el espejo del baño, en la oficina; anotarlo en nuestra agenda o también podemos platicárselo a las personas con las que convivimos más y en algunos casos ellos nos pueden ayudar o nos podrán motivar para avanzar o lograr nuestra meta; reitero, es importante tener acciones específicas y un plan; cada acción nos garantiza ser constantes; el ser constantes es la clave para lograr alcanzar las metas por lo que tenemos que idear un plan de acciones tan simple que sea fácil de lograr.
Tenemos que registrar los avances, evaluar cómo vamos y con esto crear una gran cadena de metas, un plan de acción y el cumplimiento de cualquier propósito llegando a ser las personas que nos proponemos y tener lo que deseamos.
Aprovecho para dejar una lista de propósitos y acciones ambientales con una duración de un mes pero que puede ser un hábito que nos mejore el resto de nuestra vida.
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Recuerda, la sustentabilidad está en manos de todos.
*Diego Armando Villegas Ramírez es Maestro Ambiental, Gestor de proyectos. Correo electrónico: diegoavillegasr@gmail.com
