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domingo, abril 28, 2024

Stendhal y Rossini 

Stendhal, como la mayoría de nosotros conoce al francés Henri Beyle, tuvo una vida fascinante. Nacido en 1783, a los dieciséis años abandona su natal Grenoble con la ilusión de estudiar en París en Escuela Politécnica y llega justo al día siguiente del golpe de Brumario que pone a Napoleón al frente del poder en Francia. El joven Stendhal, cuyas ilusiones más allá del estudio consisten en convertirse en un gran seductor de mujeres y escritor de comedias, tras una enfermedad que frustra sus sueños académicos, termina reclutado como secretario de sus primos Pierre y Martial Daru, altos oficiales del ejército. Debido a las inmediatas acciones militares del Primer Cónsul, el joven Henri viaja muy pronto a Italia donde conocerá otro tipo de amor, el musical. En Milán, la ópera se convierte en una de sus obsesiones. Tras la derrota de la Gran Armada, donde mantenerse alejado del campo de batalla trabajando como funcionario administrativo no impide que pierda manuscritos durante la retirada rusa, publica sus primeras obras dentro del género del ensayo. Su proyecto inicial consistía en escribir biografías de pintores y músicos para “mitigar” la ignorancia de sus contemporáneos, con lo cual aprovecharía sus conocimientos: había trabajado como inspector de la contabilidad de edificios y mobiliarios de la Corona y también intimado (nunca mejor utilizado el término) con cantantes de ópera…

En 1814, luego de quebrantos amorosos en Milán que lo llevan a pensar en el suicidio, Stedhal se concentra en la escritura y publica al año siguiente Vidas de Haydn, Mozart y Metastasio, bajo un seudónimo poco llamativo (Louis Alexandre Bombet) y, a pesar de la aceptación, es acusada sin éxito de plagio. Posteriormente, y en la línea biográfica, rinde tributo al otrora emperador con Vida de Napoleón, 1817-8 y homenajea a su amada Italia con Historia de la pintura en Italia, 1817, con su nombre verdadrero, y Roma, Nápoles y Florencia, 1817, donde usa por primera vez su pseudónimo inmortal. Tres años antes de publicar su primera novela, Amarcia, y un año después de su ensayo Sobre el amor, que pasó desapercibido y apenas vendió 27 ejemplares, Stendhal publica una biografía sobre un músico vivo, aclamado en toda Europa y nueve años menor que él: Gioachino Rossini.

Que en el título del mismo se mencione como escrito por el mismo autor de Vidas de Haydn, Mozart y Metastasio, habla de la relevancia de aquel primer trabajo. Habrá que decir también aquí que la biografía de entonces estaba lejos de ajustarse a los patrones actuales de este género, pues el autor más que investigar, se recrea en sus propias opiniones sobre la música del músico en cuestión, transcribe críticas periodísticas y aprovecha para contar historias poco relevantes acaecidas en la época o la zona de residencia del biografiado. Así pues, no hubo entrevistas, ni un análisis musical detallado u objetivo, aunque sí una profunda exploración y preocupación del francés por los efectos de las obras en el público, así como un interés por delinear cuidadosamente el contexto musical de la época con constantes alusiones a compositores contemporáneos o cercanos en el tiempo como Mayer, Cimarosa, Guglielmi, Paisiello, Mozart, Haydn, von Weber o Beethoven. Por esos años, la expresión del romanticismo europeo y sus variantes en particular Francia, Alemania, Italia e Inglaterra eran de gran relevancia para el novelista en ciernes.

Stendhal admiraba profundamente a Rossini no sólo por su música sino también por sus gustos comunes, el italiano era un joven prodigio consciente de su sensualidad y dispuesto a derrochar la energía necesaria en la búsqueda de la felicidad. Algo de ese beylismo que Stendhal insuflaría en su héroe, Julien Sorel, al entrar en el terreno de la novela.

Tal vez, Stendhal no se sorprendió cuando en 1829, cinco años después de publicada la biografía, Rossini perdiera todo gusto por la composición de ópera y la abandonara hasta su muerte dedicándose a otros placeres, el gastronómico también entre ellos. Con esta pareja sucedió un hecho poco frecuente, que el biografiado sobrevivió a su biógrafo. Cuando la muerte le llega al Cisne de Pésaro, casi cuarenta años después de ese misterioso abandono musical, el francés llevaba quince años como habitante horizontal del cementerio de Montmartre.

Me despido con la esperanza de que este infortunado preámbulo sirva para invitarlos a leer a Stendhal, o para asistir a la ópera La Cenicienta de Rossini, en el Teatro del Bicentenario de León, el próximo domingo 17 de abril, a las 18:00 horas; el miércoles 20 de abril, a las 20:00 horas; y el sábado 23 de abril a las 19:00 horas. Más información en la página: teatrodelbicentenario.com

Comentarios a mi correo electrónico: panquevadas@gmail.com

Jaime Panqueva
Jaime Panqueva
Escritor, economista, promotor cultural, puericultor, amante de la ópera y de los tacos de montalayo. Este colombiano-mexicano afincado en Irapuato escribe ficción histórica, crónica, artículos periodísticos, entre otras curiosidades.

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