Hoy es mi cumpleaños. Cumplo 44 años.
Los últimos años los he dedicado a la divulgación, promoción, defensa y acompañamiento de la lactancia materna. Honestamente puedo decir que han sido los más satisfactorios de mi vida profesional.
He tenido oportunidad de conocer personas maravillosas que, a través de su trabajo, de su actitud, de su dedicación, humildad y dedicación me han inspirado muchísimo.
Son personas que me dotaron de conocimiento y enseñaron la técnica de la lactancia, pero más que nada me modelaron el trato humano hacia las mamás, bebés y familias a las que dan atención.
Me han motivado a emprender y a sumarme a proyectos de la mano de otras mujeres que deseamos aportar nuestro granito de arena para que más mamás tengan experiencias de maternidad más satisfactorias.
Sin embargo, de las que más he aprendido, es de las propias mamás…
Tengo el enorme privilegio de verlas en sus momentos más vulnerables, llenas de inseguridad, cansancio, dudas y en ocasiones dolor físico… y después, sobreponerse a todo eso impulsadas por el amor a sus hijos y su determinación de darles lo mejor de sí mismas.
Las he visto hacerse extracciones durante semanas mientras sus bebés están ingresados en el hospital.
Las he visto en sus “5 segundos de valentía” cuando hacen el agarre al pecho aún teniendo grietas.
Las he visto relajar los hombros, iluminárseles la mirada y esbozar una sonrisa después de lograr que su bebé se prenda al pecho correctamente.
He visto su esfuerzo de hacer las extracciones durante su jornada laboral para mantener sus lactancias exclusivas e ininterrumpidas.
Las he visto dando respetuosas y empáticas respuestas a otras madres que tienen dudas o zozobras en su lactancia.
Las he visto pedir información y enlaces que puedan compartir con otras mamás y también para tener argumentos para defenderse del “fuego amigo”.
Las he visto incorporar el porteo como forma de vida y como auxiliar para amamantar.
Las he visto formar redes de apoyo entre ellas para no permitir que alguna viva su maternidad en soledad.
Las he visto formándose como asesoras o lactivistas con el deseo de acompañar a otras madres a tener historias de lactancia menos atropelladas.
Las he visto participando en las Tetadas Masivas, llenas de gozo de hacer parte a sus familias de la normalización de lo natural y presumir en las redes sociales sus hermosas fotografías.
Las he visto encontrando sus propios recursos internos para empoderarse.
Las he visto y las veo convertirse o afirmarse como agentes de cambio en su familia y comunidad.
Las veo, las aprecio y les agradezco infinitamente que me permitan ser testigo de esta hermosa transformación.
Pues todos estos amorosos testimonios, me sugieren que a través del instintivo acto de amamantar y del vínculo que favorece, es posible que la humanidad tenga un futuro más prometedor.
Y esto, queridos todos, es como recibir un regalo de cumpleaños todos los días.
¡Gracias, gracias, gracias!
#AquíSeAMAmanta #PorUnMexicoSano
