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sábado, abril 20, 2024

Silver Surfer: Parábola

Hace unos días se celebró en nuestro país la Conque, una convención de cómics que para mi sorpresa fue bastante exitosa y rayando en profesionalismo que no se esperaba. Viviendo casi a sombra de La Mole –la convención más importante del medio en nuestro país- este año la Conque resaltó y generó expectativa por un elemento en particular: Traer a Stan Lee.

Stan Lee es básicamente la cara representativa de Marvel, el genio tras diversos personajes y más tomando en cuenta que la gente lo asocia con el obligado cameo que el hombre realiza en cada película de la compañía.

Pie de video: algo que lleva haciendo más años de lo que crees.

Pero siendo honestos con ustedes, no me cae bien Stan Lee.

Y sé que eso puede sonar grave pero es porque Stan Lee suele tener más éxito y reconocimiento que el que merece. Es inmediata la asociación de este con los personajes de la compañía pero Stan Lee en mayor medida no hizo los diseños de sus personajes, ni tampoco era la persona más honesta. Subió los peldaños de la empresa aprovechándose de sus amigos y quedó como editor en jefe, sin mirar atrás a los artistas que se las veían duras por no recibir regalías meritorias.

Personas como Jack Kirby o Steve Ditko no salen a flote a la hora de hablar de Marvel… porque Stan Lee es la única mente creativa que existe. Aunque también debo reconocer que el hombre siempre se ha prestado como co-creador, aunque eso no explica por qué en los años en los que pudo dar más crédito a sus colaboradores nunca lo hizo.

Eso también va de la mano con que todo lo que hizo es oro… y no es tan cierto eso. Hay material de Stan Lee que a falta de otra palabra: apesta. Por su forma tan extraña de escribir que no generaba conexión con el dibujante y es precisamente ese estilo de escribir que uno percibe en la década clásica: grandes descripciones de cosas que sirven de exposición incluso en las escenas de acción.
Pero, debo reconocer que cuando hay algo soberbio de él, se percibe a la primera, y me alegra saber que con la llegada de Stan Lee a nuestro país –quizás la última en su vida- Marvel México se haya animado a editar Silver Surfer: Parábola.

Publicada en 1988, Parábola es un trabajo por parte de Stan Lee quien no escribía desde 1982 un cómic dentro de la empresa; curiosamente el último fue una historia de Silver Surfer, personaje del cuál siempre se ha declarado fanático y no es creador (este sí es en su totalidad de Jack Kirby). Lo sorprendente es que esta miniserie se realizó con un tono maduro y con la unión de dos visiones del medio, pues si Stan Lee representaba a uno de los nombres más famosos dentro del continente americano, Moebius lo fue en Europa.

Parábola se sitúa fuera del canon de Marvel, no hay superhéroes a la vista y la humanidad ha estado avanzando sin problema alguno, quizás en un tono más decadente que el que podría esperar nuestro narrador, un vagabundo misterioso. Todo esto cambia con la llegada de Galactus.

Galactus es reconocido por ser un ser gigante que requiere de la energía de los planetas para existir, entonces su llegada no resulta ser la más apacible de todas hasta que… simplemente avisa que él viene a estar con los humanos y nada más.

Existe una histeria colectiva, porque la humanidad considera a Galactus una figura divina que ha venido desde el espacio para vigilar a la especie y que les libera del pudor y freno social, cosa que aprovecha un pastor religioso para obtener más poder a través de sus feligreses anunciándose como el emisario de Galactus, cosa que no agrada para nada al narrador, quien resulta ser Silver Surfer.

Parábola es una obra maestra del medio, una por la que Marvel debería de dar más reconocimiento porque es la cumbre de Stan Lee como escritor. En realidad se pone a contarnos una parábola, una historia sobre el hombre y su necesidad de creer en algo omnipotente a él, que cuando tiene la primera oportunidad se avienta a aquello que piensa puede saciar ese vacío existencial. La prosa de Lee se presta mucho a un estilo narrativo más poético y más con el personaje de Silver Surfer quien es el símbolo de la pureza y belleza en el mundo del cómic, un personaje que a pesar de tener las mejores intenciones viene con la advertencia del Apocalipsis y quien no deja de sentir soledad eterna.

A pesar de todo el pesimismo latente por los seres humanos, Surfer aún se muestra benevolente y sabio.

Y eso es genial porque con Galactus presenta una dinámica del villano/héroe especial. Galactus también como los hombres tiene dudas de su procedencia, pero al considerarse un ser superior a los habitantes de los planetas se define como un Dios, uno que no es misericordioso, que viene a ver las reacciones de los humanos como si se tratase de un niño frente a un grupo de hormigas. Esta debe de tratarse de la mejor representación de Galactus porque de alguna forma es patética su misión y no encuentra en Silver Surfer a un enemigo mortal, es al final de cuentas creación suya y solamente lo encuentra como la voz de la razón ante un ser aburrido con su soledad al igual que el ser plateado.

Y si la trama cuestiona de manera memorable sobre las ideologías y sobre la percepción de lo bueno y correcto es porque Stan Lee encuentra el matrimonio perfecto de sus ideas con el majestuoso arte de Moebius. Artista proveniente de Francia en donde se especializó en las obras de Metal Hurlante y las obras de Jodorowksy, Moebius es cátedra de cómo hacer que los páneles muestren vitalidad.

Parábola adopta los colores pasteles y los trazos finos que provenían de Europa, ya que el estilo sobrecargado del cómic americano imperaba (sobre todo en el Marvel de ese tiempo). Abandona la necesidad de ensuciar porque sí, o de presentar paisajes detallistas si la obra no lo requiere.

Cosa que aprovecha con la decisión de colores y la colocación de texto que hacen de
Parábola una novela gráfica alejada de los cuadros de explicación tradicionales.

Al final de la novela gráfica uno siente el asombro de que esto haya venido por parte de Marvel quien no suele ser notorio en la evolución del cómic a un medio maduro (esto siempre se lo otorgamos a DC). Parábola tiene un final desgarrador para sus personajes así como para el lector porque su mensaje se transporta a ti sujetando cómic considerando las veces en las que has sentido la necesidad de un pastor y del cómo la masa termina reprochando por cualquier estupidez.

Es una obra bellísima en todo nivel de la palabra y un excelente momento para acercarse al medio, para descubrir a Silver Surfer y para comprobar que Stan Lee hace algo más que salir unos cuantos segundos en películas.

Silver Surfer: Parábola está a la venta desde esta semana de manera exclusiva en los Sanborns de todo el país, su costo es de $169 pesos.

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