Umbra Sumus. Cofradía de sombras (Universo de Letras/UANL 2022) llegó a mí directamente de las manos de su autor. Conozco a Gonzalo desde el siglo pasado mientras compartíamos la penuria y el gozo de estudiar un posgrado en el Reino Unido. Recibí esta novela más de veinte años después al coincidir nuevamente en Europa, yo haciendo una estancia sabática en la ciudad de Ámsterdam y Gonzalo atendiendo un congreso académico en una ciudad vecina, Amberes. Decidí hacer un viaje en tren de dos horas para tomar una cerveza, comer algo y conversar. El protagonista Reinaldo Hilcen y su creador, Gonzalo Soltero, comparten más que un agudo sentido del humor. Ambos fueron estudiantes de posgrado capaces de comer absolutamente cualquier cosa barata y horrorosa que les diera la suficiente energía para seguir escribiendo, indagando o conversando sobre sus más profundas obsesiones literarias y/o académicas.
El contexto en el que recibí la novela es importante porque cuando uno tiene amigos escritores se siente obligada a leerlos. El problema en este caso es que yo suelo evadir novelas de misterio o thrillers en cualquier formato ya sea cine, literatura, teatro o televisión. Mi gran amigo me regaló una novela cuya portada muestra las manos de una mujer sosteniendo un cráneo humano. La cosa no prometía mucho. Mi trabajo académico y mi vida diaria está llena de noticias sobre homicidios, desaparecidos, fosas clandestinas e impunidad. ¿Por qué dedicaría yo mi escaso tiempo libre a continuar con esa angustia? Gonzalo me entregó su novela en un restaurante de comida india muy mal preparada. Él comía como en los viejos tiempos, con el gusto con el que uno come el mejor manjar que ha probado en su vida. Hay cosas que nunca cambian, como la facilidad con la que alguien puede complacer el paladar de un autor y el cariño que uno le puede tener a un amigo. Recibí la novela con gusto y prometí leerla.
Para mi gran sorpresa y alivio Umbra Sumus resultó ser mucho más que un thriller, mucho más que un crimen sin resolver o la historia de un estudiante de posgrado necio y mesiánico que huye y reta a la muerte simultáneamente. En tan solo 149 páginas, Umbra Sumus ofrece toda una antología de la obra de Shakespeare. La novela recorre el misterioso vínculo que une la escritura y modo de entender la vida de Shakespeare y de Cervantes. Después de todo, la obra Cardenio del dramaturgo inglés estuvo inspirada en un episodio de Don Quijote y el misterio que marca el vínculo entre ambos autores es el centro de un enardecido y complejo debate académico que difícilmente llegaría a lectores comunes si no fuera por obras como la de Gonzalo Soltero. Ray, su protagonista, es un estudiante mexicano en el Reino Unido, sumergido en el agobio de sus obsesiones académicas y una fútil búsqueda de la verdad tan común entre los jóvenes que comienzan un posgrado con la intención de hacer una tesis y terminan dejando la vida en ello. Ray divaga entre las aproximaciones de la física cuántica al Big Bang, la biología molecular y la filosofía aristotélica sobre la formación de los cuerpos celestes. Nos lleva de la mano a los majestuosos edificios de Stratford-Upon-Avon para después arrastrarnos violenta y misteriosamente al Zócalo de la Ciudad de México, al Claustro de Sor Juana, al Mercado de Sonora y a muchas otras dimensiones ocultas de la gran Tenochtitlan.
La común divagación de los estudiantes de posgrado es la fuente de grandes frustraciones entre sus afligidos directores que se empeñan en enfocar su mirada y no salirse de la línea de investigación. Por suerte, tanto Gonzalo Soltero como Reinaldo Hilcen, se niegan a las limitaciones del mundo académico y con esto nos regalan una obra llena de conjuros, talismanes e historias que nos hace cuestionarlo todo; desde la materia que conforma el universo hasta el poder de la escritura como semilla desde la que germinan las realidades de nuestro ver y estar en el mundo. Umbra Sumus es una novela imperdible, se lo dice alguien que tomó el libro con el mayor escepticismo, no por dudar de la maestría de su autor, sino por la fatiga emocional en la que a veces me sumerge la vida real. Al final, la novela, su autor y su protagonista me dejaron con una sensación de esperanza que como un rayo podría parecer efímera, pero que en lugar de eso sostiene y nutre todo aquello por lo que vivimos y amamos.