Ayer, 10 de noviembre, se celebró el “Día mundial de la ciencia para la paz y el desarrollo”. Esta fecha fue instaurada por la Organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO) hace 21 años en el 2002. Su propósito es renovar el compromiso, tanto a nivel nacional como internacional, en favor de la ciencia para la paz y el desarrollo, y hacer hincapié en el uso responsable de la ciencia para el beneficio de las sociedades, en particular, para la erradicación de la pobreza.
Este año, bajo el lema “generar confianza en la ciencia”, tiene por objeto lograr una mayor concienciación en la opinión pública sobre la importancia de la ciencia y reducir la brecha existente entre la ciencia y la sociedad y más aún entre el solo conocerla y llevarla a la práctica para generar riqueza de conocimiento, económica, bienestar social, personal y que genere paz en la humanidad.
Los museos y centros de ciencia de todo el mundo tienen un papel altamente relevante para ello. Nuestra labor como multiplicadores de conocimiento, espacios seguros para conversaciones difíciles y generadores de proyectos de futuro debe tener mucha más relevancia para mejorar la calidad de vida de la población. Es un papel que debemos asumir como sociedad en donde haya gobernanza participativa, es decir, donde la sociedad civil sea partícipe de las decisiones en políticas públicas para la mejora y desarrollo de estos espacios.
Según el último informe del estado de la ciencia de la UNESCO, a nivel mundial el crecimiento del gasto de investigación creció un 19.2% y según este mismo reporte México pasó de invertir el 0.44% al 0.31% del PIB en investigación, esto con las últimas cifras disponibles de la UNESCO publicadas en el 2021 y en el documento escrito por Javier Flores en la revista “nexos” en diciembre del 2022 se estima que en México cerrará este año con una inversión de sólo el 0.35% del Producto Interno Bruto de México. El mundo crece y nosotros nos quedamos atrás.
En el gremio de los Museos y Centros de Ciencia en México tenemos una gran preocupación pues hemos visto cada vez más marcado que las políticas públicas nacionales ven con desdén la aportación que tiene la sociedad civil organizada para participar y decidir en conjunto las estrategias de ciencia, tecnología e innovación. Aunado a eso, según datos aportados por el presidente actual de la Asociación Mexicana de Museos y Centros de Ciencia (AMMCCyT), Arturo González González, en el 2019 existían 60 espacios afiliados a esta asociación y en 4 años 15 instituciones han tenido que cerrar o tienen problemas serios de viabilidad para continuar operando lo que limita su capacidad de mantenerse relevantes y vigentes. Hoy en día son solo 35 instituciones forman parte de la AMMCCyT.
Se requiere de una participación más contundente de la sociedad para exigirle a los gobiernos en donde no hay apoyo para estos espacios que vean las tendencias mundiales en ciencia, tecnología, innovación y cultura y una sociedad civil mucho más involucrada en este tipo de proyectos. Siempre habrá mucho por hacer y desde la AMMCCyT haremos más.
En 2024 León será sede del congreso nacional y será un buen momento para presentar las propuestas del gremio en este sentido. Habrá nuevas autoridades federales y la oportunidad de mantener lo bueno y corregir lo no deseado.
En León y en Guanajuato hemos tenido mucho apoyo para los proyectos de ciencia, tecnología e innovación. En el estado se le ha apostado mucho a la política pública de la “mentefactura” y en el municipio se le apuesta al proyecto al conocimiento e innovación a través de varias dependencias y entidades. También varias cámaras y universidades tienen importantes proyectos para el fomento de la ciencia y su uso responsable para mejorar la calidad de vida de la gente.
La ciencia para la paz y el desarrollo es un día importante para conmemorar y debe de convertirse en un quehacer diario de todos. El conocimiento genera riqueza y calidad de vida, incrementa la paz y el desarrollo y permite que las personas tomemos decisiones basados en evidencia. ¡Tenemos aún mucho por hacer! Y… ¡lo estamos haciendo!
En León y en Guanajuato no esperamos buenas noticias… ¡las generamos!