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sábado, abril 20, 2024

Viviendo la virtualidad

Cada vez parece que estamos más unidos a nuestras computadoras, tablets y sobre todo, a nuestros celulares. Mientras que por otro lado parece que cada vez nos alejamos más de aquello que consideramos el mundo real. Al menos, esa parece ser la impresión general. ¿Dónde acabará esto? ¿Será que el futuro es el de una sociedad completamente dependiente de sus aparatos electrónicos? ¿Estamos entrando en un episodio de Black Mirror del cual ya no podremos salir? ¿Dará esto lugar a una nueva generación de humanos?

Cómo todo en este mundo, sólo el tiempo lo dirá, pero bien podemos empezar a ver algunas tendencias que podrían empezar a tomar más fuerza y ya ser inevitables en el futuro.

Pero antes de dar algunos pronósticos sin miedo y quizá algo temerarios, veamos cómo podemos clasificar la realidad.

Como suele suceder, una imagen explica mejor que mil palabras, así podemos ver que la “realidad” esta divida según cuanto tenga de virtual, teniendo en un extremo la realidad física, en el otro extremo los ambientes virtuales y teniendo en medio todas las variantes de realidad mixta, como son la realidad aumentada, que es un entorno físico con ayuda o asistencia de elementos virtuales; justo en medio tendríamos toda la tecnología de los hologramas, algo en lo que ciertamente falta mucho por explorar; y finalmente tendríamos virtualidad aumentada, que son entornos virtuales con elementos de realidad física como podrían ser sensores para percibir el mundo físico e incluirlo en el virtual o añadir sensaciones físicas al mundo virtual (tacto, es lo más usual, aromas y sabores aún es territorio inexplorado).

Algo curioso de todas experiencias, es que el cerebro es bastante susceptible de ser engañado, en el sentido de percibir como propio otro cuerpo que no es el físico, como sería el cuerpo de un avatar. Esto se ha aprovechado desde el inicio de los videojuegos y cada vez hay más pruebas de que sucede este fenómeno y es todavía mayor la sensación en aquellas situaciones en la que la cámara del juego se pone como si fueran los ojos del personaje.

De regreso a intentar insinuar algunas respuestas a las primeras preguntas ¿Dónde parará esto? Pues la verdad, el avance tecnológico no se ve que vaya a parar, al menos mientras haya humanos, hay etapas en las que parece alentarse, pero se superan y se sigue adelante, en cuanto a que la virtualización de la realidad siga más y más… En el corto plazo no parece que se vaya a detener, sino lo contrario, parece que seguirá aumentando, en especial cuando comiencen a salir a un precio asequible para el público productos como los hololens de Microsoft o los abandonados Google Lens, y no parara hasta que se encuentre un límite tecnológico o las utilidades que ofrezcan ya no sean muy relevantes. Me gusta pensar en el ejemplo de tener incorporado en uno de estos lentes el propio sistema de navegación tipo waze o Google maps, en el cual uno realmente viera el camino a seguir realzado, evitando dentro de otras cosas el que estés volteando al celular, ya que el propio camino estaría señalizado, y esto dejaría de ser útil cuando los coches fueran automáticos.

¿Será que el futuro es el de una sociedad completamente dependiente de sus aparatos electrónicos? Pues preguntémonos ¿Somos una sociedad completamente dependiente de la electricidad, sistema de sanidad público, suministro de agua potable o de algo tan común cómo la vestimenta? Pues la respuesta es que en gran parte si, no es como que nos extinguiéramos si dejáramos de tener estas cosas de la noche a la mañana, pero vaya que si bajaría la productividad y la población mundial, pues lo mismo sería con los aparatos electrónicos, si, cada vez pueden hacerse más presentes, sin embargo, la conectividad y ventajas que presentan al ser utilizadas correctamente son enormes.

¿Estamos entrando en un episodio de Black Mirror del cual ya no podremos salir? Black Mirror toma una situación que ciertamente podría ser real y le pone el contexto en lo cual eso sería horrible, así que el mensaje de cada capítulo es más bien una advertencia de “Oye, esto podría pasar, cuidado”. Y si consideras que el estar cada vez más conectado con otras personas, aunque estén en diferentes partes del mundo; el usar tecnología, incorporada quizá al propio cuerpo se use de manera cotidiana en el día a día para resolver problemas mundanos, como hacer llamadas, informarse, seguir una receta de cocina, manejar, etc. Que haya más elementos virtuales para enriquecer la realidad física, comiencen a surgir emuladores de inteligencia cada vez más convincentes e incluso el tiempo de ocio se dedique completamente a estarlo en un entorno virtual por la comodidad y seguridad que ofrece. Entonces sí, nos acercamos a un episodio de Black Mirror.

¿Dará esto lugar a una nueva generación de humanos? Esta respuesta depende mucho de donde establezcamos el límite ético de nuestras auto modificaciones. Si una persona tiene el derecho a decidir sobre su cuerpo, entonces es completamente libre de alterarlo y modificarlo a su propio beneficio e incluso obtener ventajas al hacerlo. Que tal que alguien se pone una calculadora en su cerebro para hacer operaciones complejas de forma casi instantánea. Y si esta persona luego se lo pone a sus hijos. O se comienza a crear una sociedad que instale hardware en sus cabezas que permita comunicarse telepáticamente y compartir emociones, permitiendo así una comprensión entre sus miembros infinitamente superior a la actual, creando una eficacia organizacional difícil de superar por otras sociedades. Así, aunque hubiera grupos que se reusaran a incorporarse a este estilo, sus desventajas económicas y políticas quizá serían tan grandes que se quedarían atrás en el flujo de la historia y quedarían relegados de ella, como sucede con algunas comunidades actuales.

En fin, que todo parece sacado de una película de ciencia ficción que cada día deja de ser ficción. Una frase que refleja en gran parte lo que definimos como realidad es

“Lo que es real o no, lo definimos simplemente por la cantidad de información de la que disponemos y como está hace sentido consigo misma” modificación a idea original de SAO.

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