Guanajuato. Cuauhtémoc Rivera Rodríguez, representante de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), advirtió que si bien la reactivación económica reactivó negocios que tuvieron que cerrar, varios reabrieron pero en otros giros y desde la informalidad lo que provocó una afectación directa a los salarios de los trabajadores de sus giros.
Actualmente, la Anpec cuenta en Guanajuato con 22 mil afiliados de las principales ciudades como Guanajuato capital, San Miguel de Allende, así como las ciudades del corredor industrial como León, Irapuato, Salamanca y Celaya.

Señaló que en el caso de Guanajuato los trabajadores informales tienen o representan el 54 por ciento contra el 46 por ciento que representa el trabajo formal.
Destacó que la informalidad es una actividad que nace de muchos entre estos la falta de oportunidades en el país de buenos empleos, así como el exceso de regulaciones.
“Pareciera que en este país nos ponemos todos para impedir que la gente pueda emprender algo algún tipo de negocio, se le pone muchos obstáculos a la formalidad a la apertura de negocios y la gente antes de ese tipo esa una carrera de obstáculos sin fin”.

Estimó que en un un negocio formal se ofrece un salario promedio mensual promedio de 5 mil 500 pesos. En tanto, el trabajo informal es pagado en esa misma circunstancia en 3 mil 500 pesos, una diferencia de 2 mil pesos.
“Muchos negocios tuvieron que cerrar por la pandemia y ya no pudieron abrir, o bien, volvieron a abrir en otros giros y en condiciones informales. Es decir, la pandemia, tenemos que decirlo por sus letras, empobreció el trabajo en México.
Entre los giros más importantes con afiliados a la Anpec, explicó que son los que tienen máxima proximidad hacia el cliente; en las colonias, pequeños negocios que van desde la tienda de barrotes, la miscelánea, mercerías, fruterías, carnicerías, cremerías, entre otros.
“Estamos hablando de negocios pequeños que que dan servicio a las comunidades y que son muy socorridos porque son los más cercanos a tu hogar”, señaló.