Guanajuato. Ha pasado más de un mes desde el feminicidio de Ana Guadalupe Arellano Juárez, una enfermera de 28 años en Acámbaro, y las autoridades aún no han logrado detener a su expareja y posible agresor, Ramón Efraín.
A pesar de las protestas organizadas por la familia de Ana y colectivos feministas en Acámbaro, el temor de que el caso quede impune sigue presente.

“El 26 de diciembre mi hija decidió separarse de su actual pareja, Ramón Efraín, porque en varias ocasiones recibió agresiones”, relató su madre.
Recordó que en 2023 Ana presentó una denuncia después de que Ramón intentara ahorcarla frente a su familia, quienes testificaron a su favor.

“Después del 26 de diciembre, cuando decidió separarse y correrlo de la casa donde vivíamos mi esposa y yo, él la seguía buscando con la intención de volver, argumentando que quería quedar en buenos términos por su hija”, explicó.
Sin embargo, señaló que esas conversaciones terminaban en discusiones.
El 26 de enero de este año, Ramón salió de su trabajo como guardia de seguridad y acudió al domicilio donde Ana convivía con amigos de la secundaria.

“Él llegó preguntando por ellos y se hizo de palabras con Jerat. Me imagino que llegaron a los golpes. Le disparó gas lacrimógeno, mi hija los separó y entonces Ramón le encajó una navaja en el tórax, lo que le perforó el corazón”, relató su madre.
Ana fue trasladada en un vehículo, pero no logró sobrevivir.
Las autoridades la notificaron del fallecimiento y tomaron su declaración el lunes siguiente en Celaya. El jueves le informaron que se había emitido la orden de aprehensión, pero hasta la fecha, Ramón no ha sido localizado.
“Va más de un mes de los hechos y no se sabe nada de él”, concluyó la madre de Ana.