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jueves, abril 24, 2025

Las Colectivas feministas: actoras que impulsan la agenda de género (ENTREVISTAS)

Guanajuato, Gto. A manera de reflexión por el 8 de marzo, Zona Franca entrevistó a tres integrantes de colectivas y organizaciones feministas en el Estado: tanto en León, como en Guanajuato capital. Cada una habla con la perspectiva de su generación y con formas distintas de hacer activismo, pero con la misma meta de mejorar las condiciones de vida para la vida de las mujeres en un Estado sumamente violento.

En total, fueron cuatro preguntas para reflexionar en torno a las organizaciones que las antecedieron, los logros actuales del trabajo colectivo y cuáles son los retos que les deparan a colectivas presentes y a las de nueva formación.

Entre las coincidencias que tienen, está el reconocer como indispensable el trabajo que han hecho las activistas feministas durante más de 20 años en el Estado de Guanajuato, para impulsar la agenda de los derechos de las mujeres desde múltiples plataformas: las calles, la academia, la colectividad; el cambio de paradigma en la opinión pública y el propio acompañamiento a víctimas.

Los resultados han sido múltiples, pero uno visible para todos es el reciente crecimiento que han tenido las marchas del 8M en todo el Estado. Esto de cara a una elección histórica para Guanajuato, en el que sólo hay candidatas a gobernadoras.

1.- A lo largo de tu trayectoria en el activismo ¿consideras importante o fundamental el papel de las colectivas feministas en el Estado para impulsar iniciativas, ser una voz crítica, o dar acompañamiento a víctimas? ¿Por qué? 

Red de acompañantes de León. Foto: Especial.

Naye (Red de Acompañantes León y Mujeres contra las Violencias Machistas): Yo tengo 12 años haciendo activismo en el Estado de Guanajuato con dos causas fundamentales: mujeres desde una perspectiva feminista y personas de la diversidad sexual y de género —principalmente muejeres lesbianas y bisexuales—, también desde una perspectiva feminista.

Me parece que el papel que han tenido no solamente las colectivas: las organizaciones feministas en los últimos 25 o 20 tantos años, sí ha sido fundametal, porque han puesto a agenda feminista sobre la mesa. No solamente en los Gobiernos, sino en el tema social; en el tema de ir quitando los estigmas, de ir informando a la sociedad, y por supuesto, ir peleando batallas desde distintos ámbitos. Me parece que esto viene de muchos años atrás. El movimiento feminista en Guanajuato nos precede incluso a muchas de las que estamos hoy, con compañeras que están desde finales de los 90’s e inicios de los 2000’s, donde se empezaron a crear algunas organizaciones y vienen, por ejemplo, los Consejos de Participación de la Mujer; pero también las compañeras que estuvieron haciéndole a Vicente Fox en el intento de hacer este atropello de los derechos sexuales y reproductivos mediante la protección de la vida desde la concepción. Fueron justamente varias amigas, compañeras feministas quienes estuvieron ahí “plantando cara” para que esto se quitara y diéramos un paso pequeño —pero paso—, hacia los derechos sexuales y reproductivos en el Estado de Guanajuato, que todavía seguimos peleando.

Rosalba (Mitoteras y Red de Movimientos Feministas): Creo que tenemos una referencia clara de que la acción de las colectivas ha sido sustantiva para mover al Estado, para mover a las instituciones y para colocar parte de la agenda de los derechos de las mujeres. Creo que las colectivas feministas tenemos un papel fundamental no sólo como acción individual y acompañamiento mujeres, sino como la construcción y la consolidación que está en proceso de las instancias para la atención de las violencias, las instancias para incorporar la transversalidad en las políticas públicas y en construcción de protocolos. 

Yo creo que el Movimiento Feminista y la acción colectiva, que toma los espacios públicos para hablar una forma dista al Estado, ha sido fundamental. Yo me considero realmente afortunada de estar en este momento.

Con las compañeras siempre hemos platicado: yo digo que tenemos que, además de hacer las funciones que hacemos en específico de acompañar, tenemos el gran motivo de mover a las instituciones. Yo participé en el Grupo de Alerta de Género del 2014 al 2016 y me quedó muy claro que las instituciones necesitan estas voces: necesitan que desde otras perspectivas y espacios, se les diga qué les está faltando. Yo creo que hay una necesidad de revisar el orden y la acción institucional, porque estoy segura que se les olvida qué hay afuera.

Paulina (Verde Aquelarre y Red de Movimientos Feministas): Considero que más que la importancia de las colectivas, es el impacto de las mujeres organizadas en garantizar los derechos de las mujeres y niñas. Yo veo estas organizaciones en muchos espacios que no se nombran colectivas: en las universidades, centros de trabajo, las organizaciones barriales. Creo que las mujeres han sido y son quienes más se preocupan por mejorar sus entornos, pero en la actualidad, las redes sociales, los movimientos internacionales y los discursos colectivos, han construido herramientas con las que ahora podemos trabajar en conjunto y nombrarnos colectivas. Es algo que siempre ha estado ahí.

2.-¿Qué acontecimiento o necesidad fue el que dio nacimiento a la colectiva de la que formas parte, o de las colectivas que has formado parte?

Red de Movimientos Feministas de Guanajuato capital. Foto: Especial.

Naye: Soy fundadora de dos colectivas en el Estado, la primera es ‘Mujeres contra las Violencias Machistas’ y la segunda es la ‘Red de Acompañantes León’. Mujeres contra las Mujeres Contra las Violencias Machistas nació alrededor del 2015, cuando un grupo de mujeres que teníamos preocupaciones en común, nos conocimos y nos juntamos. Nos unimos a un movimiento nacional que se llamaba ‘Calles sin acoso’, que trataba de visibilizar y sensibilizar el tema del acoso y hostigamiento sexual que vivimos en las calles. Empezamos a hacer algunas acciones: performance; a socializar la información para la prevención del hostigamiento y el acoso sexual a nivel comunitario. Éramos muy poquitas. Yo creo que éramos cuatro o cinco mujeres las que nos aventamos esta chamba y luego esto fue resonando en otras compañeras que se fueron acercando y empezamos a dialogar. Lo que hacíamos, era que nos juntábamos una o dos veces a la semana: platicamos qué era lo que nos está pasando. Poníamos varios temas sobre la mesa: feminicidio, acoso sexual, aborto, mujeres lesbianas; un montón de temas que nos resonaban a cada una. Dialogábamos y empezábamos a hacer incidencia. Y así nació Mujeres Contra las Violencias Machistas, que fue una de las primeras colectivas de esta ola de colectivas a nivel nacional que empezaron a surgir en la segunda década de los 2000’s.

Uno de los grandes grandes éxitos que tuvo Mujeres Contra las Violencias Machistas y que pudo sentar un precedente para que hoy las marchas de, por ejemplo, el 8 marzo sean lo que son, es el trabajo continuo. Nosotras éramos una colectiva que trabajábamos todo el tiempo, no nada más por tiempos. 

Por las mismas fechas, la ‘Red de Acompañantes de Aborto’ nace en el 2016, justamente porque yo venía acompañando abortos desde el 2013. A mí me esnseñaron muchas de las cosas que sé de abortos ‘Las Libres’, que son un autoridad en el tema y que han sido pioneras. Tuve la gran oportunidad y fortuna de tomar varios cursos con ellas, entonces aprendí un montón de cosas; empecé a hacer acompañamientos y eso derivó a que el servicio fuera muy solicitado. La demanda fue tanta que necesité más manos; empecé a capacitar a más compañeras y así formamos la Red de Acompañantas, hemos capacitado a un montón de mujeres a lo largo de estos 8 años.

‘Chicas BiLess’ es un proyecto en el que colaboré varios años. Es un proyecto de mi amiga, la ‘Wera Limón’ que ella fundó en el 2010 y al que me sumé tiempo después. Logramos un montón de cosas. Chicas BiLess ha sido un proyecto exitosísimo, que ha tenido no solamente el reconocimiento de premios internacionales, sino también la posibilidad de estar haciendo incidencia legislativa para lograr lo que hoy tenemos en Guanajuato: Presupuesto para una clínica, la Ley para la Diversidad Sexual y de Género. Hemos sido parte de eso junto con otras organizaciones hermanas.

Rosalba: ‘Las Mitoteras’ vienen de los mitotes que se hicieron para apoyar el Movimiento de los 43 Estudiantes de Ayotzinapa. Luego hemos conocido colectivas que apoyan a compañeras en temas de aborto; colectivas que acompañan a víctimas de feminicidios.

Paulina: Yo llegué a ‘Verde Aquelarre’ y a la ‘Red de Movimientos Feministas’ cuando ésta ya estaba consolidada. Cuando yo llegué, también se sumaron muchas debido al Paro Universitario del 2019 nos reunió con estas mujeres que ya estaban organizadas como colectivas feministas. Creo que fue un suceso muy importante, porque en Guanajuato a veces es complicado organizarse en colectividad: hay pocos incentivos y es sencilla la persecución política y social cuando te nombras desde un movimiento. Por eso creo que al final, nombrarnos como colectivas nos da un gran cobijo y acuerpamiento.

3.-¿Hay alguna anécdota que recuerdes o se haya quedado en ti, en la que alguna colectiva (hayas pertenecido a ella o no), haya marcado una diferencia en Estado, o en tu municipio?

Foto: Fernanda Bataller.

Naye: En Mujeres contra las Violencias Machistas hicimos la primera Marcha de las Catrinas, fue para visibilizar los feminicidios en un primero de noviembre. Nos sumamos a la Primavera Violeta, que fue este movimiento enorme de 2016 a nivel nacional, en donde miles de mujeres salimos en abril de 2016 para reclamar los derechos humanos de las mujeres. León se sumó, me parece que eso sentó un precedente sobre todo para el nivel de visibilidad.

Rosalba: Me parece que hemos tenido experiencias bastante fuertes  en las que la acción colectiva verdaderamente ha salvado vidas: vidas de mujeres que están en riesgo, mujeres que estaban tomando decisiones, o que el Estado de alguna forma, las coloca en la indefensión

Yo creo que lo que nos ha marcado a las mujeres de mi edad –yo tengo 55 años–, es que hemos ido construyendo la historia de este municipio en términos del activismo. Las plazas (públicas) en 2014 o 2016 cuando empezamos con las marchas: éramos unas cuantas las que salíamos a marchar y ahora somos miles. Sí puedo decir que somos miles las que nos encontramos el 8M y sí ha sido un impulso en la movilización y en los espacios públicos. 

Ahora hay otros grupos que no pertenecen a colectivas, pero que a través de vernos, ellas también ven la posibilidad de usar el espacio público.

Paulina: El paro estudiantil: muchas encontramos ahí nuestra causa, nuestra lucha. No solamente en nuestras exigencias a la Universidad, sino también encontrar a las compañeras que compartían esta idea de causa feminista. El paro tuvo su coyuntura con el feminicidio de Daniela. 

Que las últimas marchas sean cada vez más grandes. Recuerdo las últimas marchas previas al 2019: había un miedo y también un rechazo masivo a la iconoclasia. Conforme han pasado los años, más chicas se unen a esta causa, entonces las marchas se vuelven masivas: hay más personas que te acuerpan. Obviamente, esto viene con cosas muy desgarradoras de por medio. Si el movimiento feminista se ha radicalizado, o si las marchas del 8M se han radicalizado, mucho tienen que ver con las familiares de las víctimas de mujeres desaparecidas, de las víctias de feminicidio, que al final de cunetas, encuentran un día para manifestarse. Creo que la violencia en el Estado de Guanajuato ha aumentado demasiado y con ello, la violencia de género.

Es importante todo lo que ha sucedido en la Universidad de Guanajuato, la UG desde el 2019 no ha tenido tregua con sus estudiantes, lo cual me parece muy lógico porque no han tenido intención de mejorar la situación. El estado de Guanajuato está en un estado de descontento y ese descontento se ve no solamente en el movimiento feminista.

4.-¿Hacia qué camino analizas que van avanzando las colectivas en Guanajuato?, ¿Qué crítica o autocrítica podrías dar?

Foto: Zona Franca.

Naye: Siempre trato de ser muy crítica o muy consciente del feminismo en el Estado. Me parece que hay muchas mujeres que han hecho cosas grandiosas en Guanajuato, compañeras que han estado desde hace muchos años, desde antes de que nosotros llegáramos. (…) Me parece que las colectivas están desorganizadas, me parece que está totalmente despolitizado, que todo este trabajo que durante años se ha hecho y que muchas hemos puesto el cuerpo, las ganas, el trabajo, la vida ahí, un poco se ha venido cayendo. 

Yo lo veo muy desorganizado, lo veo como un movimiento de efervescencias, de fechas: el movimiento se ve el 8 de marzo, el 25 de noviembre y todos los demás días no están. 

¿Dónde están las decenas de colectivas que ahora hay? Me parece que hay una capacidad de diálogo pérdida: vernos cada determinado tiempo, platicar cómo vamos, cómo nos sentimos. Me parece que eso un poco se ha perdido.

Para que las mujeres podamos tener avances importantes, por ejemplo, en materia legislativa: muy concretamente en el tema de aborto, tendríamos que sumar y aprender de otros movimientos. 

Yo me he referido con compañeras sobre el movimiento de la Diversidad Sexual y de Género, que es un movimiento mucho más pequeño que el movimiento feminista a nivel Guanajuato, y lo que hemos logrado en dos años en un estado complicado: antiderechos, conservador. La incidencia de diversas personas, a nivel individual, pero juntas finalmente, trabajando juntas, dialogando y juntándonos, Guanajuato es el único estado que tiene una Ley de la Diversidad Sexual y de Género, es un estado que tiene presupuesto, vamos a tener la Segunda Clínica LGBT+ en el país.

Rosalba: El camino de las colectivas se ha diversificado. Yo creo que hemos avanzado en naturalizar la protesta, en ir naturalizando el uso de los espacios. Yo creo que todavía hay muchas personas y mujeres que tienen miedo a salir a protestar y a exigir sus derechos y yo creo que una crítica, es que nos falta organización. Pienso que nos falta más trabajo de bases: consolidar grupos que trabajen de forma permanente. Las colectivas a veces nos encontramos en fechas específicas, pero creo que sí nos hace falta que ese sea un tiempo de calidad y también es una responsabilidad formar parte de un colectivo.

Paulina: Las colectivas feministas hacen un gran trabajo de visibilizar. A veces por la dificultad que implica que se haga compatible la vida laboral, la vida estudiantil, o incluso nuestras vidas personales con el activismo, nos hace ser poco activas durante todo el año. Pero siempre que llega el 8M, se organizan las actividades y cada año nos vamos encontrando más mujeres con nuevos intereses. 

Muchas veces estamos activas el 8M y no solamente nosotras como colectivas, también las instituciones, las Universidades. El gran reto estaría en que las instituciones no solo dieran las plataforma a las mujeres el 8M, sino que fuera algo constante. 

Un reto importante de las activistas, es dejar de ser tan hostiles con la idea del activismo como un trabajo, o la idea de la profesionalización del activismo. En realidad, nuestro trabajo es muy especializado, a veces sabemos hacer mejor esto que la gente que está en las instituciones y al final de cuentas es un trabajo. Creo que ese es un reto: poder profesionalizar nuestro activismo y reconocerlo como un trabajo.

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