León, Gto. No todo el antiguo mercado de la plaza Praxedis Guerrero ha caído en el olvido.
Una decena de negocios siguen dando vida a este espacio comercial donde el abandono ciudadano ya forma parte de su atmósfera.

Esta plaza de locales forma parte de un pasillo que conecta las calles Belisario Domínguez y Álvaro Obregón.
Pocos leoneses la recorren, pues su aspecto cerrado da la impresión de que está inactiva, sin embargo, aún hay quienes no dejan morir el lugar.
En el acceso principal, un letrero da la bienvenida al mercado de artesanías, aunque a simple vista solo se observan un par de negocios abiertos.
Al avanzar, el panorama cambia: hay locales que ofrecen tenis, calcetines, mochilas, dulces, ropa, regalos, comida, un taller de calzado e incluso el acceso trasero a un par de hoteles cercanos a la avenida Miguel Alemán.

Entre locales cerrados, no es raro ver a personas en situación de calle descansando en el lugar, que en horas tranquilas ofrece sombra y silencio.
A mitad del pasillo, un negocio ofrece servicio de baños públicos por cinco pesos.

Las paredes del pasaje están cubiertas con grafitis y algunas rejas lucen cartulinas con advertencias para evitar que las personas se orinen ahí, alertando que hay cámaras de vigilancia.
En caso de sorprender a alguien orinando o defecando, se advierte que será consignado a las autoridades.
Pese a lo que parece ser un rincón olvidado del Centro, los comerciantes aún activos mantienen la unión vecinal y piden respeto al espacio, alertas especialmente ante quienes aprovechan la soledad para faltas al orden.
Luis, uno de los locatarios que ofrece renta de consolas de videojuegos, contó que aunque el lugar se ha ido vaciando con los años, aún hay espacio y voluntad para reactivarlo.
Recordó que hace décadas este pasillo era parte de la primera zona piel de León, pero con el paso del tiempo fue perdiendo vida.

Cabe señalar que a unos metros de este mercado fueron recientemente retirados decenas de comerciantes ambulantes.
Aunque se les propuso reubicarlos en estos locales vacíos, muchos prefirieron otros espacios para vender.
Hoy, con una decena de comerciantes en pie y más de sesenta locales cerrados, el mercado Praxedis Guerrero resiste como un vestigio de la actividad comercial del Centro, aferrado a la esperanza de no desaparecer.