Tal como lo advertí en la columna pasada, el ambiente de división que se vive en el país detonaría en cualquier momento en uno o varios enfrentamientos. Sucedió en esta semana y fue nota nacional el conflicto entre agricultores y elementos de la guardia nacional apostada en resguardo de la presa la Boquilla en Chihuahua, pues México debe dar cumplimiento al tratado internacional de aguas entre nuestro país y el vecino del norte. Se debe hacer notar y reconocer la valentía de los campesinos para enfrentar a la guardia nacional en defensa de sus intereses, más cuando aparentemente hay presas adelante que tienen suficiente agua para hacer trasvase ya que esos estados han tenido más lluvias.
Ante tales hechos, es conveniente recordar que un Tratado es un “acuerdo internacional celebrado por escrito entre dos o más países, regido por el derecho internacional, ya que conste en un instrumento único o en dos o más instrumentos conexos y cualquiera que sea su denominación particular, así como aquellos celebrados entre México y organizaciones internacionales”. Sepa usted mi apreciable lector, que el primer tratado internacional que firmó México data del año 1836, el cual se tituló “TRATADO DEFINITIVO DE PAZ Y AMISTAD ENTRE LA REPÚBLICA MEXICANA Y S.M.C. LA REINA GOBERNADORA DE ESPAÑA.”
Los tratados se reconocen en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; donde en el artículo 89 fracción X, otorga al presidente de la República la facultad de celebrarlos; el artículo 76, fracción I, concede a la Cámara de Senadores del H. Congreso de la Unión la facultad de aprobarlos y el artículo 133 establece que los tratados son Ley Suprema de toda la Unión si están de acuerdo con la propia Constitución.
Habiendo aclarado lo anterior, es momento de entrar en el álgido tema, ya que el Tratado Internacional de Aguas celebrado entre México y los Estados Unidos se refiere a los mecanismos de asignación de las aguas de los ríos Bravo y Colorado. El río Bravo como sabemos además sirve como línea fronteriza entre México y Estados Unidos. Para la repartición de las aguas se tuvo que firmar un tratado, cuyo primer intento fue en 1936, pero el estado de California se negó a contribuir con una cuota de agua. A pesar de lo anterior, el 3 de febrero de 1944 ambos gobiernos suscribieron el tratado de distribución de aguas internacionales de los ríos Colorado y Tijuana y Bravo desde Fort Quitman, Tx., Estados Unidos de América hasta el Golfo de México. Dicho tratado regula el uso y aprovechamiento de las aguas internacionales, incluyendo además las reglas para calcular los plazos en que se hace exigible el pago de adeudos. México recibe más de cuatro veces la cantidad de aguas que aporta a este vecino país, por lo cual se estima que el balance resulta beneficioso para México.
El problema derivado de la toma de la presa la Boquilla en el estado de Chihuahua, es porque los campesinos tienen el temor de quedarse sin agua para sus labores agrícolas. El tema escaló a niveles políticos donde diversos grupos se han pronunciado al respecto, tanto liberales como conservadores están poniéndole leña a la hoguera. Lo desafortunado del asunto es que por desgracia murió una mujer que acompañaba a su esposo en la protesta, quien permanece gravemente herido, y las pruebas apuntan a que fueron atacados por la espalda, al parecer por elementos de la Guardia Nacional, por lo que el gobernador de Chihuahua declaró que investigará a fondo lo sucedido. Mientras tanto el viernes en la mañanera no se hizo esperar la respuesta del presidente, quien acusa como siempre de movimientos políticos para desgastarlo, apuntando hacia varios personajes como el ex gobernador priista chihuahuense de apellido Baeza. Advirtió que se hará indagatoria hasta las últimas consecuencias. Todos tratan de capitalizar al máximo los lamentables acontecimientos y la muerte de Yésica, quien dejó en orfandad a tres hijos. Así pues, las consecuencias de este triste acontecimiento, me atrevo a decirlo, llevará a que MORENA pierda fuerza y popularidad en el estado norteño gobernado por el PAN, mientras Javier Corral sin duda sabrá atesorar lo sucedido y capotear las envestidas desde palacio nacional; seguiremos atentos.
Hablando de panistas, parece que por fin pudo poner a flote el barco y subir su popularidad el gobernador de nuestro bello estado Cuna de la Independencia Nacional, pues por fin las encuestas lo favorecen. Ahora solo le resta cuidar que se gobierne correctamente y se vea y se sienta la cercanía con el pueblo bueno, porque a pesar de los errores cometidos por la federación la popularidad de AMLO no desciende tan fácilmente.
Ni la burla perdonan los alcaldes de Celaya y Guanajuato quienes una semana si y la otra también dan de que hablar. Primero la alcaldesa de Celaya que busca la reelección a pesar de los nefastos resultados y sus continuos vacíos de gobernabilidad, pues circula entre panistas la versión de que le gusta mandar a distancia, esto es, desde Querétaro. Luego el alcalde de Guanajuato, que ya acostumbrado a prender fuegos innecesarios por hablar de más, para luego tratar de apagarlos tomó experiencia como bombero, aunque dicen los que lo conocen que de jovenzuelo fue guía de turistas y bombero también. En fin como no tiene nada más que hacer, ahora emprendió un viaje a la ciudad hermana de Ashland, Oregón, y se hizo acompañar de cinco bomberos capitalinos: los capitanes Aldo Iván Ruiz y Juan Armando Álvarez Villegas; los sargentos Jorge Luis Anguiano Jasso y Luis Alfonso Campos Martínez y el bombero Miguel Ángel Hernández Lara; quienes desde luego merecen nuestro reconocimiento, esperando logren aportar su experiencia en la labor de apoyo en la contención de los incendios en esa ciudad norteamericana. Respecto al alcalde solo me resta decir que después de protagonizar el “agente 007” narrado en otra columna, pasó a ser el “el bombero atómico internacional”. #ElBarcoSeHunde.
