León, Gto. En el corazón de León, el barrio de San Juan de Dios late con un sabor especial: el de las guacamayas.
Este antojito callejero es el rey de los bocados en la ciudad, donde el bullicio, el aroma de las salsas picantes, y el crujido de los bolillos se mezclan en una auténtica fiesta de sabor.

Nada más llegar al jardín de San Juan de Dios, verás los coloridos puestos de duros y guacamayas que te llaman desde lejos.
Y no es para menos: una buena guacamaya es una obra maestra de sencillez y sabor.
Aquí, los ingredientes son ley ya que este antojito popular es un imprescindible en el recorrido por la ciudad y se convierte en una parada obligada para quienes desean experimentar el auténtico sabor leonés.
Un bolillo recién horneado, duro de cerdo bien doradito, salsa casera que pica y sabe, un toque de aguacate y, para los que buscan algo extra, unos cueritos que coronan el bocado.
El primer mordisco es un golpe de sabor que exige una buena bebida, ya sea una fresca de frutas o, por qué no, una cerveza bien fría, para aquellos que se pueden llegar a enchilar.

Entre los clásicos de la zona destacan Duros y Guacamayas Don Diego y Botanas Juan, dos locales que desde 1974 han alimentado a generaciones de leoneses y turistas con ese sabor de barrio que solo el tiempo y el cariño logran perfeccionar.
Los clientes saben que la clave está en la salsa: ese toque especial, receta guardada bajo llave, que convierte cada bocado en una experiencia.

Don Diego, ahora con sus hijos al frente, y Juan, que no suelta la cocina, invitan a quienes pisan San Juan de Dios a probar la guacamaya que simboliza el alma del barrio.
Porque en este rincón de León, un bolillo con duro, salsa y limón es mucho más que un antojito, es una tradición viva y vibrante que conecta a la ciudad con su propia historia y sazón.