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jueves, abril 25, 2024

La historia de ‘Memo Plastilina’ o cómo vivir de lo que te gusta sin morir en el intento

León, Gto. “La gente me llegó a decir que buscara un trabajo de verdad, que ya dejara de jugar con plastilina, y ahora puedo decir que yo vivo de hacer monitos de plastilina”, narró el ilustrador de cuentos para niños, Guillermo Castellanos, mejor conocido como ‘Memo Plastilina’, quien lleva más de 20 años transformando este material en niñas con cola de dragón, abuelitas de pelo rosa, fantasmas, animales y todo lo que su imaginación le permita.

En entrevista para Zona Franca, Memo contó que sus inicios en la ilustración de cuentos datan de cuando tenía 20 años y estaba estudiando la carrera en Diseño, al mismo tiempo que trabajaba en una empresa dedicada a los materiales didácticos y querían lanzar una nueva marca de plastilina, por lo que necesitaban alguien que aplicara talleres con este material: ahí empezó la magia.

 

“Le fui encontrando el amor al material, me gustó mucho cómo los niños empiezan a transformarse cuando juegan con plastilina, es un gozo que se expande (…) Los pasé del papel a la plastilina y así fue como empecé, yo quería emular de alguna manera la misma experiencia de los niños con la plastilina cuando hago mis ilustraciones””, describió.

Posteriormente ilustró los cuentos de diferentes autoras, pero el que más recuerda es ‘La abuela de pelo rosa’ por ser su primera colaboración con la creadora de contenidos infantiles Tessie Solinís.

Luego continúo trabajando con otros autores hasta que el año pasado se decidió a lanzar su propia historia bajo el título ‘Evasaurio’, que narra la historia de una niña pequeñita, muy segura de sí misma que quiere ir a la escuela pero tiene una pequeña diferencia con sus demás compañeros: una cola de dragón.

Para llegar a esta creación, ‘Memo Plastilina’ se inspiró en una niña que conoció en uno de sus múltiples talleres que imparte donde estaba contando una historia sobre un gato que en en su imaginación crea un monstruo el cual tenía una cola de dragón y como tenían en tamaño real a un ser fantástico y los niños podían jugar con él, una tímida niña tomó la cola de dragón, se la puso y de ahí nació ‘Evasaurio’.

“Era una niña muy pequeñita, delicada, linda, tímida, hablaba muy bajito, se levantó y fue a agarrar la cola del dinosaurio, en el momento en que se puso la cola del dinosaurio parece que era otra persona porque empezó a actuar como dinosaurio, hacía rugidos (…) yo estoy muy agradecido de presenciar ese momento, porque esa fue la inspiración para hacer el libro”, comentó.

Este libro fue presentado en la Feria Nacional del Libro de León (FENAL) el año pasado y al tener tan buena aceptación por parte de los niños, se encuentra actualmente realizando una segunda parte de la historia.

Su próximo proyecto llamado ‘Huella’ estaba programado para lanzarse en abril; sin embargo, debido a la fase 2 del COVID-19 será anunciado hasta nuevo aviso. Esta historia también trata de dinosaurios y de niños.

Mi inspiración surge en las mañanas: Memo Plastilina

Un día normal en la vida de Guillermo Castellanos comienza por la mañana en Guadalajara, donde actualmente vive y donde diariamente se toma un tiempo para salir a pasear a su perro, caminar por el parque y tomar energía necesaria para regresar a su casa donde tiene su taller y se pone a trabajar en lo que más sabe: cuentos y plastilina.

El ilustrador comenta que las paredes de su taller están llenas de cuadros hechos de plastilina, ilustraciones de cada libro donde ha participado y también de otros artistas que le gustan.

“Cuando el sol se esconde procuro hacer otra cosa como ver series animadas para saber cómo cuentan las historias para niños otras personas”, expresó.

De igual manera destacó que la situación en el país para la comunidad artística es complicada porque viven al día, pero insiste en que al final de cuentas hay una satisfacción personal y un gusto por seguir haciendo las cosas.

“Vivir dignamente de aquello que nos gusta hacer (…) Esta es una parte del ser humano que no puede formar ninguna otra actividad”, recalcó.

A pesar de escuchar una y otra vez el trillado ‘te vas a morir de hambre siendo artista’, Memo decidió dedicarse a esto, a la par de los talleres que imparte principalmente en escuelas.

“Estuve dispuesto a sacrificar lo que en verdad me gustaba por el miedo a que en un futuro no pudiera mantenerme ni vivir de esto (…) aún así con las dificultades vale la pena, la comunidad artística desearíamos tener un mejor lugar que pudiéramos tener más respaldo, servicio médico que la mayoría no tenemos por trabajar por nuestra cuenta y que se reconociera el servicio que nosotros damos a la sociedad”, subrayó.

Finalmente, invitó a quienes estén interesados en conocer su trabajo a buscarlo a través de sus redes sociales (Facebook e Instagram) como ‘Memo Plastilina’, nombre que ha llevado con orgullo por más de 20 años, junto a sus coloridos y fantásticos personajes.

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