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miércoles, abril 24, 2024

“Jesuitas murieron tratando de servir”, así lo recuerda el Padre José Amando

León, Gto. Los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales mejor conocido como “El Gallo” y Joaquín César Mora Salazar a quien apodaban “El Pato”, fueron asesinados dentro de la iglesia de Cerocahui en Chihuahua.

Ellos trataban de proteger a un hombre que entró corriendo a la iglesia en busca de refugio, pues estaban a punto de asesinarlo.

El sacerdote José Amado Fernández, docente del Instituto Lux en León y compañero de escuela de los sacerdotes asesinados, señaló que se encuentran buscando los cuerpos de los jesuitas.

“Llegó un destacamento de gente armada y se llevaron los tres cuerpos, del que querían matar y también de los dos padres, y ahorita están desaparecidos los cuerpos de los dos padres”, relató al periodista Sergio Ortiz.

La zona donde los jesuitas fueron asesinados es descrita como un lugar “caliente”, es decir donde ocurren actividades relacionadas con el crimen organizado.

Aun así, los jesuitas querían estar ahí, enclavados en la sierra Tarahumara, como parte de su labor misionera.

“El Gallo” y “El Pato” estudiaron junto al sacerdote Amado Fernández en Ciudad de México, luego los dos primeros optaron por estar sirviendo en la sierra Tarahumara, mientras que el último, hace su apostolado en el municipio de León.

El Episcopado Mexicano ya condenó la violencia de la que fueron víctimas los sacerdotes jesuitas.

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