Guanajuato. Manuel Retana es mexicano y tuvo que solicitar en 36 ocasiones becas para estudiar la universidad en Estados Unidos antes de entrar a la NASA. Ahora, desarrolla un soporte de vida para los astronautas en las naves espaciales.
El joven trabaja de lleno en la NASA, contó que la perseverancia fue una de las claves para poder entrar al gobierno de Estados Unidos, en uno de los departamentos más importantes.
Durante un conversatorio organizado por la Secretaría del Migrante y Enlace Internacional Manuel Retana narró que sus padres son de Durango, luego se fueron a buscar una mejor vida a Estados Unidos. Él y sus hermanos nacieron ya en el país vecino.
Después sus padres se separaron y su madre llegó a vivir a San Miguel de Allende donde radicó una gran parte de su vida como niño. A los 15 años regresó a vivir con su padre y empezó a estudiar.
Retana dijo que siempre le ha gustado la escuela, entonces se metió en un grupo de Mariachi en la escuela medio superior, con ellos, ganaron el tercer lugar en la estatal, pues en 20 años no se había ganado ese premio para la escuela.
Recordó que la relación con su papá no fue muy buena, luego se metió a robótica. Se fue a vivir solo para seguir sus estudios universitarios a Las Vegas. Manuel Retana refirió que fue complicado dejar a su familia en San Miguel de Allende en 2010, dos años después de la recesión mundial.
Después se fue a vivir a Las Vegas y aplicó a más de 36 becas porque la licenciatura costaba más de 80 mil dólares en el estado.
Entró al programa de la NASA, y en la licenciatura fue a pasantías y luego trabajo de tiempo completo. Si dejaba la escuela lo dejaban fuera.
“Yo lo he visto, México tiene mucho talento, los ingenieros de aquí son de lo mejor, pero no hay este tipo de trabajos y muchos se tienen que salir de su país. Lo importante es cosechar ese talento, a través del gobierno y las empresas privadas para crear industrias donde el mexicano pueda contribuir”.
Actualmente Manuel Retana forma parte de un equipo en la NASA que realiza sistemas para adaptar la vida de los astronautas en las naves espaciales, con el fin de reutilizar el dióxido de carbono de la respiración y transformarlo en oxígeno y agua.
“Queremos crear sistemas que puedan soportar la vida, queremos en la NASA crear una base lunar y demostrar que podemos tener astronautas viviendo ahí por bastante tiempo sin ningún problema. Si lo logramos, seremos capaces de ir a Marte en 2024”.
