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sábado, abril 20, 2024

Ante pasivo ambiental de Química Central, vecinos se sienten indignados

San Francisco del Rincón, Gto. Para los habitantes de los alrededores de la Química Central de México (QCM), la indignación por el cierre de la empresa que dejó sin resolver sus problemas ambientales, prevalece junto con el abandono en el que se encuentran sus más de 196 mil toneladas de desechos altamente contaminantes.

Hace unos días, Javier Casillas Saldaña, presidente municipal de San Pancho, denunció que autoridades ambientales se olvidaron de las 196 mil toneladas de residuos de cromo hexavalente sin tratamiento que están en una montaña al aire libre sobre la carretera San Francisco del Rincón-León.

Durante un recorrido que Zona Franca hizo por comunidades como La Mora en León y en las colonias Buenavista y Puerta del Cerro en San Francisco del Rincón, se pudo confirmar que la indignación por el daño causado por la radiación de los desechos permanece tanto hacia la empresa como a las autoridades por permitirlo.

Las nuevas generaciones de jóvenes que habitan en las comunidades mencionadas, no conocen muy bien sobre las afectaciones que dejó la Química Central de México, y que derivaron en el cierre y clausura de la empresa.

En la comunidad de La Mora, un par de jóvenes madres de familia entrevistadas confiesan apenas conocer sobre la planta química. Otras personas más grandes, les sorprende que la empresa tenga más de 5 años clausurada sin recibir sanciones por los altos niveles de químicos que dejaron sin procesar.

“No sé por qué los desechos sigan al aire libre. Tengo entendido que son radiactivos y que podrían causar una explosión como la que ocurrió en el Puerto de Beirut el pasado 4 de agosto. Tenemos entendido que supuestamente no está funcionando pero nada más cerraron la planta y ahí dejaron sus contaminantes radioactivos”, opinó una mujer en la comunidad de La Mora.

Al llegar a la colonia de Puerta del Cerro, sus habitantes recuerdan más sobre Química Central de México y reconocieron que hasta la fecha no hay un plan para renovar las condiciones en las que se encuentran los contaminantes.

Desde las colonias y comunidades aledañas, se pueden apreciar las toneladas de cromo hexavalente.
Foto: Jorge Hernández

“Sabemos que la QMC era un tema peligroso por sus desechos. Yo tengo 25 años viviendo aquí pero nunca nos ha pasado nada. Sí le tenemos miedo a la radiación pero no es lo mismo estar aquí a lo lejos en nuestras casas que ser de las personas que se meten a saquear materiales para su reciclaje”, contó uno de los entrevistados, encargado de una tienda de abarrotes.

En la colonia Puerta del Cerro, se alcanza a ver a lo lejos la fachada de la planta química. Aquí sus habitantes reprocharon el abandono en el que se encuentran y la indignación hacia las autoridades por ser permisibles en temas de cuestión ambiental.

“Al gobierno le pesa la mano para castigar a las grandes empresas corporativas que vienen a saquear nuestros recursos. Aquí nos dejaron 196 toneladas de radiactivos y hasta la fecha el pasivo ambiental sigue siendo una afectación para los habitantes que viven cerca de la Química Central de México”, contó otro entrevistado.

Los entrevistados opinaron al igual que el primer edil, ya que solicitaron retomar el tema para que tenga un seguimiento satisfactorio. Algunas de las personas que habitan en esta zona solo lo hacen en sus jornadas laborales, por lo que su preocupación es menor o evidente a la de los habitantes que diariamente deben pasar por ahí.

“Lamentablemente no han quitado nada, sigue igual, de nada sirve que la hayan cerrado si no retiran los desechos”, opinó una habitante de Puerta del Cerro. “Ya solamente quedan los vigilantes y eso a veces porque se les meten a robar”, dijo.

En la comunidad de Buenavista, sus habitantes tienen a un par de metros la montaña de cromo hexavalente, un escenario que muestra desde cualquier lugar de sus calles el problema ambiental que la Química Central de México dejó.

“Sí es un riesgo deberían tomar cartas en el asunto pero nadie mueve nada debería ser importante por la salud de las personas porque si hay una explosión a un accidente no sabemos de qué magnitud sería”, dijo uno de los habitantes.

Por último los entrevistados aseguraron que en su momento cuando es temporada de calor, los olores que emana la fábrica son muy fuertes, aunque desde hace unos años la gente de las comunidades no se ha quejado ya que el humo cuando operaban los contenedores químicos llegaba hasta sus hogares.

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