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jueves, marzo 28, 2024

La paternidad, un derecho y obligación ausentes en la sociedad mexicana

*Con información de Alfonsina Ávila

Guanajuato, Gto. Este domingo se festeja el Día del Padre; sin embargo, no existen estadísticas detalladas sobre la paternidad en México, tampoco suficientes avances del gobierno para generar políticas públicas que atiendan el tema como un derecho y una obligación.

Un padre adolescente, soltero o con pareja del mismo sexo, son algunas de las múltiples posibilidades de la paternidad que viven los hombres hoy en día y que no son reconocidas, gracias a que la cifra de “padre ausente” es mayor, pues de acuerdo al Censo de Población y Vivienda 2010 un total de 11.4 millones de familias les falta el padre y cuatro de cada 10 hogares tienen un padre ausente.

“Saber cuántos padres se celebran el  domingo 18 de junio es una tarea complicada porque no existen estadísticas detalladas sobre la paternidad en México.  Las cifras al respecto son escasas y su elaboración comenzó en las oficinas de estadística oficiales apenas al inicio del presente siglo. No se sabe con exactitud cuántos mexicanos varones se vuelven padres de familia cada año, la edad promedio a la que tienen su primer hijo o el número de hijos que tienen”, señala un estudio del 2016 de Salvador Moreno Pérez, investigador del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop).

De acuerdo a la encuesta Nacional sobre la Dinámica en los Hogares 2016 (ENDIREH-2016) del INEGI, 21 de cada 100 mujeres son jefas de hogar, mientras que en el caso de los hombres lo son 72 de cada 100. Asimismo, 58 de cada 100 mujeres son esposas o parejas, mientras que solo 5 de cada 100 hombres son esposos o parejas.

Otro dato relevante es que en 63 de cada 100 nacimientos la edad del padre oscila entre los 20 y 34 años de edad, mientras que el grupo de 15 a 19 años hay un bajo porcentaje del 6.0% en relación al de las mujeres que es del 17 por ciento.

Es decir que hay un porcentaje muy bajo de hombres que durante la adolescencia tienen a su primer hijo o hija; sin embargo, pasados los 20 años es cuando existe mayor probabilidad de que sean papás, aunque hay una muy baja posibilidad de que formalicen una relación de pareja o de matrimonio, pero quienes lo deciden en su mayoría terminan siendo los jefes del hogar, encargados de proveer.

En materia laboral, actualmente La Ley Federal del Trabaja señala en el artículo 132, fracción XXVII bis que el patrón está obligado a otorgar un permiso de paternidad de cinco días laborales con goce de sueldo a los hombres trabajadores por el nacimiento de sus hijos, o bien, por adopción de un infante.

Con estas estadísticas y con las leyes que se han aprobado al momento, se refleja que hay poco interés de la sociedad y del gobierno en reforzar la paternidad responsable, ya que a pesar de que la cifra de “padres ausentes” es muy representativa, tanto en los trabajos, como en el hogar, el papá sigue siendo esa figura que se encarga de proveer, pero no de acompañar al niño o niña en su crecimiento, ni en la parte afectiva.

“Paternaje” y “Maternaje”

De acuerdo al psicólogo Ricardo Macías Rodríguez, para que un ser humano pueda desarrollarse requiere del “maternaje” y “paternaje”; sin embargo, esto no significa que siempre el “maternaje” lo lleven a cabo las mujeres y el “paternaje” los hombres.

Explicó que lo primero que se tiene que tomar en consideración es que la persona elija ser progenitor, tanto si es padre o madre. Posteriormente puede asumir el “maternaje” o el “paternaje” o ambas, dependiendo la situación.

“El “maternaje” tiene que ver con lo que se la ha puesto socialmente a la mujer en cuanto a los cuidados, la alimentación y lo doméstico y el “paternaje” son todas estas actividades que se le han puesto al hombre para ser el proveedor, administrador económico, la fortaleza de un hogar y en ambos casos se supondría que no tiene que ver con el sexo, es decir que una mujer puede ejercer “maternaje” y “paternaje” y un hombre puede ejercer “maternaje” y “paternaje”, detalló.

Para que un niño o niña crezca de la forma más estabilizadora y equilibrada posible deberá tener ambos; por ejemplo, en el caso de los padres solteros, ellos deben ejercer el “maternaje” y el “paternaje”, o bien algún otro miembro de la familia o persona allegada puede asumir uno de esos roles.

“Hay padres que sí buscan ser más activos a diferencia de generaciones anteriores, porque estaba muy marcado el rol del “maternaje” y “paternaje” (…) actualmente hay padres que buscan estar más presentes para sus hijos, todavía falta, pero pareciera que socialmente era el mandato social más puesto a la mujer y ahora ya se está volteando a ver que el hombre también esté presente, pero todavía falta mucho”.

En el caso de los padres adolescentes mencionó que los casos son más limitados, porque más bien son ellos los que se van y esto se debe en su mayoría a ellos no son los que procrean formalmente, por lo que no lograr asumir la responsabilidad y por esto pareciera que es más fácil escabulluirse

El psicólogo destacó que a pesar de hay una mayor participación del padre en la vida de los hijos, faltaría que el gobierno se esfuerce en implementar políticas públicas para que deje de suponerse que la crianza de un hijo debe tener un mayor peso para las mamás.

“La idea es que haya maternaje y paternaje, más que mamá y papá, todo se ha puesto a nivel del sexo y no de la función, no importa si son dos hombres, o una mujer sola, o un hombre solo, siempre y cuando haya esta combinación de maternaje y paternaje”, concluyó.

Acoplándose a la vida de Padre Soltero

Luis “N” tenía 39 años cuando su esposa tuvo fuertes problemas psicológicos y regresó a su ciudad de origen en Estados Unidos, dejándolo con sus dos hijas de 8 y 4 años de edad.

Antes de que su exesposa se fuera, ella se encargaba de ir a las juntas, llevar y recogerlas a la escuela y en general de los trabajos domésticos, pero cuando se marchó, él comenzó a encargarse de esas labores, con ayuda de su mamá, hermanas y de una persona que contrató para que las cuidara por las tardes mientras él estaba en el trabajo.

“Sí era complejo sobre todo por el aspecto sentimental de que no estuviera su madre, para ellas era un golpe difícil de sobrellevar, para mí también, aunque siempre tuve apoyo de mi mamá y hermanas, no recurrí tanto a guarderías, sino con apoyo familiar”, explicó.

De acuerdo a lo que narra Luis, con quien más problemas tuvo al inicio fue con su hija mayor, porque era la que más acostumbrada estaba a su mamá, además que estaba muy consciente de la situación, por lo que tuvo que acudir a terapia psicológica, lo cual le ayudó bastante.

“El hecho de que estuvieran acostumbradas a su madre no fue tan sencillo para ellas, sobre todo para la mayor, porque a la pequeña la dormía, le contaba cuentas y se sentía protegida, pero la mayor tenía una mayor relación con su mamá que conmigo porque yo siempre estaba trabajando y ella no aceptaba y había choques, más cuando se volvió adolescente”.

Respecto a si tuvo señalamientos en la escuela o de manera general en la sociedad, Luis asegura que en su caso no tuvo este problemas porque siempre tuvo apoyo de su familia y amigos.

Algunos años después que su exesposa se fue, se divorciaron por mutuo consentimiento, y él se quedó con la patria potestad, aunque ellas podían visitar a su mamá en Estados Unidos siempre y cuando él las acompañara.

Ambas hijas fueron deseadas y al momento que las vio nacer asegura que tuvo un momento de mucha felicidad. Sin embargo, comenta que al inicio que su exesposa se fue sí le costó trabajo adaptarse, pero ahora se siente satisfecho de saber que él siempre estuvo ahí para ellas y lo sigue estando.

Actualmente sus hijas tienen 20 y 24 años y tanto él como ellas concluyen que se las cosas se sobrellevaron bien y al final lograron adaptarse y llevar una vida íntegra.

En clóset para proteger a sus hijos

Raúl Ruiz y Osvaldo formaron una familia. Desde hace 16 años crían a sus dos hijos, quienes son consanguíneos de Raúl. Dentro de su educación han enfatizado en inculcarles valores de respeto y tolerancia, pero no ha sido fácil, porque han tenido que imponerse a la discriminación social y gubernamental.

La pareja trabaja desde hace varios años para impulsar los derechos de la comunidad LGBTTTI en Guanajuato, considerado como un estado conservador, en la Asociación Civil Círculo Diverso de México.

Aunque Raúl y Osvaldo tienen más de 16 años juntos, hasta hace tres años unieron su vida de forma legal, pues aún no hay leyes que den garantías a los derechos civiles de esta comunidad.

Ellos afirman que existe mucha discriminación contra los hijos de las parejas homoparentales, lesbomaterna y transgénero.

“Hemos sabido educar aún con esas dificultades, contra la burocracia y la falta de sensibilidad del personal de la educación, y hago hincapié porque siempre estuve en las juntas del kínder, de la primaria, de la secundaria y hasta ahora de la preparatoria. A falta de una legislación real que sancione de manera eficaz la discriminación para personas LGBTTTI y que atacan al colectivo. No podemos pasar por alto que la falta de estas garantías también repercute a nuestros hijos”, relataron.

Raúl Ruiz enfatizó que  falta capacitación y sensibilización en las escuelas primarias y secundarias por parte de los docentes para evitar la discriminación a sus hijos.

“Los papás permanecemos herméticos en un clóset, para que nuestros hijos no se vean afectados en instituciones de educación pública, si bien es cierto, la sociedad empieza abrirse en factores incluyentes en nuestra población, en las primarias y secundarias no es fácil” ¿Cómo le dices a tu compañero de primero o segundo de secundaria, que mi familia es homoparental? Es difícil, no existe esa educación en materia de identidad de género a docentes y a personal de las escuelas desde primaria y secundaria”.

Al momento, los hijos de Raúl tienen 21 y 18 años. Su hijo cursa la preparatoria donde abiertamente expone que sus padres son una pareja homoparental. Raúl comentó que en todo momento busca inculcarles a sus hijos que tengan una vida llena de valores, para tolerar y respetar la decisión de las personas.

Raúl Ruiz consideró que Guanajuato tiene una deuda para garantizar en materia de derechos igualitarios a la comunidad LGBTTTI, pues falta homologar leyes estatales con federales. Temas como el matrimonio igualitario, así como el reconocimiento de la identidad de género, la adopción y derechos de salud a las personas transgénero.

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