León, Gto. Otra vez las calles están bloqueadas por patrullas de la Policía Municipal de León. En el Barrio de San Miguel, sus habitantes saben muy bien lo que significan las cintas de precaución o de prohibido el paso cuando hay algún acordonamiento.
‘¿Ahora a quién mataron?’, se preguntan los vecinos ante un nuevo asesinato que terminará sin resolver y que acaba de pasar minutos antes de un mediodía entre semana.
En varias de sus calles los asesinatos han ocurrido en más de una ocasión en el mismo sitio y su colindancia con colonias como Las Margaritas, La Luz, San Nicolás y San Juan de Dios, hace que los delincuentes puedan moverse con total libertad cuando cometen sus crímenes y delitos.
Pues así como las ejecuciones con armas de alto poder pasan a plena luz del día y a la vista de testigos, también los delincuentes que te interceptan con un cuchillo o una pistola son como piedras en el camino con la que se desea no tropezar.
Cuentan sus vecinos que como en todos lados hay focos rojos en sus calles, aunque muchos saben que no solo la falta de valores originó tanto mal en la colonia, pues la venta de droga para muchas familias y grupos de amigos comenzó desde generaciones atrás, como un trabajo informal que les dio dinero fácil.
Muchas de las víctimas de homicidio doloso que han muerto en el Barrio de San Miguel crecieron envueltos indirectamente en el negocio de la venta de droga pues sus padres, tíos y hasta primos por generaciones se han dedicado a esta actividad ilícita.
Solo que antes, menciona un vecino, todo estaba controlado y el territorio repartido entre distribuidores y vendedores, no había guerra por la plaza y cuando había noticias con saldo de muertos era por las riñas entre pandillas y no como cuando se enteran hoy en día que alguno de sus habitantes fue privado de su libertad y luego encontrado asesinado en otra colonia.
“Ahora ya son cárteles que pelean y defienden el territorio, quieren tener todo el control de la plaza y si no están con ellos son sus enemigos, si la gente que vende droga o está con cierto grupo se cambian de bando, además de quedar como traicioneros se ganan un boleto al más allá porque evidentemente van a ser asesinados por los sicarios con los que alguna vez trabajaron o les dieron protección”, platica una vecina que por motivos obvios de seguridad no dijo su nombre.
La prueba de la violencia que se vive en el barrio son los boquetes por los impactos de los disparos que hay en las fachadas de viviendas donde los hechos terminaron con multihomicidios de familias.
Muchas fachadas de otras viviendas en esta colonia tienen huellas de que las rafaguearon y ante las autoridades de la Fiscalía General del Estado, tenían investigaciones por estar relacionadas en actividades ilícitas o por tener reporte de venta de drogas.
Los vecinos de toda la vida cuando sucede un hecho del alto impacto deducen lo que sucedió de inmediato, pues el ‘vendían droga’, o el ‘eran rateros’, son frases comunes de sus habitantes cuando se enteran que alguien de la zona fue asesinado.
Incluso otros dicen que todo mundo menos las autoridades saben dónde están los puntos o centros de distribución de sustancias ilícitas que hay por la colonia.
‘El que mal empieza mal acaba’, dicen sus habitantes. ‘Lo malo es que estamos entre homicidas y en calles donde avientan muertos amordazados y con huellas de extrema violencia delante de los niños’.
Sin embargo muchos aseguran que cuando las víctimas son ‘inocentes’ el enojo y la indignación se hace presente en el barrio e incluso las venganzas contra familiares de los occisos son otros de los recuerdos que los vecinos tienen de ellos.
“A mí una vez me asaltaron aquí en el Barrio de San Miguel, iba caminando para tomar la ruta 9 en la calle Centenario, yo salí de la prepa oficial y los que asaltaron con unos cuchillos se fueron corriendo para una de esas casas donde están los dos hombres muertos”, contó una joven que no pudo llegar a su trabajo debido a que los investigadores realizaban el peritaje y no la dejaban ingresar por el resguardo.
Habitantes de la colonia se dijeron en modo alerta cuando salen por el barrio ya que saben que en cualquier momento las detonaciones de las armas de fuego los pueden sorprender y el temor más grande es el estar en el fuego cruzado de un ataque o enfrentamiento, justo en el lugar y hora equivocada.
Los delitos como robo con violencia son otro de los riesgos que sufre un peatón en esta colonia pues es una de las más reincidentes también para las autoridades quienes además es donde más personas en posesión de drogas detienen.
Después de los homicidios, los asaltos violentos las autoridades se encargan de detener y consignar al Ministerio Público a todo aquel usuario de drogas en posesión de sustancias ilícitas.
Los datos de la Secretaría de Seguridad Pública de León, confirman que por las calles de San Miguel es por donde más se mueve y consume la droga. Tan solo durante el primer mes de enero la Policía Municipal detuvo a mil 57 detenidos por delitos contra la salud en la ciudad y fue esta colonia, la que tuvo el mayor número de arrestos.
“En donde menos te lo esperas te venden droga en esta colonia: en las tiendas en las casas o así en lugares vacíos, como en esa casa donde ya han matado gente antes y no pasa nada, hasta hay unas cámaras de vigilancia del gobierno y ni así se la piensan en cometer delitos y en asesinar personas”, contó una mujer durante el acordonamiento de un ataque a balazos el pasado jueves que dejó a 4 jóvenes muertos.
El multihomicidio fue cometido por los tripulantes de un vehículo Volkswagen color gris y los asesinos dispararon con armas largas. Dos de los fallecidos murieron sobre la banqueta, a lado de una motocicleta en venta de la que se bajó uno de ellos.
Los otros dos jóvenes alcanzaron a correr al interior de la vivienda utilizada por más personas que iban tanto a refugiarse cuando cometían delitos y para consumir drogas sin que corran el riesgo de que se los lleve la policía.
Sin embargo la ráfaga de detonaciones que reportaban los vecinos a las autoridades ya le había quitado la vida de manera inmediata a otro joven al interior de ‘la casa de pánico’ y dejado uno más en estado grave de salud.
Los tres fallecidos cuando fueron asesinados no estaban identificados de manera formal. Únicamente se sabe que Edwin, de 21 años, fue el sobreviviente que murió momentos más tarde cuando se encontraba ya en el hospital.
Más tarde la Fiscalía General del Estado, confirmó a través de una ficha informativa que los otros tres hombres habían sido identificados por sus familiares pero no se brindaron más detalles sobre sus identidades y edades.
Las nombradas ‘casas de pánico’ son una de las tantas problemática para los vecinos, pues justamente el lugar donde se cometió el ataque en contra de 4 jóvenes que se encontraban afuera de la vivienda, era una de estas donde adictos suelen consumir drogas como fumar metanfetamina en un foco o piedra de cocaína en una lata de aluminio.
Las drogas duras como el cristal, la piedra, la cocaína y hasta pastillas psicotrópicas, son de las tantas que se puede encontrar en el mercado negro, así como de dosis marihuana, cuyo olor de la combustión emana de las calles como Río Mayo, Río Santiago, Tierra Blanca, Honda de San Miguel o Río Panuco, sin horario, de día y de noche.
Datos recopilados por Zona Franca señalan que al menos en lo que va del año en el Barrio de San Miguel han sido asesinadas 5 personas durante enero, 2 en febrero y 4 en marzo, por lo que no hay mes en este 2020 donde no haya tranquilidad para sus habitantes.