León, Gto. En menos de tres meses, con el cambio de dirección en el Instituto Municipal de la Juventud, seis personas: cuatro excolaboradores y dos empleados actuales, decidieron denunciar el hostigamiento laboral, negligencia, abuso de poder e invisibilización que vivieron y que sigue pasando la paramunicipal que dirige desde febrero, Ismael Zúñiga Ramírez.
Las mujeres y hombres que decidieron hablar con Zona Franca, solicitaron a excepción de una persona el anonimato por miedo a represalias.
El IMJU enfrenta una queja ante la Contraloría en proceso de investigación por hostigamiento bajo el expediente CM/DCS/057/ 2023, pero también, una de las excolaboradoras interpuso una demanda laboral por rescisión de contrato.
Llegan advertencias y señalamientos infundados
Cada una de las víctimas coincide en la forma en que el hostigamiento y el clima laboral comenzó a perjudicarles, no solo dentro del instituto si no a nivel personal.
Presión, acusaciones infundadas, comentarios o preguntas personales, movimientos de puesto a otros para los que no fueron contratados y hasta aislamiento son algunas de las situaciones que vivieron.
“Empezó a decir que iban a haber cambios,que él sabía que las cosas se estaban haciendo de manera chueca. Llegó haciendo señalamientos del equipo cuando ni siquiera conocía cómo trabajamos o cómo llegamos al instituto”, señaló una de las afectadas.
En cada reunión u oportunidad, el titular comenzó a cuestionar el profesionalismo: “Demeritando donde podía, en junta de directores, de consejo e incluso mencionando que había corrupción, hablando de dinero y nos había dado la oportunidad de trabajar, apenas nos estaba conociendo.”, añadió.
Otra de las excolaboradoras señala que no hubo momento en que no cuestionara si estaba o no preparada para su labor administrativa, pues su licenciatura correspondía a otra cosa.
“Entonces dónde está su lógica, a nosotros nos cuestionó nuestros perfiles. Yo empecé a sentir que no servía cuando ya tenía experiencia, y lo venía haciendo bien y aprendiendo. Diario era pensar si me corrían o no porque para él no era apta cuando no conocía mi trabajo”, mencionó otra de las víctimas.
Llega demanda laboral, empleada se ve forzada a “pasear” con el director
De acuerdo con el reglamento interno, cada que hay un movimiento de personal o cambio de tabulador debe existir un proceso de entrega-recepción, con un acta que se envía a la Contraloría.

Uno de los primeros cambios que se intentó hacer sin este procedimiento, estuvo observado por el contralor interno, Luis Manuel Lara, quien fue insistente en que se trataba de una orden directa.
“Me notifican mi cambio de forma verbal, llego a mi oficina y llega el que se quedaría en mi lugar. No me dieron chance de nada, invadieron mi espacio, viendo mi computadora e insistieron que eran indicaciones del director general”, señaló la víctima, tras insistir en que hubiera un documento que formalizara la entrega-recepción del puesto. Este sí se terminó realizando.
La exservidora narró incluso burlas cuando le comentaron sobre el nuevo puesto que desempeñaría.
“Me estaba sintiendo intimidada, con incertidumbre incluso me preguntó el que se quedaba en mi puesto si sabía manejar porque ahora tendría que ir a comunidades”, añadió.
Ya en su nuevo puesto, un encuentro incómodo con el director le hizo tomar la decisión de renunciar.
“Estaba en recepción cubriendo la guardia, él sale y me dice -súbete al coche, no nos vamos a tardar- yo confundida, le dije tengo mis cosas. Me salgo, me subo y ahora lo pienso y estuvo mal, pero yo estaba vulnerable obedeciendo su orden”, narró.
Durante el trayecto le ofreció un proyecto de trabajo y enalteció su labor, la primera parada fue Presidencia Municipal y posteriormente un restaurante.
“Bájate, yo ya estaba incómoda y me tuve que bajar, me llevó a comer y estaba con gente cotorreando. Cuando regresamos, le comuniqué esto a mi jefe directo y también se sacó de onda. Ahí me percaté de que las formas laborales no eran las adecuadas, ha sido un proceso doloroso y de abuso de poder”, contó.
La extrabajadora decidió interponer una demanda laboral ante las modificaciones a su puesto para el cual no fue contratada.
Duplican funciones jurídicas para correr a abogado
Jorge Bullé, exabogado del IMJU se enteró que saldría de la paramunicipal cuando el que se quedaría en su lugar llegó a trabajar.
El exfuncionario coincide con el resto de las víctimas, la consultora operó para presionar a los perfiles que el director ya no quería dentro. Incluso con encuestas dirigidas.
“En mi primer encuentro con él, me dijo -Sé que es un equipo dividido, por el equipo de Misra, tienen tatuadas las doble MM, me queda claro que tú eres del equipo de Misra- y me dijo que si estaba grabando. Me preguntó cosas personales como mi religión”, contó el exfuncionario que duró 4 años en la paramunicipal.
La consultora le dio a responder una encuesta de clima laboral, sin que viniera el área a la que pertenecía (dirección general) y ponía el área administrativa.
“Ella no es mi jefa, yo sé cómo trabaja Ismael porque es mi jefe. La encuesta va dirigida para otra persona y le dije que no iba a responder”, contó.
Bullé comenzó a quedarse sin actividades laborales, no le responden correos, no lo consideraron en decisiones y le quitan incluso la responsabilidad de subir documentos a transparencia. Se enteró a través del sistema.
“Me empezaron a dejar sin actividades, tuve otra reunión con él bastante agresiva en donde me acusa -estás diciendo que voy a correr gente- nos intentó contraponer.” detalló.
En abril llega Rodrigo Ibañez, exregidor en San Luis de La Paz y el director lo presenta como nuevo abogado: “Para qué quieres un nuevo abogado si ya estoy yo, me parece poco ético con las mismas actividades. Esto es desviación de recurso, le estás pagando a dos personas por el mismo fin”, le comentó en ese momento.
Dos días después de esta reunión, se le notificó su finiquito.
Se van unos, se queda mal clima laboral
Dos personas que siguen trabajando al interior de la paramunicipal señalaron que siguen siendo invisibilizadas en su áreas.
Nadie les ha notificado de quién dependen o qué nuevas actividades van a realizar.
“Quienes se quedaron en los lugares de los que lograron sacar, son negligentes, nadie responde los correos, incluso ni te dirigen la palabra para nada. Llegas a sentirte inservible, y con la incertidumbre de si te van a correr o no”, contó uno de ellos.
Incluso mencionaron que sus perfiles han sido menospreciados: “Muchos tenemos más que una administración trabajando, y simplemente llegaron a cuestionar los perfiles sin dejarnos trabajar y ahora somos invisibilizados. Vamos a trabajar sin tener actividades qué hacer”, mencionó.
Zona Franca pidió una postura al área de comunicación del Instituto de la Juventud por las denuncias públicas realizadas así como del proceso de investigación y legal en su contra. Hasta ahora no se ha tenido respuesta.