Irapuato, Gto. La sequía que se agravó durante un par de años afectó considerablemente a la apicultura. Al menos en Irapuato solo 8 de 30 productores, lograron sobrevivir, pues el resto decidió abandonar está actividad.
Esto lo señaló el apicultor e ingeniero agrónomo, Omar Eng Navarro al detallar que además de la falta de producción, intervinieron otras variables que no abonaron, sino que por el contrario afectaron a este sector.

“Estamos en peligro de extinción, tanto las abejas como los apicultores. Llevamos dos años que no hubo suficiente lluvia y al no haber lluvias no hay hierba en el campo, no hay floración y no tienen que comer las abejitas, la mayoría de los apicultores en el Municipio, teníamos un censo de 30 apicultores y la mayoría abandonó las abejas por la falta de producción; ahorita sobrevivimos en Irapuato ocho apicultores, tres somos fuertes, entre comillas, porque dos traemos 25 colmenas y otro 28, este año aumentamos a 33 y el otro a 40 colmentas ”, dijo.
Al no haber floración, detalló se tuvo que recurrir a un manejo de alimentación, que implicó mayores gastos, ya que tan solo para 25 colmenas, se tenía que proveer de 50 kilos de azúcar cada semana y el costo de este también varía, pues lo llegaron a pagar hasta más de 560 pesos y actualmente es de 450 pesos.
“Aunque el apicultor quiera meter dinero, llega un momento en que truenas, no hay entrada, no hay venta de miel, no hay venta de nada, no hay abejas, se empiezan a morir y aunque nosotros estemos dando el alimento, no es costeable, y luego los precios internacionales son baratísimos”, indicó.
Eng Navarrolo dijo que en Guanajuato el precio de la miel por menudeo es de 150 pesos, y mayoreo para exportación lo pagan en 40 pesos, y es bueno en comparación del sur donde lo pagan a 12 o 14 pesos, lo que hace incosteable la alimentación, aunque haya buena producción.
“Todo eso ha ido mermando nuestra economía; ahorita sacamos alrededor de 80 o 100 kilos de miel entre 25 colmenas, anteriormente una sola colmena nos debería estar dando 20 kilos, es mucha la diferencia”, compartió.
A esto añadió la competencia desleal de comerciantes que en carretillas venden fructuosa en el mercado por 50 o 60 pesos, cuando cuesta más producir ese kilo, cuyo valor se basa en el precio internacional.
El apicultor dijo que este 2024 con la temporada de lluvia ayudó, pues las población se mantuvo alta al nivel que se prevé, pues tampoco es conveniente cuando no se produce, pero el ideal es mantenerlas vivas y activas.
Sostuvo que del Estado reciben capacitación y subsidio para alimento y material, pero los gastos no son suficientes, por lo que esta semana recurrió a la Dirección de Desarrollo Rural del Irapuato con el propósito de buscar apoyo del Municipio, tal y como ocurre con los productores en León.
“Que nos apoye con material apicola; cajones, reinas, núcleos, que son material biológico, para poder tener un dinamismo mayor”, finalizó.