Guanajuato. Para Angélica Zamudio, representante en Guanajuato del colectivo de búsqueda “Mariposas Destellando, Buscando Corazones y Justicia”, el foco rojo de la desaparición de personas en el sur de Guanajuato, comenzó en Salvatierra apenas a partir de febrero de este año.
Entre la desaparición de grupos familiares y la de mujeres entre los 20 y los 25 años, de la ciudad de Celaya, hacia el sur que cubre la región de Pénjamo hasta Salvatierra, las víctimas se siguen agrupando de cara al inicio de las intervenciones de la Comisión Estatal de Búsqueda.
Angélica Zamudio señaló que el caso de la maestra, Guadalupe Barajas Piña, quien desapareció a plena luz del día en el centro de Salvatierra el pasado 29 de febrero, fue el inicio de una serie de denuncias sobre personas de las que se perdió toda comunicación, o bien, fueron sustraídas de sus domicilios por hombres armados.
“A mediados de febrero a partir de la desaparición de la maestra Lupita ahí comenzó toda esta pesadilla de las desapariciones; a raíz de ahí empecé a dar apoyo a los familiares de la señora Gisela López y de Ulises Blanco Ledesma, ambos desaparecidos este año.
Gisela es un ama de casa trabajadora. Se dedicaba al reparto de periódico en Salvatierra y desapareció al ingresar en una zona complicada e insegura del municipio ubicado en los linderos del estado de Michoacán.
El caso de Ulises fue paralelo al de la maestra Lupita. Desapareció el mismo día, también en pleno centro histórico. Vino a la ciudad a ver a su hijo. El último contacto que tuvo fue con su esposa Gabriela Macías.
“Son los dos casos con los que empezamos orientando como parte del Colectivo Mariposas Destellando. Desgraciadamente sólo de febrero a la fecha ya tenemos 29 familias. Dos de ellas familiares entre sí en San Nicolás de los Agustinos cercano a Salvatierra. Están tres personas, dos hermanos y un tío, que fueron sustraídos de su domicilio”.
Los casos del colectivo de reciente actividad en Guanajuato ya acompañan casos de Celaya, Pénjamo, Irapuato, pero sobre todo en Salvatierra donde acompañan a más de diez familias.
“De San Nicolás de los agustinos son dos hermanos y un tío. Jesús Lara Jaime y Miguel Lara Carapia que estaban en su taller mecánico, sobrino y tío, fueron desaparecidos, levantados, simplemente no los han regresado desde el 26 de febrero”.
Su tío, Ignacio Carapia desapareció cuando fue también sustraído de un anexo en la Colonia División del Norte en Salvatierra.
“Son casos que realmente se los llevan y está el antecedente de que es con violencia. Es mucho trabajo que las autoridades se dediquen a hacer la búsqueda”. Por ejemplo, dijo, Cristopher Juárez desapareció desde septiembre de 2018 y su mamá no tenía al acceso a la carpeta ni alguna ayuda.
Por ahora, son 29 casos, 24 desaparecidos y cinco desaparecidas, los que lleva el colectivo. Todos son mayores de edad. Entre los 28 y los 36 años en el caso de los hombres, y de los 20 a los 25 años en las mujeres.
Uno de los casos es el de Irma María José es de Celaya quien el 17 de abril salió con dos hombres familiares suyos, pero los tres desaparecieron tras ir a una fiesta. También el de Araceli Juárez y Carla María Alfaro, quienes desaparecieron el 3 de abril en Celaya cuando una amiga suya pasó por ellas en su vehículo y no las han vuelto a ver.
“En muchos casos ni siquiera les dan su copia de la carpeta ni el número de carpeta. Entonces van y denuncian y hasta ahí. Nuestro apoyo está en hacer el acompañamiento de las familias, poder revisar su carpeta y, en dado caso, tener el acercamiento con la Fiscalía Especializada en Desaparición de Personas”.
Angélica Zamudio recalcó que por ahora están priorizando la labora de acompañamiento con las familias. Que empiecen a sentirse más protegidos, un poco más tranquilos, más apoyados. Es entonces que se puede iniciar la búsqueda y el apoyo con el colectivo con sede en el Estado de México a cargo de la señora Laura Curier.
