León, Gto. Sin ceremonia con honores y un silencio informativo por parte de la Secretaría de Seguridad Pública de León, fue como despidieron en su funeral a Efrén Reynaldo Luna.
El asesinato del oficial, de 30 años de edad, se registró minutos antes de la medianoche del martes 12 de octubre en un local ubicado en la colonia 10 de Mayo.
A esa hora y en el domicilio de la calle Madre Gloria, sujetos armados llegaron al inmueble habilitado como billar y mataron a balazos al elemento que acumulaba 4 años al servicio de la ciudadanía en la corporación policíaca.
Su violenta muerte fue la primera de un policía registrada a sólo dos días del cambio de gobierno de la alcaldesa Alejandra Gutiérrez Campos.
“El Chuky”, como también era conocido, fue el tercer elemento de la Secretaría de Seguridad Pública de León víctima de homicidio doloso en lo que va del mes de octubre.
Hasta el momento, la única información proporcionada sobre el caso fue por parte de la Fiscalía General del Estado, quien detallo que Efrén murió por lesiones de bala en el abdomen y que afuera del domicilio se había asegurado una motocicleta Italika de color negro tipo FZ.
Por su parte la dependencia municipal no informó ni una palabra sobre lo sucedido y lo único que se limitaron en hacer, fue cambiar sus nuevos logos de la administración 2021-2024, por un moño negro en señal de luto.
El oficial murió en la cochera de la vivienda y los casquillos percutidos de un arma de fuego de calibre corto que fueron asegurados, forman parte de los indicios asegurados para el esclarecimiento del hecho.
Denuncian falta de apoyo
Los familiares del policía asesinado, denunciaron que no recibieron apoyo por los gastos funerarios y que todo corrió por su cuenta.
Contrario a otros atentados, la dependencia municipal no ofreció ninguna postura, pues en otros eventos realizaron homenajes con honores a los policías caídos en cumplimiento de su deber o en su día franco.
Incluso durante el velorio de Efrén se pudo observar que mientras velaban su ataúd y ofrecían oraciones, únicamente había familiares presentes.
Ni Guardia de honor, acompañamiento de sus compañeros ni de algún funcionario del H. Ayuntamiento o una corona fúnebre les hicieron llegar.
Más tarde elementos de Tránsito Municipal se sumaron a la ceremonia final de elemento abatido en su casa.
Por la tarde de ese mismo día, después de escoltar la carroza fúnebre, se brindó el último adiós en una reducida inhumación en la que solamente los familiares más cercanos estuvieron presentes.
El resto, como toda ceremonia fúnebre en tiempos de pandemia, se apegaron al protocolo y despidieron a su compañero y amigo desde afuera del Panteón de San Nicolás.
Así fue el último adiós de Efrén, un elemento cuya suerte de justicia recae en la Fiscalía General del Estado, quien tiene la deuda pendiente de atrapar a los culpables y mandarlos a la cárcel.
Los otros homicidios de Rosendo en Santa María del Granjeno y el de Luis Eduardo en San Isidro, continúan cobijados por la impunidad.
