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viernes, marzo 29, 2024

Desfalco de 18 mdp en la Diócesis de Irapuato: era dinero de limosnas y servicios religiosos

Salamanca, Gto. El monseñor Gerardo Velázquez Solís y el presbítero Rubén Herrera Luna, de la Diócesis de Irapuato, fueron acusados de desfalco por una exempleada administrativa, luego de que ella fue denunciada por el supuesto robo de 18 millones 603 mil pesos a la iglesia.

A unos días de que se celebre el primer juicio, la mujer exige justicia. Con documentos en mano afirmó ante los medios de comunicación que ha sido víctima de hostigamiento por miembros de la iglesia involucrados en el caso.

Por seguridad, solicitó omitir su nombre completo. Dijo que en el proceso judicial se han presentado omisiones por parte del Ministerio Público, pues según ella están en complicidad con la Diócesis de Irapuato, ya que se han negado a investigar las propiedades y bienes de Velázquez Solís, así como el entonces obispo José de Jesús Martínez Zepeda.

Paloma “N” tenía trece años trabajando como contador público en las oficinas del Obispado de Irapuato, pero fue el robo de más de dos millones de pesos en efectivo de la caja fuerte, lo que habría motivado una auditoría en noviembre del 2016.

“Cada año se hace una rifa para el seminario, la rifa del 2016, el señor obispo José de Jesús Martínez Zepeda, junto con el padre Ozziel de Jesús Andrade Marmolejo, el padre Rubén Herrera y monseñor Gerardo Velázquez que en ese entonces era vicario de la Diócesis decidieron que no iba a entrar ese dinero a la cuenta fiscal para ahorrarse el IVA; eran 9 millones que entraron a una caja fuerte, constantemente se sacaba dinero pero el que tenía la llave era Rubén Herrera, ecónomo del seminario; en noviembre, abrieron la caja y ellos tenían una estimación de que había como 4 o 5 millones de pesos, cuando había 900 mil pesos; había un faltante de más de dos millones de pesos” narró.

Durante la auditoria, le despojaron de documentos que probaban entradas y salidas de la cuenta bancaria que se abrió en el 2012 y a la que mensualmente ingresaban alrededor de 4 millones de pesos, producto de los servicios religiosos y limosnas de las 67 parroquias que integran la Diócesis.

“El 3 de febrero del 2017 fuimos al Ministerio Público y nos enteramos de que había una demanda en contra mía desde el 20 de diciembre, de parte del Obispado, por robo; son 18 millones de pesos”, relató.

Sin embargo, no era la única acusada del robo, también procedieron en contra de su esposo, actual trabajador de Pemex; así como un excompañero identificado como Román “N”, quien se negó a declarar como testigo en contra de Paloma, una vez que fue señalada como la principal responsable de este desfalco.

La carpeta de investigación 64824/2016 quedó a cargo del personal de la Unidad Especializada en Delitos Patrimoniales, y de acuerdo con Paloma, basaron la acusación en los más de 40 cheques que solo monseñor Gerardo Velázquez y el presbítero tenían la facultad de firmar y por lo tanto solicitarle, y aunque algunos iba a nombre de proveedores, otros generalmente salían a nombre de ella y su compañero Román, también acusado de robo.

“Que según es lo que ellos rastrearon de pólizas y cheques que me hacían cobrar, cheques que yo cobraba por autorización de Monseñor Gerardo y el padre Rubén Herrera Luna”, apuntó.

Detalló que los cheques solicitados variaban de 30, 40, 100, 200 o hasta 250 mil pesos, haciendo retiros de seis a siete veces por mes, desde septiembre del 2014 hasta junio del 2016, con el argumento de gastos jurídicos, económicos, del seminario, y contables.

Uno de estos cheques con valor de 400 mil pesos se cobró y el dinero fue entregado a un contador de nombre Rubén Reyes, quien realizó una estrategia fiscal.

“Monseñor nos dijo que dicho contador no iba a firmar nada de recibos para no dejar rastros de lo que se le estaba pagando por sus honorarios, y este pago se le hizo por realizar una estrategia fiscal sobre un problema que tuvo el padre Rubén Herrera Luna con Hacienda ya que depositaba a su cuenta personal los ingresos de la Catedral de la Diócesis, y no a cuentas fiscales, por lo que Hacienda lo requirió para pagar impuestos por la cantidad de 2 millones 800 mil pesos” refirió.

Las propiedades

Paloma “N” dijo que con sus abogados empezaron a responder a la demanda y solicitaron al Ministerio Público investigar las propiedades y bienes de monseñor Gerardo Velázquez, a quien le entregó la mayoría de las ocasiones el dinero de los cheques que le solicitaba.

No obstante, relató que la entonces titular de la Unidad Especializada en Delitos Patrimoniales, Yaret Pérez, desechó que esta fuera una prueba idónea ya que los orígenes lícitos o ilícito no eran motivo de investigación, o que implicaría violación de los derechos de Gerardo Velázquez, así como una molestia a su persona, familia, domicilios, posesiones.

Con fotografías, y documentos, la contadora expuso que monseñor cuenta con doce propiedades a su nombre en Michoacán y concretamente en Salamanca, Guanajuato: “pagaba terrenos en efectivo de un millón 900 mil pesos” dijo.

Declaró que a dos de estas fincas, les estuvo invirtiendo durante el 2014, tiempo en que fue testigo de cómo el dinero que entregaba de los cheques lo ocupaba en construcción y mejoras de unas cabañas, ubicadas en un residencial exclusivo de Salamanca denominado Santa María en la comunidad Santo Domingo, pues le hizo creer que esta finca, que él mismo le dijo, estaba valuada en 13 millones de pesos, era una casa de descanso sacerdotal


“La que está en Santo Domingo aquí en Salamanca, ahí invirtió 2012, 2013 y 2014; y 2015 y 2016 agrando la que tiene en Erongricuaro, Michoacán tiene alrededor de cinco cabañas con antigüedades” apuntó.

En el documento expuesto a la prensa, detalla que Velázquez Solís hizo construcciones millonarias: una cabaña con cuatro recamaras, cocina integral, sala, comedor, mínimo tres baños, con acabados de lujo, alberca, jardines de ornato, un techado muy amplio para fiestas, con cocina, baños, y se encuentra decorada con muchas antigüedades.

La mujer dijo que la última vez, habló con el obispo de Irapuato, Enrique Díaz, quién lo que hizo fue solicitarle tres propiedades, a cambio de retirar la demanda en su contra.

“Fue una persona déspota; yo le hablaba y él nunca me puso atención, nunca me escuchó, fue grosero conmigo porque quería que yo fuera la responsable de todo, yo le decía que no, que desde el obispo hasta el padre Gerardo, todos los padres, eran seis personas las que estaban involucradas; me pidió tres propiedades para quitar la demanda; él me dijo que con esas tres propiedades podíamos subsanar,” finalizó.

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