León, Gto. Lucía Verdín Limón, activista, feminista, lesbiana y regidora, consideró que si voltea a ver el pasado, la vida de las mujeres bisexuales y lesbianas ha tenido avances socialmente.
Recordó que hace muchos años, tener una relación sentimental con personas de la diversidad sexual, te podía ocasionar la prisión.

Desde muy joven, supo que vivir dentro del “clóset” no era para ella, pues quería hacer sus actividades como las demás personas, sin miedo a esconderse; y aunque se enfrentó a obstáculos como violencia y discriminación, decidió vivir su vida a su manera.
Lucía es fundadora de la organización civil Chicas BiLess, la cual nació como un red de apoyo y educativa del manejo de la salud sexual de las mujeres lesbianas y bisexuales.

Recordó que alrededor del año 2000, eran poco visibles y aceptadas socialmente las parejas de lesbianas y bisexuales en León, y esto derivaba violencia, incluso detenciones, como le ocurrió a una amiga de ella cuando salió del antro.

“Yo recuerdo que a mi primer pareja no le daba tanto miedo andar en la calle, pero entrábamos al bar como el espacio más seguro y yo siempre entraba volteando a los lados ‘que nadie me vea entrar, que nadie me vea salir, porque capaz que me agarran’. He tenido amigas que me cuentan que las esperaban afuera del antro y las subían a la patrulla, por salir del antro”, comentó.
De acuerdo con la plataforma Visible, que es un espacio para registrar reportes de incidencia de violencia y discriminación hacia las personas LGBTIQ+, desde el 2017 a junio del presente año, en Guanajuato se han presentado 245 casos. A nivel nacional han ocurrido 3 mil 230 casos.
La mayoría de estos actos son contra personas entre los 18 a 25 años de edad y le sigue el rango de 26 a 31 años de edad. Las personas que se identifican con el género de hombre también son las más agredidas, después de las mujeres trans y posteriormente las mujeres cisgénero.
La sociedad en León de los años 2000 en pleno 2024 ha aceptado más las mujeres que se atreven a no quedarse en el clóset y salir a las calles, o decir que es lesbiana y bisexual, así como a quienes cambian su identidad de género.
Verdín consideró que esto se debe a que cada vez hay mayor información, así como menos miedo o temor a ser víctima de violencia.

“A mí me parece que si volteamos a ver hacía atrás, las cosas sí han avanzado socialmente, porque a mí da mucho gusto que con el paso del tiempo ya se tiene menos miedo. O sea las juventudes tienen menos miedo de decir quiénes son, de decir qué hacen, de decir a dónde salen…”, comentó.