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viernes, abril 19, 2024

Realfooding y slow food, dos corrientes que nos invitan a una alimentación consciente y sostenible

Platillos ricos, saludables, preparados con ingredientes que vienen de tu propio jardín, amigables con el medio ambiente, entre otro sin fin de atributos. ¿Les suena familiar?

Debo confesar que me ha llamado la atención observar, a través de diversas aplicaciones, las fotografías de platillos deliciosos y perfectos que ofrecen una larga lista de beneficios, y que además de lucir tan apetecibles, transmiten la idea de que al consumirlos estás contribuyendo a la sostentabilidad del medio ambiente, mientras cuidas de tu salud y la de los tuyos.

Ahora veamos, ¿de dónde vienen estos movimientos o tendencias que nos invitan a que consumamos “alimentos reales” conocidos como realfooding, o la ideología que va muy de la mano llamada “slow food”, siendo su traducción exacta “comer despacio”, y cuyo verdadero significado va dirigido al disfrute de la comida.

Con respecto a la corriente slow food, se sabe que surgió en Italia en 1986, como un modo de unir una política de izquierda con el placer gastronómico. Fue Carlo Petrini quien funda dicha corriente con el propósito de defender una buena alimentación, los placeres de la mesa y un ritmo de vida “slow”, en donde más adelante integra conceptos referentes a la calidad de vida en general y la supervivencia del amenazado planeta tierra (Irving, 2008).

Pero hablemos claro sobre esta corriente, ¿qué es lo que nos propone realmente como consumidores?

  • Consumo de productos tradicionales.
  • Adquisición de alimentos de temporada.
  • Sistemas de producción ecológica, entendido como productos cercanos a la zona donde se van a consumir.
  • Disfrute pausado al momento de consumir los alimentos, evitando las prisas de la vida moderna (Armendáriz, 2019).

Analizando las características que definen a este movimiento, es sencillo darte cuenta que es una oposición a lo que comúnmente conocemos como “fast-food” y es en este punto donde aprovecho para hacer mención a la idea de realfooding, iniciativa llevada a cabo por Carlos Ríos, cuyo objetivo es que las personas sean conscientes acerca de lo que ingieren y sepan diferenciar entre comida real, buenos procesados y ultra procesados, apostando por la primera opción. Se considera comida real aquella que ha sido mínimamente alterada por el humano, como lo son alimentos enteros y frescos que llevan menos de 5 ingredientes en su elaboración y carecen de azucares añadidos, harinas o aditivos.

Por otra parte, se entiende por buenos procesados a aquellos alimentos reales que llevan un proceso industrial mínimo, cuyo propósito es aumentar la calidad del alimento aportando durabilidad y seguridad al momento de ingerirlo. Es común que se encuentren envasados y con etiquetas, sin embargo, el número de ingredientes que se utilizan son bajos y en caso de contener azucares y harinas, estas son mínimas.

Y por último están aquellos a los que se les conoce como ultrapocesados, que lamentablemente en la mayoría de los casos son los que ocupan gran parte de la alacena, el refrigerador, y la cocina. Dichos alimentos se caracterizan por estimular nuestro apetito de manera artificial contribuyendo a la aparición de problemas de salud, y no solo eso, se regresa a la problemática de falta de sostenibilidad al momento de crear alimentos ultrapocesados (Rodríguez, 2019).

Considero que es importante ir más allá y hacer conciencia acerca de estos dos movimientos o tendencias que, aunque suenen a moda y que en estos momentos muchas personas se han visto inmersas en las ideas que nos venden a través de distintas aplicaciones, de ser una mejor persona, un experto en la cocina, un súper deportista y, ¿por qué no?, un activista en el cuidado del medio ambiente, estas dos corrientes pueden aportar mucho más si se implementan en la vida diaria y durante periodos prolongados, que conllevan a la generación de hábitos saludables que pueden pasar de generación en generación al llevar una alimentación lenta, consciente y consumiendo alimentos en su mayoría naturales.

No debemos olvidar que México ocupa el primer lugar en obesidad infantil, y que el 73 % de la población adulta del país padece sobrepeso según la FAO. Así también varios estudios han concluido que el problema de obesidad se debe al consumo de una dieta en donde predominan los azucares y la grasa, la comúnmente llamada “comida chatarra” (Alianza por la salud alimentaria, 2020).

Ahora la pregunta es: ¿Qué podemos hacer para integrar a nuestra vida el consumo de alimentos “reales” y que su consumo sea con plena conciencia?

Aquí comparto algunas recomendaciones útiles y sobre todo que no implican un gasto mayor, la idea es básicamente regresar a lo que hacían generaciones pasadas:

  • Idear platillos que no sean muy elaborados o bien recordar las recetas de la abuela.
  • Planificar los que vas a consumir en la semana, incluyendo alimentos de temporada.
  • Realizar tu lista de compras en base a los menús y planificación de la semana (evita alimentos innecesarios).
  • Comprar alimentos “reales”, es decir: verduras, frutas, legumbres, frutos secos, tubérculos, cereales 100% integrales, carnes sin procesar, huevo orgánico, hierbas, especies y semillas.
  • Revisar la etiqueta de los alimentos empaquetados, tomando en cuenta que no rebasen 5 ingredientes, y no sean excesivos en azucares y harinas.
  • Consumir productos locales y cercanos a casa. No es necesario ir a tiendas “trendy”, visita mercados, centrales de abasto, etc.
  • Integrar a tu jardín plantas de olor y hierbas para cocinar. Si lo de la jardinería es lo tuyo puedes tener un pequeño huerto en casa.
  • Designar el tiempo necesario para el disfrute y convivencia social durante tus comidas.
  • Asignar un espacio agradable para consumir tus alimentos.
  • Acudir a restaurantes locales donde hagan uso de ingredientes naturales y de temporada.

*Fátima Daniela Arrona Oliva Nutrióloga clínica. Máster en Ciencias del Comportamiento. Experiencia y formación en nutrición del deporte. Educadora en Diabetes. Docente en las ciencias biológicas, químicas y de la salud, consultora privada. Coach nutricional.

Referencias:

Alianza por la salud alimentaria (2020). La obesidad es alarmante en México, urgente fortalecer las políticas: OCDE. Recuperado de: https://elpoderdelconsumidor.org/wp-content/uploads/2020/01/b-20-seminario-obesidad-y-diabetes.pdf

Armendáriz, J. (2019). Gastronomía y nutrición. Paraninfo. Madrid, España.

Irving, J. (2008). Bienvenidos a nuestro mundo: la guía, Slow food. Recuperado de: http://www.slowfoodib.org/pdf/descargas/N%C2%BA1A-GUIA%20RAPIDA%20Bienvenidos%20a%20Slow%20Food.pdf

Rodríguez, r. (2019). Realfooding: la nueva revolución alimentaria que ha llegado para quedarse. (Tesis de licenciatura). Universidad de León, España.

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