Guanajuato. Subir una foto a sus redes sociales con su pareja, provocó que a Karina González no le dieran el contrato como asistente de dirección en una universidad. Su jefe se dio cuenta que ella era bisexual.
No hay otro argumento, ni falta al trabajo que pudiera justificar que el interés de que ella permaneciera todo un año laborando ahí, en un fin de semana terminara.
Incluso ir buscar el servicio de salud es abrir la puerta para que doctores o doctoras cuestionen por qué tiene una relación con otra mujer.
“Más allá de la institución tiene que ver con las personas que forman parte de esa institución, los servidores públicos y sus creencias personales y hasta religiosas de cómo es que tienen que ser las personas y de esa forma es como te tratan. Decir la orientación que eres sí marca la forma en cómo te van a tratar”, cuenta Karina, licenciada en Comunicación, ella es bisexual y ha ido ganando espacios visibilizando su orientación.
Entre 2017 y 2020 se han registrado 236 reportes de agresión, violencia o discriminación contra personas de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti e Intersexual (LGBTTIQ), en todo el país. Estos datos se recabaron a través de la plataforma Visible, primera en México que es un espacio para que cualquier persona denuncie actos de discriminación, violencia o agresión con la comunidad.
En 2017 en Guanajuato se registraron cuatro reportes, para 2018 la cifra incrementó a 18 de estos siete fueron reportados en Guanajuato, un año después la cifra creció a 91 reportes, y este año suman ya 124.
Aún con lo que le ocurrió en la universidad donde trabajó, Karina se considera en cierta ventaja con el resto de orientaciones sexuales.
“La bisexualidad está considerada más bien como un asunto de confusión y no como una orientación, como -ah, bueno- es algo que tiene ahorita y se le va a pasar o está en el proceso de decir que es lesbiana pero todavía no lo dice. No nos encasillan tanto y no hay tanta discriminación porque ellos tampoco saben cómo tratarnos o qué somos”, dice.
Lo que le sucedió en el servicio de salud no fue que se negaran a atender a su pareja sino que opinaran sobre su relación.
“Cuando supo que era su pareja, se sorprendió y le empezó a cuestionar -no entiendo como pueden ser lesbianas, no logro entender-, decía la doctora como muy predispuesta como si a todas las personas que entran les preguntaran que tipo de relaciones tiene y empezar a opinar”, recuerda Karina.
Para ella el servidor público está obligado a eso, servir independientemente de quién seas.
Los LGBTT en una misma bolsa
La ausencia de información sobre personas LGBTTT+ en Guanajuato es preocupante y termina en lo que Juan Pablo Delgado define como un ciclo perverso.
“Es un ciclo de invisibilidad un ciclo de impunidad, y de carencia de políticas públicas cuando decimos que hay un escenario generalizado de violencia hacia las personas LGBTT y las autoridades tienen la osadía de decir que no hay datos que demuestren esa situación, si los gobiernos no generan esos y desde la sociedad civil no los generamos contribuiremos a estos discursos continúan vigentes”, señala.
Cuando nació la plataforma Visible, iniciativa de la asociación Amicus que es presidida por Juan Pablo se realizó un ejercicio de acceso a la información a través de solicitudes en 2017. Las dependencias no tenían información alguna sobre personas de diversidad. Tres años después nada cambió.
“Si no hay información no se puede generar política pública para nuestra atención, el gobierno dice, no la genero para invisibilizar y no genero porque no tengo datos que me evidencien que es necesario”, remata Juan Pablo.
Ni la anterior administración gubernamental, ni esta quieren abrir espacios y mucho menos considerar a la población.
Entre la ausencia de información y protocolos que más preocupa se encuentra la Fiscalía General del Estado (FGE) que al momento de identificar en algún delito no ve necesario definir qué orientación tenía la persona.
“Las descripciones nos pueden hacer entender que catalogan en una misma bolsa a las personas LGBT sean cualquier orientación simplemente parece que es una cajita, -Ah pues es LGBT- y tachan la insignia y el campo. Nos preocupa porque es importante diferenciar la identidad para poder entender sobre todo las autoridades que investigan la comisión de un delito”, manifiesta.
Casos como la Secretaría de Educación de Guanajuato se limita a señalar que no tiene obligación de generar información sobre población de diversidad.
Uno de los organismos que más alertó con la ausencia de datos es la Procuraduría de Derechos Humanos y que ahora está bajo el mando de Vicente de Jesús Esqueda Méndez.
“En la que desgraciadamente existen determinados datos sobre la orientación sexual que presentan una queja, tampoco hay una sistematización que nos permita encontrar algunas características y la respuesta 2016 varía, lo cual nos puede hacer entender que durante la gestión anterior la manera cambió pero en ese sentido es bastante preocupante porque pierde la sistematización. De la procuraduría esperaríamos un estándar mucho más elevado. ”, mencionó Juan Pablo.
