León, Gto. Al menos 25 empresas del sector textil y del vestido en Guanajuato, emprendieron nuevas líneas de fabricación de productos de protección médica, en el contexto de la emergencia sanitaria que significó la pandemia de COVID-19.
Así lo informó Fernando Araiza, director de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido en Guanajuato, quien puntualizó que durante la cuarentena decretada en 2020, un gran porcentaje de sus afiliados se volcó a esa actividad como medio de sobrevivencia además de oportunidad.
“Hubo una época cuando se cerraron que se dedicaron a hacer productos esenciales. Pero ahora son alrededor de 25 empresas que siguen haciéndolas todavía, pero ya no sólo como una sola producción, ya en combinación con otras líneas. Crearon una línea médica”.
Explicó que en lo que se refiere a la producción normal, observaron que si han visto que las cosas tomaron un ritmo normal.
“En diciembre llegaron camiones de diferentes partes de la republica, cosas para vender, si tuvo una afluencia normal comparado normal. Es un segmento que siempre ha tenido Moroleón y Uriangato, ese es parte de un sector vivo, vienen en camiones de muchas partes de la república”.
Por lo pronto, indicó que hay fabricantes ya hicieron de la ropa médica una línea especial que sigue surtiendo, “esto desgraciadamente no va a terminar”.
“Cubrebocas, batas, overoles médicos siguen vendiendo pero normalmente nuestro sector está normal en su producción, con menos gente, menos capacidad, pero estamos trabajando ya sin ninguna restricción como la tuvimos en los otros meses”.
De acuerdo con el experto economista Alberto Aguilar, que a nivel nacional la industria textil con una caída en su producción de casi 19 por ciento de enero a noviembre.
“Por igual motivó cambios a dicha industria. De un 10 por ciento que se dedicaba a productos sanitarios para la primera línea en hospitales, otro 30 por ciento se reconvierte, lo que salvó 400 mil plazas, más allá de que se ha tenido que batallar con hordas de importaciones hechizas”, indicó en su último artículo publicado en el diario El Economista.
