León, Gto. A unas horas del asesinato del encargado de un centro de rehabilitación de drogas y en la colonia España, los vecinos de los alrededores se encuentran destrozados y conmovidos por el crimen.
El asesinato de Eduardo Marcelo Padilla, de 47 años de edad, ocurrió afuera del 319 de la calle Badajoz, en la banqueta del anexo ‘“Mi primera y Última Oportunidad’.
Aquel martes iban a ser las 6 de la tarde, cuando el coordinador del centro de rehabilitación atendía a un hojalatero que repararía una camioneta y al mismo tiempo recibía la visita de uno de los familiares de los internos.
Vecinos comentaron a Zona Franca, que la tarde de los hechos escucharon suficientes disparos como para darse cuenta que la agresión armada era un atentado y no pirotecnia como creyeron al principio.
“Se escucharon muchos disparos, pensamos que eran cuetes, ya nada más salimos y estaban los tres hombres muy heridos de gravedad. Marcelo murió cuando llegó al hospital mientras que a las otras dos personas se las llevaron pero al parecer se encuentran estables de salud”, contó un vecino.
Al solicitar una postura en el centro de rehabilitación, uno de los internos a cargo explicó que en ese momento no había nadie que pudiera dar unas palabras, dado que se encontraban destrozados emocionalmente por el asesinato.
“El padrino murió, los dos hombres de 27 y 33 años, venían a ver a uno de los pacientes y a reparar una camioneta pero las balas los alcanzaron cuando llegaron sicarios de un coche blanco a disparar”, contó uno de los internos, quien aclaró que los hechos ocurrieron afuera y no en el centro de rehabilitación.
De igual forma las llamadas al número de atención del centro de rehabilitación, no dejaron de sonar en el teléfono que recibía los informes sobre el estado de salud de los 50 internos que buscan alejarse de las drogas.
“Han venido familiares de internos a preguntar por sus pacientes pero les decimos que ellos están a salvo, afortunadamente no hubo internos heridos”, dijo el interno.
Afuera de la vivienda habilitada como centro de rehabilitación, los internos colocaron tres veladoras y dejaron una cruz con granos de sal, en el lugar donde fueron agredidos.
El asesinato del encargado del centro de rehabilitación, conmocionó a la sociedad leonesa que conocía a Eduardo Marcelo, pues lo recordaron como un hombre que siempre intentó sacar de las drogas a la juventud.
