León, Gto. Padres de familia hicieron un llamado al Gobierno del Estado para que intervenga en la posible reubicación del campus de la Escuela de Nivel Medio Superior de la Universidad de Guanajuato (UG) y ponga fin a las clases en línea, con el objetivo de que los estudiantes puedan regresar a las aulas.
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Este jueves, a las 2 de la tarde, se tenía prevista una manifestación en las instalaciones de la llamada prepa nocturna, sin embargo, la asistencia fue mínima: solo dos padres de familia, dos alumnos y un ciudadano acudieron a alzar la voz en representación de los afectados.

Los inconformes señalaron que hasta el momento no han recibido ningún dictamen oficial que confirme si el edificio representa un riesgo estructural o si es imposible su rehabilitación.
“No tenemos ningún dictamen ni se nos ha informado si el edificio tiene riesgo de colapsar o si es imposible su remodelación”, expresó Irazú Martínez, madre de familia.

Además, criticó la propuesta de reubicación del plantel a un espacio en la salida a Silao, donde no hay transporte público, ni infraestructura adecuada para los alumnos.
Desde noviembre, las clases pasaron a modalidad virtual tras un incendio en el auditorio de la preparatoria, lo que ha generado incertidumbre entre estudiantes y padres de familia.
“Hay muchas opciones dentro de la universidad, como la Escuela de Medicina o la Facultad de Psicología, pero prefieren mudarse a un lugar donde tendrán que pagar renta”, agregó Martínez.
Algunos padres manifestaron su preocupación por los efectos emocionales y académicos que las clases en línea han tenido en sus hijos.
“Mi hijo está en tratamiento por ansiedad a causa de las clases en línea. Ha sufrido crisis que lo han llevado a urgencias. Yo elegí esta escuela porque es céntrica y accesible económicamente, pero ahora nos dejan en el aire”, mencionó la madre.

Por su parte, Christian Rodríguez, otro padre de familia, advirtió que la reubicación afectaría la seguridad de los estudiantes, ya que la sede propuesta se encuentra en una zona despoblada.
“Independientemente de la autonomía de la Universidad, deberían coordinarse con la Secretaría de Educación para encontrar un espacio adecuado. Hay otras opciones dentro de la misma institución que pueden aprovecharse”, señaló Rodríguez.
Su hijo, Francisco, expresó que las clases virtuales han afectado su bienestar emocional.
“El estar en casa te hace sentir solo y triste. Yo llevo apenas cuatro meses en la prepa y de repente nos mandaron a virtual. Esto nos recuerda lo que vivimos en la pandemia, cuando pasábamos la mayor parte del tiempo solos”, dijo el estudiante.
Los padres de familia exigieron que la UG y las autoridades estatales transparenten la información y los involucren en las decisiones sobre el futuro del plantel.
También lamentaron la falta de unión entre la comunidad estudiantil y la baja participación en la protesta.
La incertidumbre sobre el destino de la preparatoria nocturna sigue latente, mientras alumnos y padres de familia insisten en buscar soluciones que les permitan continuar con su educación de manera presencial y en un entorno seguro.