Tercera parte de cuatro
Éste festival, y otro que en el siguiente subcapítulo se describirá, son los más representativos por la magnitud de la gente que asistió. Sabemos que el Festival de Woodstock, que tuvo lugar del 15 al 18 de agosto de 1969, fue una gran manifestación en contra de la guerra de Vietnam, lo cual marcó y polarizó más a la sociedad norteamericana que aún persistía (y persiste) en esas ideas de nacionalismo y conservadurismo exacerbado. Del festival se habló mucho (cosas positivas y negativas), pero al final de cuentas, el objetivo de “tres días de paz y música“, logró impactar a todo el mundo. En un principio, los organizadores buscaban un lugar especial para el festival, el cual debía ser muy amplio pues sería al aire libre. Buscaban un lugar confortable con todo lo que la naturaleza pudiera ofrecer de ser posible; árboles, áreas verdes amplias, suficiente agua. Ese lugar fue Woodstock, en Bethel, NY. Posteriormente buscaron al dueño de sus terrenos, y cuando lo encontraron le comentaron la pretensión y el número de gente que se esperaba. Sabemos que los organizadores jamás pensaron que la convocatoria al concierto llegaría a las proporciones que conocemos. El propietario argumentó que no lo alquilaría, ni lo prestaría. Simplemente lo aportaría para la causa.
El festival duró tres días y en cada uno de ellos hubo 18 horas de música, dando un total de 54 horas de rock, en completa armonía.
Ya que estamos hablando del simbolismo de estos festivales podríamos preguntarnos: ¿Por qué 500,000 jóvenes se reunieron al aire libre con el sólo afán de escuchar música? ¿Por qué esas ciudades humanas, sin calles, sin casas, con infinidad de incomodidades, se hermanaron para crear un clima de paz y armonía, escuchando música?
Muchos nos hemos preguntado si realmente la música fue lo que les impulsaba, o tal vez el deseo de liberación, o simplemente evadir a su propia sociedad enfrentándose directamente de una manera simbólica y razonable a los personajes en la política. Lo que sí sabemos es que fue un parteaguas en el simbolismo que aún permanece en el rock. Estos grandes festivales han sido un inmenso crisol de razas y culturas, uno de los últimos reductos del mundo hippie; un pequeño recinto donde había de todo, donde todo estaba permitido, donde nadie miraba sorprendido a la otredad, en donde incluso, hubo oportunidad de aprender.
Woodstock fue tan importante, que los jóvenes que gustaban del rock (esencia del movimiento), formaron parte de esa gran nación llamada Woodstock, no importa que hayan estado, o no, ahí.
Woodstock fue también el ejemplo de la juventud que demostraba al mundo cómo 
se puede convivir en paz, pues mientras el mundo se debatía, y se sigue debatiendo en infames guerras, líos, asesinatos, contaminación, etc., medio millón de personas pasaban tres días juntos en completa paz y armonía, creando escenas tan bellas, como el día domingo cuando en plena lluvia 500,000 gargantas cantaron en coro -el más grande de la historia- “Let the sunshine in”, himno que ya era parte de la simbología de los años 60´s gracias a la ópera rock “Hair”, que evocaba toda la filosofía y el simbolismo sicodélico de la contra-cultura de esos años: amor, paz, drogas, libertad sexual, entre otras tantas que se percibían, y que exigía, la sociedad.
Algunos de los grupos y personajes que asistieron al festival son: Ten Years After, The Who, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Sly and The Family Stone, Ravi Shankar, entre tantos y tantos excelentes participantes.
De este festival podríamos escribir y escribir, miles de temas, pero hoy solo retomamos una parte de ese simbolismo que nos legó aquella juventud, que hoy ronda lo sesenta y cinco años, y más.
Puede encontrar en youtube (principalmente), una cantidad inconmensurable de material videográfico, además de muchísimo material bibliográfico, que lo llevarán a vivir ese increíble festival.
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