Guanajuato. La maestra Amaranta Sotelo, quien denunció los casos de acoso sexual que se suscitaban al interior del plantel del SABES Echeveste en León, mantiene su puesto de trabajo en vilo.
La docente que sufrió represalias laborales al sumarse apoyo a las niñas víctimas de la violencia sexual, se encuentra reuniendo toda la información necesaria para litigar su reinstalación.
En abril estudiantes, padres de familia y egresados del SABES se manifestaron por la mañana afuera de las instalaciones de la institución educativa, para denunciar las situaciones de acoso por parte de algunos maestros así como el despido injustificado de la maestra Amaranta Sotelo.
A la maestra se le acusó de incitar a los alumnos a expresarse a través de grafitis dentro del bachillerato.
Posteriormente José Manuel Mendoza, coordinador de Relaciones Laborales en el SABES, explicó que fue mediante un sondeo se detectaron actividades inadecuadas por parte de un profesor, la respuesta fue inmediata pues se dio por finalizada todo tipo de relación laboral.
En el mes de marzo y en el marco del día de la mujer las alumnas del Sabes Echeveste se manifestaron señalando a otro docente, situación que no se reflejó en el primer sondeo, fue a partir del 17 de abril y que derivado de la situación que se comenzó actuar de acuerdo con los protocolos.
“Ya después de pasados todos los lapsos para yo haber sido notificada de cualquier situación, no sucedió. Entonces, ahora sí está clarísimo que fue un despido injustificado. Desde el principio así parecía, pero bueno, ahora es clarísimo que eso es lo que sucedió. Yo no recibí nada, absolutamente nada”, indicó la maestra al respecto.
En la escuela hubo reuniones con madres, con padres de familia por parte Ignacio Guerrero Pérez, coordinador regional de la zona y de José Manuel Larrea Mendoza, responsable de relaciones laborales. Se abordó el tema pero no sabe más, al haber sido bloqueada del SABES.
“Se que uno de los maestros, el maestro que permanecía en funciones después de haberse señalado de acoso, de tocamiento, de violencia sexual contra las alumnas, hasta donde se fue despedido”.
Por ahora sigue en tiempo para interponer su demanda. Por lo que está recopilando la información, testigos, documentos, contratos colectivos, recibos de nómina.
“Se que va a ser un proceso largo. Todos los abogados, las abogadas con quien me he asesorado, todos me hablan de que va a ser un proceso largo y que al final del día, incluso si el fallo fuera a mi favor y se lograra la instalación, que es lo único que yo estoy buscando”.
Dijo que también existe la posibilidad de buscar el pago de lo que constitucionalmente le corresponde con una indemnización justa, pero en realidad su objetivo es recuperar su empleo.
“No he hecho nada como para que me puedan correr. Pero lo que me han hecho los abogados es que incluso si la autoridad manda lo ordena, el SARES todavía se puede resistir y puede decir que no y que me van a pagar lo que corresponde”.
Expuso que dado que no hubo ninguna notificación de ningún tipo, se equipara a un despido injustificado.
“Pero sí es muy importante señalar que fue en el contexto de este respaldo que yo di a las estudiantes cuando empezaron a levantar la voz por los casos de acoso y también importante, de encubrimiento”, advirtió.
