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jueves, abril 18, 2024

Yo NO soy el 132

Empezó el 12 de mayo pasado, cuando la visita de Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana se convirtió en una auténtica debacle para el priísta. Los estudiantes lo recibieron con pancartas y reclamos, exhibiendo claramente la incapacidad de Peña al actuar fuera de un ambiente controlado y, mientras con todo y copete, el candidato se escondía en el baño, los estudiantes ganaban presencia nacional.

Después, el pésimo manejo de la crisis por parte de la dirigencia priísta le dio al movimiento un pretexto para convertirse en algo permanente y así, a partir de un video donde 131 estudiantes de la Iberoamericana confirmaban, con credencial en mano, que no eran acarreados, ha surgido una verdadera ola de participación ciudadana bajo el lema “Yo Soy el 132”

A primera vista la labor de estos jóvenes parece loable: han logrado sacar a la campaña presidencial del marasmo y la flojera en que la habían sumido los 4 candidatos, bajaron a Peña Nieto de la zona de confort en la que llevaba varios meses y reavivaron el debate sobre la libertad de expresión e información en nuestro país, sumando el apoyo en redes sociales de miles de personas de buena fe. Hasta ahí todo bien.

El problema es que, detrás del idealismo, hay mar de fondo. Aún reconociendo los aportes que el movimiento #YoSoy132 ha brindado al proceso electoral no podemos cerrar los ojos a la realidad. La movilización de los estudiantes no es ni espontanea, ni apartidista; desde el principio ha sido promovida y explotada por la izquierda, aprovechándose de la inocencia de los jóvenes para llevar agua a su molino y apoyar causas tan impresentables como las del EZLN o el siempre presente sindicato de Luz y Fuerza.

Tal parece que la idea de la izquierda lopezobradorista consiste en legitimar a su candidato a través del supuesto apoyo de las clases altas, bajo la idea de que, si los “niños fresas” de la Ibero y el TEC están con el peje entonces no puede ser tan malo. En pocas palabras, les están viendo la cara.

Ahí están las pruebas: Tras la primera asamblea interuniversitaria el movimiento lanzó una serie de declaraciones en las que destacan “joyitas” como las siguientes: “No confiamos en el Instituto Federal Electoral ni en los partidos políticos. Reconocemos que se está gestando un fraude electoral” Cualquier parecido con el berrinche lopezobradorista del 2006 NO es mera coincidencia y más allá de la simpatía natural que podamos sentir por los jóvenes idealistas enfrentando al leviatán televisivo es simplemente ridículo que entren a la elección cuando dicen que no confían en el IFE y cuando ya se curan en salud prometiendo los desmanes de siempre.

Peor aún, piden juicio político a Felipe Calderón los muertos de la guerra entre los cárteles y se declaran “herederos” de las guerrillas de los años 70, de los macheteros de Atenco, del EZLN y, básicamente, de cuanto grupo de revoltosos se pudieron acordar al redactar sus documentos. Además, se declaran en contra de la evaluación universal, del sistema educativo competencias y a favor de la CNTE (que tiene paralizada la educación en Oaxaca y otros estados).

Es indudable. Este movimiento es una estrategia de manipulación diseñada por los radicales de siempre, que están tomando como bandera a los jóvenes universitarios, convertidos en “compañeros de viaje” (léase, en tontos útiles, parafraseando a Lenin) de la peor izquierda mexicana.

Estoy seguro de que la gran mayoría de quienes participan en el movimiento #YoSoyEl132 quieren lo mejor para México, pero eso no los exime de responsabilidad. Quienes apoyen este movimiento deben estar conscientes de lo que en realidad se trata, pues, al final del día, los caminos al infierno están pavimentados de buenas intenciones. En este caso hay demasiadas.

 

Por eso yo NO soy el 132.

 

Gerardo Enrique Garibay Camarena
Gerardo Enrique Garibay Camarena
Escritor, Católico por vocación y convicción, libertario, escéptico de la política y desconfiado de las intenciones de los políticos Twitter: @garibaycamarena "Personas libres y mercados libres." Wellington.mx

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