El pasado miércoles 19 de octubre fue la fecha límite para que los partidos políticos registraran ante el Instituto Federal Electoral el método de selección que habrán de emplear para designar a sus diferentes candidatos a la Presidencia de la República, Senadores y Diputados. Se trata de una decisión de la mayor trascendencia pues el método empleado puede inclinar la balanza hacia uno u otro de los precandidatos; es decir, puede ser que alguien se beneficie con un método abierto pero no así con uno cerrado. Por el momento me detengo en el caso de los candidatos a la presidencia de la República.
Veamos: en el caso del PRI, decidieron un método abierto a través de la elección directa de sus miembros y simpatizantes. Me imagino que en el rubro de “simpatizantes” entran todos los ciudadanos que acudan a las urnas especialmente instaladas para tal fin. No parece que habrá filtros; así partidos y organizaciones de otros colores acudirán a emitir su sufragio por alguno de los dos precandidatos. Al parecer es tal la ventaja de Enrique Peña Nieto sobre Manlio Fabio Beltrones que en el tricolor el método no importa. Están convencidos que incluso Peña Nieto saldrá beneficiado por el voto abierto en función de la ventaja que les lleva a los precandidatos del PAN y del PRD. Veremos cómo les sale la estrategia, pues habría que recordar que cuando los partidos políticos han empleado el método abierto de selección de candidatos o dirigencias, han salido muy raspados.
En el caso del PRD han decidido ir por el método de “encuestas espejo”. Quizá una serie de 3 encuestas que diferentes empresas aplicarían a través de muestras nacionales. No queda claro quién designará a dichas empresas, pero seguramente cada uno de los precandidatos nombrará una y otra más puede encargarla la dirigencia nacional. Veremos. En el caso del PRD me parece que los resultados son de pronóstico reservado. Si la elección fuera sólo con militantes y simpatizantes la ventaja sería para Andrés Manuel López Obrador por mucho; pero como se ha acordado, Marcelo Ebrard tiene alguna probabilidad de salir airoso. El reciente proceso para elegir consejeros no augura nada bueno. Las ocasiones que los perredistas han ido a elecciones internas han salido divididos. Si bien como dije, el método de designación del candidato presidencial será a través de encuestas, lo sucedido este fin de semana presagia tormenta en el partido del sol azteca. La polarización en torno a López Obrador y Ebrard es evidente.
El último en definirse fue el PAN; han decidido ir a la designación de su candidato (a) por medio de un método cerrado: sólo los militantes y adherentes lo elegirán, mediante el llamado método ordinario. Ellos suman 1 millón 795 mil 933 (de los cuales 308 mil 31 son militantes). El método parece haberse hecho a la medida del precandidato Ernesto Cordero. Tanto Josefina Vázquez Mota como Santiago Creel Miranda se habían manifestado por un método abierto a la ciudadanía. En ese escenario Cordero parecía no tener posibilidad alguna de competir pues los primeros aventajan con mucho a Cordero en las simpatías de la población abierta; sin embargo, al cerrarse el universo de votantes, quien tenga mayor capacidad de cabildeo o de movilización entre los militantes y adherentes puede inclinar la balanza a su favor. Todo indica también que el presidente Felipe Calderón movilizará sus redes a favor de quien es evidentemente su candidato: Ernesto Cordero. Es interesante anotar que la Comisión Nacional de Elecciones aprobó también que en el caso de 141 diputados de mayoría relativa (del total de 300) sean designados por el Comité Ejecutivo Nacional; lo mismo que 24 candidatos a senadores. Todo ello pues consideraron que el padrón en esos distritos “no era confiable”. Josefina Vázquez Mota se ha inconformado pues le parece contradictorio que el padrón no sea confiable para elegir a candidatos a diputados y senadores pero sí para candidato presidencial; esas decisiones promueven el “sospechosismo”.
Como podemos apreciar, tanto en el PRD como en el PAN, el camino para elegir a sus candidatos no parece nada terso; mientras que en la casa de enfrente, el priismo se ve más que confiado. Es la confianza de contar, hasta este momento, con las preferencias ciudadanas a su favor. Veremos que sucede en el trayecto rumbo al 1 de julio de 2012.
Electos o designados
