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sábado, abril 20, 2024

La realidad de ser policía en Guanajuato

Por: René Gerez

Las policías en México se encuentran olvidadas. El abandono institucional deja a sus elementos a la merced del crimen organizado que continúa cobrando vidas de una manera atroz y cotidiana.

Sabemos que el trabajo de las y los policías, por su naturaleza, es una labor que implica un riesgo, pues en su misión por mantener el orden público, es necesario enfrentarse a situaciones peligrosas; sin embargo, las constantes amenazas en las instalaciones policiacas, la cotidianidad con la que asesinan a elementos de seguridad pública y la forma tan vil con la que los privan de la vida, denota que hoy ser policía no solo implica un riesgo, sino que, para un preocupante número de ellos, constituye una pena de muerte.

Desde 2018, Causa en Común, con el apoyo de una red de periodistas dedicados a temas de seguridad, ha realizado el seguimiento de notas periodísticas en medios locales y nacionales que cubren los asesinatos de las y los policías. Este estudio arroja datos lamentables: tan solo en este año han sido asesinados 387 policías en todo el país, esto significa que, en promedio, cada día un elemento de seguridad pierde la vida. 

El Bajío concentra el mayor número de asesinatos de elementos de seguridad, este 2022 los estados con los números más altos son: Zacatecas (55), Guanajuato (47), Michoacán (24), Guerrero (24), y Veracruz (23). En el caso particular del estado de Guanajuato, los municipios que presentan el mayor número de elementos asesinados durante este año son Celaya (8), Irapuato (8), León (6), Tarimoro (3), Pénjamo (2) y Silao (2).

Algunos de los lamentables casos sucedidos este año en Guanajuato son: el de Berenice Hernández, una mujer policía de Dolores Hidalgo que, en camino a un curso de capacitación al terminar su turno, fue asesinada, en un segundo intento, por sujetos armados (en diciembre de 2021 fue víctima de un atentado en su contra); el de Félix Martínez, jefe de la Unidad Canina de la Secretaria de Seguridad Ciudadana de Irapuato, quien fue a ver a sus padres y al momento en que le abrieron la puerta una camioneta disparó en contra de ellos, asesinando al policía; el de Christian Guillermo, un policía estatal que en su día de descanso asistió a una fiesta de 15 años en la comunidad de San Roque en Irapuato y frente a los 200 invitados un grupo armado disparó en su contra ocasionándole la muerte.

Lamentablemente, existen un sinnúmero de ejemplos de policías municipales y estatales, comandantes, subdirectores, ministerios públicos y otros funcionarios en materia de seguridad que han perdido la vida en sus labores y en sus días de descanso. La violencia en contra de los agentes de seguridad no se limita a la amenaza en contra de sus vidas también la de sus familiares: en noviembre de 2022 una policía municipal de Tarimoro sufrió la pérdida de su padre, su hermano, su cuñada y su sobrina de 7 meses de edad. 

Las policías en Guanajuato, el Bajío y en todo el país sufren de un abandono que cada año empeora sus condiciones laborales. Se encuentran mal compensados por su labor, trabajan en contextos sumamente peligrosos, no cuentan con equipamiento ni protección, carecen de capacitación y se encuentran completamente rebasados en números por el crimen organizado. Desde Causa en Común no nos cansamos de exigir a las autoridades en materia de seguridad que se atiendan las exigencias de las policías; tampoco nos detendremos hasta que cuenten con mejores salarios, mejores prestaciones, equipamiento, infraestructura, garantías de seguridad social y la certeza de que, si algo les sucede, sus familias estarán protegidas y sus instituciones buscarán a los responsables.

Desde Causa en Común mandamos a las familias de todos aquellos elementos de seguridad que han perdido la vida protegiéndonos, nuestro más sentido pésame.

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