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jueves, marzo 28, 2024

Feministas de León denuncian violencia y revictimización en Casa de Apoyo a la Mujer

León, Gto. La red feminista de León denunció públicamente a Casa de Apoyo a la Mujer (CAM), como un lugar inseguro para las mujeres.

A través de redes sociales acusaron violencia al interior desde la Dirección y Consejo Directivo, conformado en su mayoría por hombres, hacia sus colaboradoras, además de revictimizar a las usuarias.

Foto: Cortesía

“Como mujeres feministas, comprometidas en la defensa de los derechos humanos de las mujeres y por una vida libre de violencia machista y patriarcal, y en congruencia con nuestras convicciones, y en el trabajo comprometido que hemos realizado desde hace años para señalar todas las violencias, hemos decidido levantar la voz ante la violencia que vivimos en Casa de Apoyo a la Mujer A.C. (CAM)”, señalaron en postura pública.

Señalaron que en septiembre del 2021, se hizo un cambio en la dirección en CAM, siendo María Isabel Llamas Andrade quien ocuparía el puesto por segunda vez en la historia de la institución.

“Desde el inicio, al presentarse con el equipo, sostuvo un discurso que desde lo sutil minimizaba el trabajo que realizamos, aún sin conocerlo. Se mostró autoritaria y cerrada al diálogo, algo que permaneció durante los meses que estuvimos trabajando con ella y que fue incrementando con el tiempo, había una constante persecución, violencias sutiles y pasivas de manera constante”.

Indicaron que esa situación fue mermando su salud emocional, haciendo que el trabajo fuera cada vez más difícil de sostener, por lo que tratando de ser congruentes y buscando el autocuidado realizaron un oficio dirigido al Consejo Directivo para buscar soluciones y generar un espacio laboral saludable para todas; sin embargo, nunca obtuvieron una respuesta y la dinámica desde entonces fue aplicarles la “ley de hielo”.

Foto: Cortesía

“Alrededor de 15 días después, finalizaron la relación laboral a quienes firmamos el oficio mediante un abogado, se nos intentó manipular para aceptar una liquidación menor a la correspondiente, al luchar y lograr lo justo se nos hizo firmar nuestra renuncia voluntaria”.

Afirmaron que ese día, la directora lo único que hizo fue acercarse y presionarlas para que entregaran rápidamente sus pendientes y actividades, se le confronta por “su falta de ética” al no permitir cerrar de manera respetuosa con las mujeres que se atendían en el espacio terapéutico.

“Logramos ir a cerrar con algunas mujeres pero ya sin paga de esas horas laboradas, además señaló su molestia sobre el oficio y mencionó su inconformidad de que tuviéramos una relación de amistad con la antigua directora, haciendo evidentes algunos motivos de nuestro despido”.

Expusieron que durante sus últimos meses en CAM, se percataron de que la profesión de la actual directora como pedagoga, no le permitía estar preparada para una institución donde sus áreas de atención son desde lo jurídico, psicológico y trabajo social, sin nociones del tema, ni la formación necesaria, nulo conocimiento en género y atención a mujeres en situación de violencia.

“Pese a las múltiples capacitaciones que dice tener en su trayectoria, demostró su limitada capacidad para resolver las necesidades de la institución y de sus usuarias, llegando a tener acciones de revictimización hacia las mismas”.

Afirmaron que pese a ser una mujer que busca mantener una imagen de compromiso, conocimiento y respeto, la realidad que vivieron es otra, pues “la situación de violencia no terminó con nuestra salida, sólo fue una forma de callar e invisibilizar lo que aún sucede en el interior, con un Consejo Directivo que desde su omisión violenta y una directora que se encarga de ejecutar en el día a día injusticias laborales”.

“CAM ya no es un lugar seguro para las mujeres porque de entrada no lo es para sus colaboradoras, quienes son las que dan sostén emocional a aquellas que se acercan a la institución ¿Cómo confiar en un espacio que no procura ni cuida los derechos laborales básicos ni la salud mental de su equipo?”.

Reconocieron a las compañeras que siguen con un trabajo comprometido pese a las injusticias laborales.

Sostuvieron que después de cinco meses hacen esta denuncia pública, porque es cuando se sintieron preparadas, pues tuvieron que elaborar el dolor que les ocasionó enfrentar las situaciones de violencia.

Cerraron su denuncia exigiendo que Casa de Apoyo a la Mujer sea liderado por personas capacitadas, con el conocimiento, formación y compromiso que las mujeres merecen.

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