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viernes, abril 26, 2024

El aborto no es una decisión simple, pero debe ser libre (testimonio)

León, Gto. Culpa, intranquilidad, mermas en su salud física y mental, sentirse juzgadas por la sociedad, familia y amistades, aunado a costos elevados y a un personal de salud inexperto en el tema, son algunas de las adversidades por las cuales mujeres guanajuatenses se enfrentan de manera clandestina, o legal en otra parte del país, mientras el aborto sigue penalizado en la entidad.

Aunque el tema llevaba años empolvado en el estado, el pasado marzo el grupo parlamentario de Morena trató de avivarlo con una iniciativa que busca que las mujeres decidan sobre su cuerpo sin ser criminalizadas.

Foto: Archivo

Dicha propuesta permitiría la interrupción del embarazo antes de las 12 semanas de gestación en casos de violación o inseminación artificial no consentida; cuando la mujer embarazada corra peligro de muerte o en su salud; o cuando se sospeche una enfermedad grave en el feto.

En tanto, las voces de las mujeres, que son quienes se enfrentan a la interrupción del embarazo, son ignoradas por los legisladores. Ayer, el Grupo Parlamentario del PAN cerró la posibilidad de continuar la discusión sobre el tema.

El aborto no es una decisión simple, pero debe ser libre: Sorece

En Ciudad de México existe una asociación de psicólogas feministas (Sorece) la cual lleva alrededor de dos años dando terapia a mujeres y parejas, con una visión feminista, donde han brindando apoyo a varias mujeres que deciden abortar.

Su coordinadora general, Bianca Pérez, contó para Zona Franca la importancia de que las mujeres tengan un acompañamiento durante todo el proceso que viven en la interrupción del embarazo, ya que por lo general enfrentan solas su decisión, bajo un contexto de un país machista que continúa viendo el amor romántico como una necesidad de consumación, lo que abre puertas a las diversas formas de violencia de género.

“Estamos hablando de una situación atravesada por diferentes contextos, en este caso de la manera que lo acompañamos es identificado que el embarazo vulnera a las mujeres y que no se trata de una simple decisión, muchas no están en posibilidad de decidirlo por la precariedad económica, por el enojo de su pareja a no utilizar anticonceptivos (….) o que no hay los medios suficientes para sostener esa vida”, subrayó Bianca Pérez.

Por ello resaltó la importancia de tener un acompañamiento, ya que a pesar de que en Ciudad de México el aborto es legal, aún existen muchas clínicas donde el personal de salud revictimiza a las mujeres y hasta les sugiere bajar el costo del embarazo para que no se genere la interrupción.

Al respecto, la terapeuta familiar de esta asociación civil, Nohemí Cruz Santiago, comentó que varias de sus pacientes tiene que estar justificando todo el tiempo la decisión que tomaron, siendo que de ser al ser al revés, si decidieran ser madres, la sociedad y el entorno familiar no las estarían cuestionando.

“Aunque saben que fue la mejor que decidieron tomar, hay una intranquilidad como de que hicieron algo mal y hay que trabajar con esta culpa(…) es de construir muchas ideas, no solo a nivel individual, sino cultural”, señaló.

Asimismo destacaron que las mujeres que acuden a pedir apoyo, son de todos los estratos sociales, algunas están casadas, otras no, pero también las hay quienes ya tienen hijos y por la misma experiencia de lo que implica, deciden interrumpir el embarazo.

Subrayaron que el proceso de las mujeres debe ser libre y los discursos que los legisladores puedan tener, lo realizan desde su privilegio, desde el desconocimiento de situaciones cercanas, así como del tema de salud y de lo expuestas que están las mujeres al seguir penando el aborto.

Otro punto a destacar que en los casos de interrupción del embarazo que ellas atienden, la mayoría de los hombres abandona a su pareja al saber que está embarazada, en algunos casos la apoya eventualmente con dinero, pero en otros hasta les dejan de responder las llamadas y los mensajes y simplemente desaparecen del mapa.

“Seguimos hablando del mismo estereotipo de cómo funciona diferente para cada género (…) o solo ofrecen desde la construcción de proveedor, como ‘ten el dinero y házte bolas’, otros que ni eso (…) pero hablamos de que están distantes en este proceso”, añadieron.

Tenía ganas de parar todo: testimonio

Luego de largas luchas mentales y de semanas en incertidumbre para tomar la decisión de abortar, María “N” se envalentó, tomó un camión a la Ciudad de México y fue a una clínica confiable a interrumpir su embarazo. Ella es leonesa y aquí no le hubieran permitido realizarse el procedimiento.

Foto: Zona Franca.

Todo parecía haber salido bien, pero fue tan apresurado el momento que regresaría a León que en el camino tuvo una hemorragia y de ahí se desencadenaron problemas a su salud, los cuales sintió como un ‘karma’, a pesar de que fue una decisión que previamente implicó un proceso en terapia psicológica y al que se enfrentó prácticamente sola.

“Estuve una situación de negación, yo tenía como 7 u 8 semanas cuando decidí tomar cartas en el asunto (…) después de esto empecé a investigar, un día me levanté y dije ‘ok sí lo voy a hacer’, me decidí por hacer un aborto aspirado e investigué dónde había en el D.F.”, narró.

María tiene una hija de seis años, por lo que no era un tema nuevo saber del proceso de embarazo, la atención, cuidados y manutención que significan tener un bebé.

Se sintió sola y poco acompañada por su pareja, de quien asegura solo recibió una cantidad de dinero en una ocasión. Con él ya tenía problemas previos que fueron cruciales para tomar la determinación de abortar.

“Estuvo difícil porque emocionalmente no estaba preparada para ser mamá, ya que con mi pareja había tenido un problema mayor por lo que era el conflicto de tenerlo o no tenerlo, de no tener ese problema con mi pareja, yo sí hubiera tenido el bebé”, destacó.

La iluminación llegó un día que decidió tomar terapia psicológica, fue ahí donde encontró el apoyo que buscaba, ya que sentía que no podía contarle a nadie, debido al estigma social, los prejuicios y señalamientos a los que estaría sometida, además de problemas mayores con un Código Penal que continúa penalizando la interrupción del embarazo.

Los problemas que tuvo por el aspirado fueron mayores, su salud se vio mermada, aunado a las grandes cantidades monetarias que se gastó entre el transporte, los gastos de la clínica, medicamentos y los problemas posteriores que tuvo a la interrupción del embarazo.

“A la fecha mi regla no es regular, apenas recuperé peso, llevaba terapia pero por la contingencia ahorita no, ya estoy mejor, por lo menos no estoy embarazada, uno se siente como egoísta, pero me cayó el viente el día que dije ‘no lo puedo tener’, porque me sentía muy culpable, sentía que todo lo que me sucedió era como un ‘karma’ pero al final de cuentas una decide este tipo de cosas porque realmente hay muchas limitaciones”, subrayó.

A pesar que ha pasado más de un año, María continúa con terapia psicológica e invitó a las mujeres que decidan abortar, que se informen de manera previa sobre las clínicas hasta encontrar una donde tengan la confianza y certeza de que son profesionales, y de tomar terapia para saber que no están solas.

Finalmente enfatizó que urge que el personal de salud esté capacitado y que en lugar de querer decidir por ellas y orillarlas a tener al bebé u ofrecerles opciones sobre adopción, las orienten en su salud, siempre con perspectiva de género y respetando la libertad de decidir sobre su cuerpo.

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