- Publicidad -
viernes, abril 19, 2024

Resiliencia y crisis en los procesos de urbanización

¿Qué tanto el crecimiento de tú ciudad y su gobernanza, influyen en la capacidad con que se afronta la crisis de salud actual? ¿En qué medida la forma de tu ciudad ha influido en el estado de salud de sus habitantes, aumentando su fragilidad?

La Pandemia que enfrentamos nos ha recordado dos graves problemas que hemos padecido siempre: (i) el déficit de servicios de salud pública, y (ii) los altos índices de obesidad, hipertensión y diabetes de la población.

El tema de salud (al igual que la seguridad, la educación, el medio ambiente, etc.), es una materia con una perspectiva transversal; esto es, que su atención implica el ejercicio de facultades y obligaciones de la administración pública en todos sus niveles de gobierno, y una participación y cooperación entre actores públicos, sociales y privados.

La concurrencia de facultades en materia de salud, alcanza también a las obligaciones que le atañen a las administraciones locales (municipales), que en ocasiones parecieran desentenderse; sobre todo si la materia de salud −tanto en suficiencia hospitalaria, como en la salud de las personas−, la relacionamos con los procesos de urbanización y la resiliencia urbana.

Señala la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible, que pensar y planear con resiliencia urbana, implica tener una visión holística de los sistemas urbanos, es decir implica entender la interconexión entre plan espacial de la ciudad, activos físicos (equipamiento urbano), funciones y aspectos socio-económicos. Además, la Conferencia alude a que la resiliencia es una cualidad del desarrollo urbano sostenible que debe ser vista como un motor de desarrollo propio. Surge como evidencia de la necesidad de intervenciones estratégicas, que no únicamente hacen frente a situaciones de choque o tención, sino además pueden dar cuenta de oportunidades para el desarrollo transformacional.

En ese sentido, la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, dispone que las personas tenemos derecho a vivir en ciudades en condiciones sustentables, resilientes y saludables, y los autoridades municipales la consecuente atribución de promover y ejecutar acciones para el mejoramiento y crecimiento de los centros de población, así como promover y ejecutar acciones para prevenir y mitigar el riesgo de los asentamientos humanos y aumentar la resiliencia de los mismos ante fenómenos naturales y antropogénicos.

Así entonces, desde una perspectiva de prevención, como una forma de aumentar la resiliencia de las ciudades, y con una visión amplia y responsable de las facultades que en materia de administración sustentable del territorio tienen las autoridades locales, es posible (i) coadyuven en la identificación de carencia de capacidad hospitalaria como una necesidad de equipamiento urbano específico, y (ii) gestionen los instrumentos financieros y la búsqueda de acuerdos con las autoridades facultadas, que permitan la suficiencia de recursos y la ejecución de los mismos.

En cuanto a las enfermedades como hipertensión, obesidad y diabetes en la población, el Organismo de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat), ha señalado la relación estrecha entre algunos factores urbanos y la inactividad física, la obesidad y los problemas de salud crónicos.

Dos de los factores más notables, son el (i) pobre diseño de vialidades, incompatibles con la movilidad peatonal y el transporte no motorizado (bicicletas), y (ii) un transporte público con graves deficiencias; acciones que terminan privilegiando el uso del transporte privado, con consecuencias en el sedentarismo y la inactividad física, teniendo graves efectos en la salud.

Para la Directora Ejecutiva de ONU-Habitat, Maimunah Mohd Sharif, al respecto de la respuesta a la pandemia COVID-19, señaló que  “Los gobiernos locales de las ciudades y regiones, son los más cercanos a las comunidades. Su resiliencia es nuestra fuerza y fuente de inspiración. Tenemos que aprovechar esta relación especial y creo que juntos podemos discutir las soluciones que necesitamos.”.

Lo dijo muy bonito, no obstante, desde una perspectiva de planeación urbana y una relación directa entre el patrón de crecimiento del suelo público −que no atiende ni prioriza necesidades reales de la población− y la carencia de equipamiento urbano y salud de las personas, los gobiernos locales no han atinado en identificar las necesidades y los padecimientos de los ciudadanos.

Un gobierno local que no gestiona su desarrollo, no identifica ni prioriza sus necesidades, es un gobierno con patrones de desarrollo urbano que acumula riesgos, aumenta poblaciones frágiles, y presiona los servicios públicos y la capacidad de las instituciones para responder a las necesidades.

Martín Barajas Torrero
Martín Barajas Torrero
Becario de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para el Programa de Estudios en Derechos Humanos y Políticas Públicas. Consultor en Ordenamiento Sustentable del Territorio. Abogado litigante en derecho administrativo. Incansable observador urbano, construyendo ciudades proveedoras de bienestar. martinbarajastorrero@gmail.com

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO