Declaro no tener conflicto de intereses.
Estas semanas de confinamiento por la pandemia del Covid19, está resultando de mucho reto para nuestras familias por muchísimos motivos. Más una de las situaciones que muchísimas mamás están experimentando, es la altísima demanda que les están demandando sus hijos lactantes. Al punto de no sólo sentirse cansadas, sino incluso sentir RECHAZO a amamantar a sus pequeños. A esto se le llama Agitación del Amamantamiento. Que se manifiesta con sensaciones físicas y emocionales en la mamá.
La maravillosa Alba Padró define la agitación del amamantamiento como “el cúmulo de sentimientos de rechazo que afloran repentinamente en la madre lactante hacia su hijo”.
Este cuadro es común en mamás que amamantan a bebés mayores del año. No obstante, este confinamiento y es estrés que representa, ha exacerbado esta situación.
Testimonios como el de estas mamás, nos pueden dar una clara noción de lo que les comento.
Claudia: “Estos días siento que no puedo más con mi lactancia. El calor, el encierro, el peso de Pau que quiere tomar cada 5 minutos, ya me tienen al límite… No quiero terminar así mi lactancia pero me da mucha agitación y quiero llorar cada que me pide. Definitivamente influye mucho el tiempo que estamos pasando, sumando que desde hace mucho yo ya quería destetar. Pau tiene 3.5 años y yo ya no siento bonito que se suba encima y se la pase pegado. Cuando trato de hablar con él y decirle que ya es niño grande, me dice:
<< naaah, toi chiquito>>
¡He estado a punto de hacer destete súper irrespetuoso!”
Enola: “Estos días (con sus noches) no he podido más, mi hija ha estado pegada más que nunca. Pero lo más chistoso y doloroso para mí es que pide mucho de un solo lado. Se jala, se voltea y me lastima. Se me ha hecho muy complicado.
Me siento muy sola, el calor; el no tener la vida normal me está cayendo sobre los hombros y me pesa”.
Jenny: “Hoy ha sido un día difícil. Como la mayoría de los bebés, el encierro lo ha hecho estar pegado todo el día a la chichi. He llegado al punto en el que ya no quiero darle, ya me siento cansada, ¡quisiera salir corriendo! Ya solo tomaba por la noche y ahora no se despega para nada. A mi hijo mayor, le mandaron la tarea y hoy está súper rebelde no quiere hacerla. Hoy le puse a hacerla y – según él – no sabe ni escribir su nombre… ¡perdí la calma y les grité! Les pedí disculpas y ver su carita mientras lo hacía, me lleno más de culpa. ¡Quisiera huir de aquí!
Además, la situación económica de la familia ahorita está por los suelos, así que eso me mantiene estresada, tensa y creo que es lo que les estoy transmitiendo a mis hijos. Me hacía falta llorar y ya lo hice. De plano corrí al baño a sacar todo lo que sentía”
Dani: “Últimamente me da ‘coraje’ dar chichi. Pienso que es el encierro, pero se siente horrible”.
Si tú estás pasando por momentos así con tus pequeños, decirte que, efectivamente, son tiempos complejos… Es importante escucharnos no sólo como mamás, sino también como mujeres… y si me dejan ir largo, como humanos.
Este confinamiento, con todos los retos que representa, nos estresa… tener además la demanda intensa de nuestros hijos, provoca esta agitación del amamantamiento.
¿Qué puedo hacer si experimento rechazo a amamantar?
Sé que el primer impulso es destetar, más no es la única opción y tal vez, la menos oportuna en un momento donde nos tienen enfrente todo el día.
Otras opciones son, pedir apoyo de papá u otro miembro de la familia para hacer el paro. Necesitas descansar, respirar profundo.
Los niños entienden perfecto la intensión de lo que decimos si se los comunicamos asertiva y respetuosamente. Lo importante, es ser consistentes, es decir: “Hijo, necesito estar bien para poder darte tu leche y disfrutar este momento contigo. Y necesito que respetes mi decisión, como yo te respeto y te cuido a ti. Sólo te voy a dar X veces al día. Si lo que deseas es estar junto a mí, podemos abrazarnos, jugar, dormir juntos, sin que tengas que tomar de mi pecho. Así tú me disfrutas a mí y yo a ti.”
Es probable que “hagan berrinche”… y le tememos tanto a ese momento y aún más a la respuesta que podamos tener por el estrés que traemos, que por eso seguimos dando, aunque nos sintamos rebasadas… Sin embargo, es una excelente oportunidad de hacer realidad el cuidado a nosotras mismas.
Si encuentras paz en ti y en tu decisión, la puedes comunicar pacíficamente… haz lo necesario para obtener esa paz antes de hablar con tu hijo…
Obvio, se van a oponer, en nosotras obtienen esa calma, consuelo y, además, dulce alimento… pero sobre todas las cosas, quieren una mamá feliz. Así que llegar a acuerdos, no es imposible.
Busca una red de apoyo donde sepas que puedes externar todo esto que te acongoja sin sentirte juzgada, para que puedas liberar un poco de la presión que está implicando maternar en tiempos de Covid19.
Les mando muchos abrazos, esperando pueda servir de algo estas palabras, pues sé que el peso de la culpa agregado a todo lo demás de este encierro necesario, es demasiada carga para cualquiera.
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