Guanajuato. La sequía registrada en Guanajuato durante los dos últimos años pegó más duro en 2020. Ahora con las lluvias registradas en las semanas de junio, la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural espera que se llenen las presas para los temporales siguientes.
“El problema ha sido que en los dos últimos años ha llovido menos del promedio histórico en Guanajuato, que es de 600 milímetros o un poquito más de lluvia al año”, expuso.
Explicó que en el 2020 y 2019 se quedarán por debajo de esos 600 milímetros. Particularmente 2020 fue un año más seco donde se llegó solo a 450 milímetros de lluvia, lo que afectó principalmente a las presas del riego agrícola y al abrevadero del ganado.
Recordó que las presas que sirven para riego son la de San Miguel Allende, Solís y la Purísima. Si estas se llenan, se tendrá un mejor riego para el siguiente ciclo otoño-invierno.
“Lo que estamos esperando este año es que tengamos suficiente lluvias para que las presas vuelvan a llenarse y las pequeñas, y otras de bordería, esas sí se están recuperando favorables con las lluvias que hemos tenido”.
El funcionario estatal recordó que el año pasado se guardó la presa Solis, que llegó a registrar un 60 por ciento de su capacidad que se pensó para el temporal de primavera-verano, ahora con estas lluvias se conserva en el mismo nivel.
Agregó que el caso de la presa Allende fue la más afectada, pues antes de las lluvias tenía reportes de 15 por ciento de su capacidad, y ahora reporta una recuperación del 18 por ciento.
“Realmente ahorita está lloviendo en Guanajuato de manera regular y eso anima mucho al sector agroalimentario, ya que la ganadería y agricultura dependen del clima, de la lluvia y además de que están relacionadas su ciclo productivo precisamente con la temperatura de lluvias.
“Estamos en el ciclo que se conoce como primavera-verano, es el ciclo más importante para este año y con estas lluvias se está trabajando en los diferentes cultivos de la entidad”, concluyó.
