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jueves, abril 18, 2024

Romance a la italiana: “Spider-Man: Lejos de casa” (2019)

Spider-Man es sinónimo de la obligación y la dificultad que representa hacer lo correcto, muy a pesar de que en el fondo esto nos aleje de lo que más queremos. Esta virtud martirizante del personaje es lo que lo hace tan fácil de conectar con lectores por ya casi 60 años a través de sus aventuras de Marvel Comics y particularmente es un elemento que sale a flote con las adaptaciones fílmicas: Spider-Man: Lejos de casa, tampoco es ajena a este elemento, pero tiene un problema bastante notable, y que ha crecido en el tiempo en el que he reflexionado la película. Es curioso esto, porque saliendo de la sala de cine solamente era una molestia menor, pero conforme lo reflexiono, no sólo es un asunto de Spider-Man, es también un reflejo de la falta de compromiso y peso argumental en casi todas las películas de Marvel que siguen estos lineamientos.

Lejos de casa, no es ajena al tono de su anterior película, un tono humorístico y adolescente enfocado en reflejar las dinámicas de esa edad con un humor atinado y que además dejaban ver a un cast repleto de personas multiculturales, dando un atisbo semi real a la situación de Peter Parker. Aquí el hecho de que este salga de su zona de guardia en Estados Unidos Queens es también un momento de descanso de este tras los sucesos de las pasadas películas, y en donde recuerda que es un adolescente y quiere vivir, tener amigos, tener novia.

En el caso de la pareja sí es algo extraño de que de pronto Peter tenga sentimientos hacia una Mary Jane a la que en la película anterior jamás le prestó atención (siendo este un recurso humorístico bastante agraciado), pero que ahora se desvive por ella, pero una vez superado esto, las dificultades que va teniendo en el viaje son lo más notorio y que desenvuelven un romance logrado por la química y rareza de los dos protagonistas, lo cual es bastante inusual que una película de estudio presente un romance entre “fenómenos” sin llegarse a burlar de ellos y lo que son, sino que al contrario, abrazan ese elemento y juegan en cómo se sienten atraídos.

También es un gran logro, la aparición de Misterio en la pantalla grande. Chris McKenna Erik Sommerlogran entender la dinámica del personaje: que es un ególatra que se considera más inteligente de lo que aparenta, no por nada logrando simular ser un superhéroe en tiempos de necesidad de estos tras el ataque de Thanos, y que vilmente logra hacer sentir empatía hacia Peter Parker e incluso le aconseja en diferentes cosas respecto a su vida personal. Jake Gyllenhall entrega un gran Quentin Beck, logrando establecer dos personajes distintos como lo son el perfeccionista patán y el héroe que casi casi tiene la barbilla de nalga y parece un cliché andante. También es cierto que John Watts ha logrado entregar escenas memorables en la filmografía del arácnido, un punto mucho más superior que la pasada entrega, pues logra un dinamismo y frenesí entendible y creativo, particularmente hacia el uso de Misterio en una película.

Todos estos puntos son los que hacen que salgas con una sonrisa en el rostro tras ver Spider-Man: Lejos de casa… pero hay un detalle que va rondando por tu cabeza y es la falta de aprendizaje del personaje respecto a las demás entregas, y todo por Tony Stark.

Obviamente el acercamiento hacia Stark se da como una respuesta a públicos de diferentes películas, siendo que el personaje se volvió el emblema de la compañía -irónicamente desplazando a Spider-Man– y que este tuviera empatía hacia el arácnido durante los sucesos de Civil War. Volverse el mentor de Spidey no suena tan descabellado, pero también es que la película abusa de esta asimilación a tal grado en el que Peter Parker y su película se detienen para reflexionar esto sin ninguna respuesta ni sentido dramático, y en donde toda decisión incluyendo sus villanos terminan siendo culpa del cabeza de concha. Esto se vuelve peor cuando repasas el UCM y te das cuenta de que las decisiones de Tony Stark alteraron en gran medida a muchos personajes y eventos, pero que al igual que Lejos de casa, no tienen peso, ni consecuencias; los gemelos Maximoff nunca terminan por reclamar a Stark sobre la aparición de sus poderes, el conflicto de Civil War no tiene sentido alguno ni ofrece repercusiones, y el propio Tony Stark llegaría a renunciar a ser Iron Man en 4 ocasiones durante las películas, pero nada afectó a la larga.

Spider-Man está viviendo a sombra de algo que incluso en la película anterior había superado, en donde él ya se había propuesto ser su propio héroe porque lo había demostrado, el hecho de que Lejos de casa vuelva a los mismo carriles siendo que esto ya debió ser cosa del pasado, no deja bien intencionado a un personaje que por derecho propio merece más respeto y digna expansión, más a comparación de un personaje tan fofo como lo es Iron Man.

Aún así las cosas prometen ser reveladoras para nuestro vecino arácnido en lo que termina siendo la madre de todas las revelaciones de una película, de un némesis clave en la vida de Peter y que abre un mundo de posibilidades, que ojalá tengan el reparo de decir: No Tony Stark, tú no tienes cabida aquí.

 

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