Guanajuato, Gto. Como se había anticipado, este martes primero de octubre subió un peso más la tarifa del transporte público en Guanajuato capital, tomando por “cumplido” el acuerdo tarifario entre concesionarios y el Gobierno Municipal, y a tres meses del primer incremento de dos pesos.
En total, la tarifa general tuvo un aumento escalonado de tres pesos, pasando de siete a diez; es decir, un incremento del 40%.
Las comunidades más alejadas de la ciudad fueron las más lastimadas con los dos aumentos. Por ejemplo, la ruta de Guanajuato al Zangarro, se elevó de 25 a 35 pesos; la de Guanajuato a Campuzano, de 17.50 a 25 y de Guanajuato a Cajones, de 11 a 15 pesos.
Aunque el porcentaje de aumento es el mismo (entre 35 y 40 por ciento), el costo del pasaje que paga la gente que vive en la periferia del municipio, es superior a la gente que vive en el centro, volviendo incluso incosteable para algunas personas transportarse; pues un viaje de ida y vuelta, por ejemplo, pasó de costar 57 pesos, a costar 80 pesos al día.
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Esto le pasó a la señora Carmela, que viaja con su esposo: ambos adultos mayores que toman la ruta del Zangarro a Guanajuato, y que entre los dos pagaron, de ida y vuelta, 180 pesos para ver a sus hijas, que viven en el mismo municipio.
“¿Te imaginas? Para venir de ahí para acá son 35 pesos y de ida otros 35…y otros diez pesos (para abordar otro camión)… pues ya la hago con 100. Así pues mejor me estoy en la casa. Me dicen mis muchachas «mamá, pero ¿por qué no vienes?» «No me alcanza hijas, no me alcanza para los pasajes, ¿qué quieren que haga?»”, comentó a Zona Franca mientras esperaba el camión.
A cambio del aumento no ha visto mejoras en las unidades. Al contrario: cada vez son más viejas… y peligrosas. Con un poco de humor autoindulgente, la señora Carmela relata que los camiones “rechinan”.
“Luego llega una bajada que suena bien hartísimo y luego rechinan… y digo: Madre Santísima ¿a qué hora nos va a aventar por ahí el camión? Es una bajada horrible y les digo: si me dejaran bajar aquí, me bajaba caminando y luego me volvía a subir, porque está horrible esa bajada. (…)…Pero pues ni modo, tiene uno necesidad de salir”.
Y es que previo al aumento de tres pesos, el Ayuntamiento había condicionado a los transportistas el peso “extra” por cinco unidades nuevas. Si bien, se autorizó el aumento aunque solo hubiera un camión nuevo en circulación y alrededor de siete “en proceso”.
En el mismo acuerdo, el pleno comprometía al Gobierno Municipal a entregar mil tarjetas de servicio gratuito a adultos mayores, que ayudaría a amortiguar los efectos del aumento, como el caso de la señora Carmela. La fecha límite se había fijado también a los noventa días después de la publicación del acuerdo en el Periódico Oficial, que sería hoy primero de octubre; sin embargo, en entrevista con el director de Tránsito y Movilidad y Transporte, reconoció que las primeras 500 tarjetas se entregarían en diciembre.
“Malo y caro”, reaccionan usuarias a aumento de tarifa
Como se había advertido por la propia dirección, a través de una encuesta digital, la mayoría de la población que utiliza el transporte público son mujeres. Así también ocurrió en un vox populi realizado por Zona Franca: junto con la señora Carmela, todas las personas entrevistadas fueron mujeres de distintas edades.
Por ejemplo, María y Alejandra, comerciantes de la Sauceda, que se mueven diario de su comunidad al centro de Guanajuato, también resintieron el aumento al pasaje: antes pagaban 58 pesos diarios entre las dos, de ida y vuelta a la Sauceda, junto con un transbordo en el centro. Ahora pagan 80 pesos diarios.
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Con una descripción parecida que hace la señora Carmela de las unidades, se quejan de que a las comunidades rurales “no llegan”, los camiones nuevos.
“Uno que es comerciante, también ocupa el camión, no nomás pagan los estudiantes y los que trabajan en Gobierno. Uno también paga”, se quejan.
Reconocen que han pensado subir un peso a sus productos, para poder costear los viajes.
“Se le hace a uno feo subirle el precio a las personas, pero ¿uno también qué hace?”
Ana, que vive en Villas de Guanajuato (en la zona sur) tampoco ha visto la nueva unidad que circula en la ciudad: su pasaje pasó de 7 a 10 pesos. Contrario a las demás, reconoce que no le molesta pagar más por la tarifa, mientras haya mejoras en el servicio.
Sin embargo, las unidades cada vez son peores y no cumplen con los horarios, pues hay ocasiones que tienen retrasos de hasta 25 minutos.