Por Montserrat Antúnez
Ciudad de México, 23 de abril (SinEmbargo).– Aunque Mario Delgado Carrillo, Secretario de Educación Pública, anunció que empresas de ultraprocesados y refresqueras se sumaron a la estrategia para mejorar la alimentación en las escuelas, la Presidenta Claudia Sheinbaum descartó que su Gobierno tenga acuerdos con la industria de la chatarra que pongan en riesgo este plan. En los últimos días, el acercamiento de la SEP con el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico) ha sido criticado porque la agrupación tiene una trayectoria marcada por promover productos que enferman a la población, y por debilitar y oponerse a políticas públicas a favor de la salud a través del cabildeo y sus conexiones con políticos de distintos niveles.

ConMéxico representa, con esa piel de cordero, a industrias transnacionales como Coca-Cola, Nestlé, PepsiCo, Mondeléz, Unilever, Danone, Barceles y marcas nacionales como Grupo Bimbo y Jumex, todas comercializan principalmente productos ultraprocesados, refrescos y bebidas azucaradas, aunque la agrupación también la integran marcas alcoholeras como Heineken, José Cuervo y Bacardi.
Empresas que forman parte de ConMéxico también pertenecen a cámaras como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la Asociación Mexicana de Bebidas (MexBeb) –antes Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas–, la Asociación Nacional de tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) o las Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin). Esta conexión entre ConMéxico y distintas cámaras empresariales le ha permitido consolidar su influencia en el ámbito político.
“Industrias que están dentro de ConMéxico pertenecen a otras cinco, seis o siete cámaras más, y cuando participan dentro de un proceso, por ejemplo la discusión de una Norma Oficial Mexicana (NOM), por poner un ejemplo, Coca-Cola, Kellog’s o Nestlé pueden estar representados por múltiples fachadas. ConMéxico tiene entre sus filas, entre sus cabilderos, a personajes que están muy bien conectados con la vida política del país, que han tenido relaciones con entidades de gobierno, con diferentes políticos, entonces es una forma a través de la cual ellos acercan su agenda a los espacios de toma de decisión”, explicó Ana Larrañaga, investigadora en el Poder del Consumidor, quien ha documentado las estrategias de las industrias de ultraprocesados para evitar regulaciones en los últimos años.

El cabildeo e influencia de ConMéxico
ConMéxico fue fundada en 1996, dos años después de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que permitió la entrada de productos ultraprocesados, lo que cambió tanto la alimentación, la agricultura y la cocina mexicana.
Jaime Zabludovsky Kuper, quien fue subjefe negociador para el TLCAN entre 1990 y 1994, durante el durante el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari, dirigió ConMéxico por al menos 16 años. La presidencia ejecutiva la encabeza actualmente Claudia Jañez Sánchez, expresidenta de DuPont en Latinoamérica, empresa de agroquímicos sancionada en Estados Unidos por causar enfermedades.
“En varias ocasiones [Zabludovsky Kuper] acudió de manera personal a cabildear en contra de las reformas en el etiquetado de alimentos al Senado de la República y la Cámara de Diputados, así como la NOM-051 –que permitió la implementación del etiquetado en 2020–”, señala la tercera entrega de la investigación Bajo la mira: El control corporativo sobre los sistemas alimentarios en México (2023).
Ana Larrañaga, autora del estudio, recordó que el economista Zabludovsky Kuper se convirtió en 2005 en socio fundador y vicepresidente de IQOM Inteligencia Comercial, firma que brinda servicios de diseño e implementación de estrategias de cabildeo en México y Estados Unidos.
La investigación realizada por El Poder del Consumidor y Bertha Fellow recuerda que entre sus servicios IQOM incluye el “monitoreo sistemático de iniciativas federales y estatales”, la “identificación de actores y tomadores de decisión”, y el “acercamiento con tomadores de decisión para promover intereses”.
Los clientes de IQOM incluyen cámaras empresariales que se han opuesto a las políticas de etiquetados claros de productos chatarra.

Sobre el alcance de ConMéxico en las decisiones políticas, Ana Larrañaga recordó que durante el Gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) la agrupación formó parte del comité asesor del Observatorio Mexicano de Enfermedades No Transmisibles (OMENT), encargado de emitir recomendaciones de política pública a la Secretaría de Salud.
“El papel que desarrolló dentro del observatorio fue de desestimar toda la evidencia científica que se presentaba sobre la importancia de alimentación escolar saludable. Se opusieron también a la adopción de etiquetados claros en los empaques de alimentos y bebidas. En ese momento hicieron un cabildeo muy fuerte en contra de cualquier intento regulatorio sobre la publicidad que se dirige a infancias, y en contra de los impuestos a bebidas azucaradas que se habían aprobado en ese sexenio”.
Además, durante la administración de Peña Nieto, ConMéxico lanzó una campaña llamada “Checa y Elige” para promover el etiquetado llamado Guías Diarias de Alimentación (GDA) que, de acuerdo con análisis de organizaciones de la sociedad civil y expertos en salud pública, era complicado de entender incluso para estudiantes de nutrición, además de haberse aprobó sin la participación de expertos en nutrición libres de conflicto de interés, es decir para favorecer a las industrias de ultraprocesados.

Ya durante el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, cuando en el Congreso se discutía el etiquetado frontal que advierte con sellos negros si un producto tiene exceso de calorías, sodio u otras sustancias dañinas, cabilderos de ConMéxico “intentaron hacer un transitorio que modificaba prácticamente la iniciativa de etiquetado, querían meter una figura de cámaras empresariales, que fueran quienes pudieran tener una toma de decisión sobre qué tipo de etiquetado se tenía que implementar en México”, mencionó Ana Larrañaga.
Aunque la propuesta no avanzó, la agrupación insistió en desconocer la evidencia científica que relaciona el consumo de productos chatarra y refrescos con enfermedades crónicas. Por ello, preocupa la alianza entre la SEP y ConMéxico.
“Si observamos el comportamiento histórico de ConMéxico frente a las políticas públicas, especialmente las de salud, ha sido siempre a favor de debilitarlas, a favor de detenerlas por completo o a favor de meter a las industrias ahí, hacerlas pasar como un aliado de estas regulaciones y, ya que están dentro, ver de qué manera debilitarlas, de qué manera meter por ahí su propia ‘información científica’, y lo digo entre comillas porque puede estar muy a la medida de lo que de lo que quieren conseguir”, alertó Larrañaga.
La alianza entre la SEP y chatarreras se pone en duda
El 29 de marzo entraron en vigor los lineamientos que prohíben la venta y distribución de ultraprocesados, refrescos y otras bebidas azucaradas en las escuelas de todo el país, pero sólo 11 días después Mario Delgado se reunió con representantes de ConMéxico,
En esa ocasión, el 9 de abril, el Secretario de Educación anunció que la agrupación se sumará a la estrategia “Vive Saludable”, implementada en las escuelas por el Gobierno federal y la Secretaría de Salud, con la donación de básculas, materiales para promover la actividad física e “información de investigaciones científicas sobre alimentación y salud”.
En reunión con los directivos de 27 empresas con presencia global, agremiadas al Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (#ConMéxico), acordamos sumar esfuerzos para impulsar y fortalecer la estrategia integral #VidaSaludable de nuestra presidenta, @Claudiashein;… pic.twitter.com/K8Vp6UL2gb
— Mario Delgado (@mario_delgado) April 10, 2025
“Se generó un diálogo abierto en el que los directivos [de las empresas agrupadas en ConMéxico] plantearon sus dudas y se exploraron posibles áreas de colaboración”, detalló la SEP en un comunicado.
La información desató una serie de críticas en los últimos días. En entrevista para SinEmbargo Al Aire, Hugo López-Gatell, exsubsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, cuestionó esta alianza y comparó su actuación con la de funcionarios de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, quienes, dijo, se caracterizaron por mantener una relación de protección y defensa a los intereses privados y corporativos en lugar de cumplir la responsabilidad de garantizar entornos saludables para las infancias y adolescentes.
La Presidenta Claudia Sheinbaum se pronunció sobre el tema hasta este 22 de abril, aseguró que “no hay ningún acuerdo ni nada que tenga que ver con poner en riesgo la vida de la gente, ni menos de las niñas y los niños”. Y aunque Mario Delgado dejó claro que ConMéxico sí formará parte del programa Vida Saludable, la mandataria expuso que él sólo acudió a una reunión informativa.
“A él lo convocan en esta reunión, él va y sencillamente explica en qué consiste el programa, pero no es que se haya firmado a cambio de algo que nada o que…nada. Este entonces no, cómo creen que… Si la Coca-Cola hace mucho daño. Que me perdone la Coca-Cola ¿verdad?, pero todo en abuso hace daño. Entonces no hay nada que que tenga que ver con algún acuerdo que haya hecho la Secretaria de Educación Pública con estas empresas para este afectar el programa de Vida Saludable”, mencionó la Presidenta desde su conferencia en Palacio Nacional.
El consumo de refrescos y productos ultraprocesados se ha relacionado directamente con el aumento en enfermedades cardiovasculares y diabetes en México.
Por ejemplo, una investigación publicada en enero de este año en la revista científica Nature Medicine mostró que México encabeza la lista de los 30 países más poblados del mundo con los mayores números de nuevos casos de diabetes atribuibles al consumo de refrescos y otras bebidas azucaradas; también estimó que uno de cada tres de los casos nuevos de diabetes en el país se debe a su consumo.
Mientras que en un día de escuela las y los estudiantes consumen, en promedio, 550 calorías extras provenientes de productos chatarra, como mostró una auditoría realizada por la organización El Poder del Consumidor en 2022.
En ese contexto, la investigadora Ana Larrañaga alerta que la intención de ConMéxico al trabajar junto a la SEP se lee como un intento más de las industrias de ultraprocesados de debilitar políticas públicas de salud al tratar de mantenerse en las escuelas, vendiendo su productos a las infancias.
“Los intereses de ConMéxico al trabajar junto a la SEP van por sus industrias de ultraprocesados. Son quienes han estado siempre en las escuelas, siempre vendiéndose a infancias, y lo que quieren hacer es continuar o ver cómo vuelven a introducirse, o cómo se debilitan los lineamientos [contra productos chatarra]. Es preocupante porque la SEP está en disposición de hacer una alianza con una cámara empresarial que también representa los intereses de las industrias alcoholares, dentro de ConMéxico hay alcoholares. Es delicado el tema: ¿a quién están llamando aliados los gobiernos para estrategias que son de salud pública?”, expuso.