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viernes, abril 19, 2024

Hay días buenos y en otros el tedio me come: Una mirada al ‘home office’ y la salud mental

León, Gto. A dos meses que inició el confinamiento por el COVID-19, muchas empleados dejaron de asistir a sus oficinas para hacer ‘home office’; sin embargo, la carga de trabajo es excesiva en algunos casos, lo que ocasiona estrés, irritabilidad, problemas para conciliar el sueño, entre otros. 

La psicoterapeuta Adriana del Muro, señaló que el trabajar en casa no necesariamente trae consecuencias negativas, ya que a nivel global se han observado resultados positivos, aunque eso dependerá de las experiencias personales, la realidad socio-económica y las relaciones interpersonales con quien se comparta el confinamiento.

Sin embargo, el exceso de trabajo, las interferencias en la relación trabajo-familia y el acoso u hostigamiento laboral, sí pudieran generar estrés.

“El acoso u hostigamiento pueden aumentar debido a la sensación de quienes ejercen dichas manifestaciones de violencia de que no tienen el control suficiente sobre sus subordinados o compañeros a quienes violentan, lo que puede llevar a forzarles u obligarles a contestar correos, llamadas o mensajes fuera de los horarios laborales, exigir que se conecten a reuniones innecesarias por videollamada solo para ver si están disponibles aunque no haya mucho que hacer, pedir trabajo extra aunque no sea necesario ni útil solo para ‘mantenerlos ocupados’, por nombrar algunas”, explicó. 

Añadió que ha observado de manera genérica manifestaciones de estrés, como dificultades para concentrarse, dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormidos, irritabilidad, cambios en el apetito, o síntomas somáticos como el adormecimiento de manos, parálisis facial e inflamación muscular aguda, aunque recalcó que el estrés y ansiedad por sí mismas no son un trastorno. 

En caso de que el confinamiento se prolongue y para quienes padezcan estrés laboral a raíz del trabajo en casa, la psicoterapeuta advirtió que se pueden agravar los síntomas somáticos, así como el deterioro en las relaciones interpersonales, aislamiento, sensación de desvalía, disminución en la eficacia laboral, afectaciones en la autoimagen y en casos extremos tener trastornos de ansiedad.

Síndrome de desgaste ocupacional

 

Bajo el contexto anterior, Adriana del Muro comentó que hay un término empleado desde 1997 llamado ‘Burnout’ que se define como  “el resultado de un proceso en el que el sujeto se ve expuesto a una situación de estrés crónico laboral y ante el que las estrategias de afrontamiento que utiliza no son eficaces” (Martínez, 2010).

Aunque algunos psicólogos han puesto sobre la mesa este tema de manera reciente por la contingencia sanitaria que se vive de manera global, hay un debate sobre si aplica para espacios laborales (oficinas) o para personas que se dedican a trabajar con otras personas (emprendedores).

En tanto, en el CIE-11 del manual de clasificación de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, que entrará en vigor a partir de enero del 2022, se incluye un síndrome similar aunque con nombre diferente: Síndrome de desgaste ocupacional, el cual se define como el resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito y tiene tres dimensiones:

  1. Sentimientos de falta de energía o agotamiento
  2.  Aumento de la distancia mental con respecto al trabajo, o sentimientos negativos o cínicos con respecto al trabajo
  3. Eficacia profesional reducida

Asimismo la normatividad mexicana la NOM-35 establece pautas para identificar factores de riesgo psicosocial definidos como:

“Aquellos que pueden provocar trastornos de ansiedad, no orgánicos del ciclo sueño-vigilia y de estrés grave y de adaptación, derivado de la naturaleza de las funciones del puesto de trabajo, el tipo de jornada de trabajo y la exposición a acontecimientos traumáticos severos o a actos de violencia laboral al trabajador, por el trabajo desarrollado. Comprenden las condiciones peligrosas e inseguras en el ambiente de trabajo; las cargas de trabajo cuando exceden la capacidad del trabajador; la falta de control sobre el trabajo (posibilidad de influir en la organización y desarrollo del trabajo cuando el proceso lo permite); las jornadas de trabajo superiores a las previstas en la Ley Federal del Trabajo, rotación de turnos que incluyan turno nocturno y turno nocturno sin periodos de recuperación y descanso; interferencia en la relación trabajo-familia, el liderazgo negativo y las relaciones negativas en el trabajo”.

Al respecto, del Muro señaló que independientemente de cómo se decida llamarle, lo importante es que los especialistas en salud mental y las autoridades nacionales e internacionales están prestando cada vez más atención a los efectos emocionales que puede tener el desempeño de las labores.

He pasado más tiempo con mi familia

Alejando Huerta, encargado de marketing y soporte estratégico dentro de la empresa ‘Amvac México’, negocio que se encarga de producción para el campo en cuanto a fertilizantes, fungicidas, entre otros; mencionó que desde que inició el confinamiento y tuvo que hacer ‘home office’ ha pasado más tiempo de calidad con su familia y ha tenido oportunidad de cocinar y realizar otras actividades personales.

“Al contrario de lo que mucha dice de que se sienten más cansados, tengo más tiempo, yo creo es de cada quien como se organice, yo lo veo positivo, he pasado más tiempo con mi familia, con mi niña, mi esposa, puedo hacer de comer, se combinan muchas cosas, eso es muy positivo”, indicó.

Sin embargo, comentó al tener la computadora a la mano, se vuelve muy intermitente el trabajo en algunas ocasiones, entre responder mensajes y distraerse con las redes sociales.

Para evitar esto, aseguró que debe ser disciplinado en levantarse temprano, arreglarse como si fuera al trabajo y evitar quedarse en pijama.

“En lo personal definiría el home office como algo positivo, en mi caso me ha traído más cosas buenas que negativas, no ha sido al cien por ciento, he tenido que salir poco a la oficina a entregar papeles, he ido al campo, a la empresa nos ha ido bien porque somos parte del sector primario”, puntualizó.

Hay días muy buenos, hay otros que el tedio me come

Ana Estrada, coeditora de AnimalMX, refirió  se está acostumbrando a trabajar desde casa y le encuentre el gusto, porque tiene más tiempo para ordenarse en sus comidas, aunque reconoció que “la falta de calle” le genera desconcentración, porque aunque puede estar dos horas enfocada en su trabajo de pronto se distrae.

Además, señaló que desde que inició el confinamiento a la fecha ha vivido por etapas el ‘home office’, desde encontrarle el gusto, hasta el tedio le gana.

“En un inicio me encantaba estar en casa, podía trabajar, escuchar música ayudaba muchísimo y me levantaba temprano para bañarme, prepararme el desayuno y hasta escuchar la mañanera. Después vino el cansancio, ¿durará mucho? ¿en serio otro mes de encierro? ¿cuándo podré ver a mis amigues y compañerxs en el empleo?
Ahorita estoy en una etapa de: no me interesa seguir “mis reglas” de home office porque es emocionalmente difícil y modifico mis dinámicas: preparo mi desayuno desde la noche y me baño antes de dormir, como hacía cuando iba a la oficina, me levanto tarde, me cambio tarde, me distraigo fácilmente”, expresó.

Finalmente señaló que la clave para adaptarse es no ser tan duro con uno mismo, es decir, si un día te sientes triste, ansioso, es válido y hay que permitirse el sentir esa ansiedad, parar un poco el trabajo, echar una lloradita y luego consentirse uno mismo con un chocolate o un sueñito.

¿Cómo sobrevivir al ‘Home Office’?

La psicoterapeuta Adriana del Muro refirió que una de las claves para sobrellevar el trabajo en casa es tener horarios establecidos y límites claros para tener un mejor desempeño y evitar el estrés.

Además, el tener un espacio de trabajo definido ayuda a sentir que cuando la persona está en dicho lugar, está únicamente realizando actividades laborales.

El ejercitarse también es un buen aliado para el manejo del estrés, así como mantener una alimentación saludable, no saturarse de noticias respecto a la pandemia, conversar con las personas con quien se comparte el confinamiento, o en caso de estar solo, realizar videollamadas con amigos y familiares.

“Si existe malestar emocional reconocer “qué de lo que está ocurriendo está en mi control y qué no”, y enfocarse en lo que sí se puede controlar”, añadió. 

En caso de que existan emociones abrumadoras, recomendó contactar a un psicólogo o psicóloga que actualmente están dando servicio a través de videollamadas, o bien en la línea de atención de salud mental de la Secretaría de Salud del Estado de Guanajuato, la cual trabaja 24 horas los 7 días de la semana y es gratuita: 800 290 0024.

“Algo que siempre ayuda a que cada vez mas personas cuiden de su salud mental es hablar de ello, culturalmente tenemos normalizado hablar de la salud física y de su importancia, desafortunadamente el hablar del cuidado de la salud mental en algunas personas es considerado como innecesario o tabú. Mientras más vayamos incluyendo en nuestras conversaciones cotidianas el hablar de cómo nos comunicamos, nos relacionamos y sentimos, puede hacer una gran diferencia para otra persona que quizá estaba considerando que no era necesario hablar de ello. Ésta puede ser la antesala de la decisión de acceder a un servicio de salud mental”, subrayó. 

Para finalizar, recomendó que al acudir con algún terapeuta en persona o de forma virtual, pedir sus credenciales, preguntarle con qué estudios cuenta y si tiene estudios de posgrado que lo avalen como psicoterapeuta, ya que advirtió, de manera desafortunada cada vez hay más personas que no cuentan con estudios adecuados y se ostenta como psicoterapeutas sin que exista normatividad clara en el país para evitarlo.

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