Imágenes Miguel Castro, video Alex y Alexis Luna
Jalisco.- Un pueblo inundado. Eso ni siquiera es una posibilidad para los habitantes de Temacapulín. Mientras el proyecto de El Zapotillo está en pausa desde hace años, la resistencia de los pobladores no cesa.
“Has hecho venir a muchos Víctor Toledo por el morbo; ¿se van a hundir o no? ¿trasvase sí o no? ¿de cuántos metros será la cortina? ¿podrá Víctor Toledo hacer algo o no?”, lanza sin tapujos, como es, Gabriel Pérez, vocero de Salvemos Temaca, Acasico y Palmarejo.
La respuesta se la dan los pobladores sentados bajo una carpa, tienen de frente por primera vez a un funcionario federal en la tierra que se niegan a regalar: “Sí, sí puede”, lanzan seguros, mientras Víctor Manuel Toledo Manzur, secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) toma la jarra llena de agua que le han puesto e inunda su vaso.
La entrada a Temacapulín, en el municipio de Cañadas de Obregón, anuncia el “no” rotundo que cumple 14 años a un proyecto millonario de agua que promete llevarla a los altos de Jalisco y al municipio de León; sus paredes, sus calles, sus casas, su gente tienen tatuada la defensa de su hogar.
Aunque reina la incertidumbre la banda toca en una fiesta de lucha y la voz que se encarga de dirigirla es Gabriel Pérez: “No venderé, te lo juro por Dios que me mira, óyelo bien Conagua, te lo digo no venderé”, entonan previo a la llegada de Víctor Toledo.
Él es bien recibido, la reina de Temaca le pone una corona de flores alrededor del cuello, saluda y el pueblo como credo recita (aunque más bien grita) los poemas de lucha: “ríos para la vida, no para la muerte”, “cuchillo, navaja, Temaca no se raja”.
Toledo lleva con él una libreta anaranjada y va preguntando datos sobre los habitantes y las casas, y mientras camina con su guía Gabriel, llegan al museo, luego al templo de la Virgen de los Remedios, el pueblo los sigue.
Todos esperan afuera del museo en la calle Los Remedios, la misma que da derecho a la iglesia… en lo que sale el funcionario federal, del que todos saben el nombre, hablan de la tormenta con granizo que les cayó un día antes, a esa agua no le temen.
“Pero tormentón con granizo, se nos cayó un árbol arriba, en el cerro, y toda la plaza se veía llena de blanco”, dice Pánfila Díaz Antón, junto a unos niños que sostienen carteles hechos por ellos, con colores, con arcoíris, con la súplica de defender la única casa que conocen.
El recorrido no dura más de una hora, llegan a la plaza principal adornada por un tapete en el suelo: Temaca Vive.
La lista de quienes toman el micrófono son habitantes, activistas, científicos, representantes de asociaciones jalisciense y guanajuatenses.
Abigail Agredón, presidenta de Salvemos Temaca va al grano: “Hace 14 años que estamos viviendo esta injusta incertidumbre, le pedimos secretario que es tiempo de desmantelar la presa por ser un proyecto corrupto, inviable y de muerte”. Por supuesto, la secundan los gritos de los presentes.
Y no hablan por hablar, tienen papeles en mano, el proyecto El Zapotillo con su presa y el acueducto dejaría sin agua al sector agropecuario, incluso señalan que la última recomendación de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco ordenó una auditoría al proyecto.
El turno de Juan Guillermo Márquez, presidente del Observatorio Ciudadano del Agua de Jalisco hace que Toledo llene su libreta de anotaciones porque le reitera que no hay agua del trasvase como dicen los gobernantes, el Río Verde no puede ser la fuente para abastecerlos y le propone un proyecto de gestión integral del agua.
Lo irracional, la desaparición de un pueblo: Toledo
El título de concesión para el inicio de obra se firmó en 2011, en 2017 finalmente la empresa española Abengoa decide dejar “hundido” el proyecto y renuncia de forma anticipada.
Dos años después es Toledo Manzur el que tras dos horas de escuchar los argumentos se avienta, y contradice incluso la promesa de su jefe, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador de ir adelante con el proyecto.
“Me bastaron 15 minutos para percatarme donde me encuentro, un pueblo originario, lleno de cultura, poetas, creyentes y creencias (…) El acto más irracional que yo pudiera registrar es que este pueblo desapareciera”, dice; la gente festeja, mientras el olor a humo sigue penetrando el evento por los cocineros que le darán pescado cocinado en penca.
No está dando un sí, ni les promete que el proyecto se acaba, porque después hay descontento cuando les confiesa que una noche antes vio a Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco que le aseguró que un millón de habitantes ya no tienen agua y por ello la urgencia de El Zapotillo.
Se recupera de las caras de enojo: “Reconozco que una presa es un mastodonte pesado, es una técnica obsoleta (…) la única forma de convencer al presidente es que tienen que demostrarnos que esto va a funcionar, ¿Hay pruebas de que funcionará un plan integral del agua?” y aunque seguía siendo su turno, el pueblo vuelve a tomar la palabra.
Como Gustavo Lozano que raspa al Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (SAPAL) y le comunica al secretario que el consejo ciudadano que toma las decisiones sobre el agua está compuesto de empresarios que para sus industrias ocupan el agua y por supuesto el proyecto.
Para Toledo el pueblo de Temaca ya triunfó al ser un referente nacional de resistencia ante un proyecto que promete será analizado en muchos foros y reuniones con el mismo López Obrador, todas las aristas tendrán que ser desmenuzadas.
Incluso les asegura que la Semarnat apoyará ir abajo con el proyecto siempre y cuando esté sustentando; ya no hay festejo, hay sonrisas de estrategia porque tras 14 años de lucha, saben que viene el tiro de gracia para El Zapotillo y parece…sí, sí parece que ganaron un aliado.
Aquí te dejamos los detalles de la visita:
