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lunes, mayo 5, 2025

Tierra plana, conspiraciones y la verdad

Mtro. José Gustavo Sámano Dávila

Universidad de Guanajuato/CEFTA

 

El filósofo y matemático griego, Eratóstenes, comprobó que la Tierra era redonda alrededor del siglo III a. C. Además, calculó de manera bastante precisa su circunferencia. Para esto, sólo utilizó unas cuantas observaciones, al alcance de cualquier persona, y trigonometría. Su medición fue tan precisa y su argumento tan elegante que la certeza de su conclusión no fue cuestionada por nadie hasta el presente siglo. Incluso cuando Nicolás Copérnico expuso su teoría heliocéntrica, donde afirmaba que era el sol el que estaba quieto en el centro del cosmos y la Tierra la que giraba alrededor de él, la forma de la Tierra nunca fue puesta en debate: griegos, romanos, cristianos, heliocentristas y geocentristas sabían perfectamente bien que la Tierra era una esfera.

Pero desde hace unos años, han surgido algunas asociaciones, principalmente en Estados Unidos, que defienden la idea de que la Tierra es plana. Entre todas ellas, destaca The Flat Earth Society, que puede ser encontrada en redes sociales, como Facebook (https://www.facebook.com/FlatEarthToday/). ¿Cómo es posible que en la era de la información, donde prácticamente todos los conocimientos están a un click de distancia, exista gente que cree que la Tierra es plana?

Las diferentes demostraciones de la esfericidad de la Tierra y del heliocentrismo las tendrá que buscar el lector en los diferentes libros de física de los últimos 500 años, empezando por Las revoluciones de los orbes celestes, del astrónomo polaco Nicolás Copérnico, publicado en 1543. Si la duda sobre la esfericidad de la Tierra persiste en el lector, siempre puede hacer varios experimentos, como comprobar por sí mismo las mediciones de Eratóstenes, viajar a Noruega y Ecuador para comprobar la variación de la posición del sol, etcétera. La comprobación de la esfericidad de la Tierra es una cuestión científica. Y es tan básica que ya nadie pierde el tiempo en ella. Los físicos y astrónomos saben perfectamente bien que la Tierra es redonda. ¿Por qué existe gente, entonces, que cree que la Tierra es plana?

Es importante aclarar que no hay científicos que crean que la Tierra es plana. No hay físicos, filósofos, matemáticos, astronautas, pilotos de aviones comerciales, geógrafos, o ganadores del Nobel que crean algo así. Lo que es curioso, porque si alguien podría darse cuenta del error, serían ellos. Para esta sociedad, dichos científicos han sido manipulados por las instituciones para ocultarles la verdad. Lo cual nos lleva a uno de sus principales argumentos. Evidentemente, la hipótesis de la Tierra plana no puede sostenerse mediante comprobaciones científicas. Para defender tal idea, han de cuestionar todas las instituciones científicas y sus productos. Entonces no sólo cuestionan la forma de la Tierra: cuestionan todo el conocimiento científico desde sus orígenes. Eratóstenes, Copérnico, Newton, Einstein y Armstrong, todos están mal y/o mintieron deliberadamente. Todos los libros escritos sobre el tema, desde los Principia Mathemathica hasta los libros de texto de la SEP son, en el mejor de los casos, una antología de errores y mentiras.

A nivel filosófico, lo que está en juego no es el saber si la Tierra es plana o esférica. Lo que es realmente importante es que se está sometiendo a duda el acceso a la verdad. Los creyentes de la Tierra plana tienen al menos una premisa que es verdadera: en efecto, pocas personas se dan a la tarea de comprobar la verdad por sí mismas. Es verdad, como ellos recalcan, que la mayor parte de la población acepta argumentos de autoridad de los científicos o las instituciones que se supone que se encargan de obtener conocimiento. También es cierto que existen intereses políticos y económicos no del todo claros en las instituciones, tanto públicas o privadas, del conocimiento. Pero eso no es motivo suficiente para cuestionar conocimientos científicos bien establecidos desde hace mucho tiempo por medios más bien sencillos.

Lo que hay en el fondo del razonamiento de la teoría de la Tierra plana es la convicción de que las instituciones tergiversan la verdad. O mucho peor, que la verdad depende de nuestros paradigmas socio-culturales. De alguna manera, la propia filosofía se ha encargado de esto. Desde René Descartes, se nos ha dicho que dudemos de todo aquello que se pueda dudar. Y la forma de la Tierra es algo que, en efecto, puede ponerse en duda. Pero la trampa consiste en que se ponga en duda toda la tradición científica de occidente, todos sus libros, todos sus científicos, todos sus viajeros, y toda la información pertinente, excepto lo que dicen algunos videos en youtube. En efecto, el método filosófico, y el científico, empieza por cuestionar lo que creemos que estaba bien fundamentado, pero después hay que descubrir la verdad, en la cual todos han de acabar coincidiendo, ya que la verdad es independiente de los sujetos.

Los terraplanistas comienzan admitiendo un engaño universal, del que los más eminentes científicos del planeta no se escapan. Sólo unos cuantos iluminados han accedido a la verdad. ¿Dónde es más probable encontrar la verdad, en un libro de Isaac Newton, en un post de Facebook, o en el libro de un autor técnicamente desconocido? La mayor parte de los argumentos a favor de la Tierra plana podrá encontrarlos el lector en el libro Zetetic astronomy: Earth not a globe!, escrito por Samuel Rowbotham, en 1865.

Estimado lector, el reto de los terraplanistas es legítimo, sin importar cuán estrafalaria sea su conclusión: ¿cómo está usted seguro de que la Tierra es redonda? Usted, lamentablemente, sólo tiene tres posibilidades de acción: a) debe hacer todos los experimentos y cálculos, que ya ha hecho toda la comunidad científica, por su cuenta y llegar a su propia conclusión; b) aceptar que la duda siempre está ahí y desconfiar de todas las personas y todas las instituciones, porque puede que todos le estén mintiendo y, en ese caso, aceptar que la Tierra podría ser plana (ya que los terraplanistas, evidentemente, no ganan nada mintiendo); c) aceptar la autoridad de la comunidad científica y creer ciegamente que la Tierra es redonda porque casi todo el mundo así lo cree.

¿Qué va a hacer usted?

Sporadikus
Sporadikus
Esporádico designa algo ocasional sin enlaces ni antecedentes. Viene del latín sporadicos y éste del griego sporadikus que quiere decir disperso. Sporás también significa semilla en griego, pero en ciencia espora designa una célula sin forma ni estructura que no necesitan unirse a otro elemento para formar cigoto y puede separarse de la planta o dividirse reiteradamente hasta crear algo nuevo. Sporadikus está conformado por un grupo de estudiantes y profesores del departamento de filosofía de la UG que busca compartir una voz común alejada del aula y en contacto con aquello efervescente de la realidad íntima o común. Queremos conjuntar letras para formar una pequeña comunidad esporádica, dispersa en temas, enfoques o motivaciones pero que reacciona y resiste ante los hechos del mundo: en esta diversidad cada autor emerge por sí solo y es responsable de lo que aquí se expresa.

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