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jueves, abril 25, 2024

#MenstruaciónDigna: colectivo busca que en México no se cobre impuestos a toallas, tampones…

Ciudad de México, (SinEmbargo). Diversas organizaciones civiles y congresistas de distintos partidos lanzaron la iniciativa #MenstruaciónDignaMéxico para comenzar la discusión en torno a este tema y que empiecen a considerarse las políticas públicas necesarias para que la menstruación deje de ser un asunto privado, se garantice el acceso a la salud para las mujeres y se aplique la tasa cero a productos como toallas femeninas y tampones.

Lo que se busca es posicionar la gestión menstrual en un tema de agenda política y disminuir las desigualdades estructurales que impiden a niñas, adolescentes y mujeres vivir una menstruación digna.

En el primer foro realizado en México, diversas especialistas hablaron sobre lo que significa menstruar en el país, un tema considerado tabú durante años y que está rodeado de prejuicios y machismo. Anahí Rodríguez, investigadora del Instituto de Estudios sobre Desigualdad, explicó en su ponencia que aunque las mujeres están condicionadas a no hablar de menstruación, para realizar cambios en la ley debe haber una transformación de la opinión pública y de mentalidad, ya que la gestión menstrual “no es ni lujo ni privilegio, es derecho”.

“El IVA para 64 millones de mujeres en productos para la menstruación es injusto e inequitativo, no se puede pagar un impuesto por menstruar. Existe la tasa cero y eso garantiza el acceso a esos productos, por ejemplo, hasta antes de 2013 la goma de mascar tenía casa cero, podemos vivir sin goma pero no sin productos para menstruar”, comentó.

Una investigación realizada por SinEmbargo arrojó que una mujer gastará hasta 36 mil pesos en productos para su menstruación durante su vida reproductiva.

Ese es un gasto básico, ya que no es decisión de la mujer comprarlos o no. Así se profundizan problemas como la brecha salarial de género y prácticas como el “impuesto rosa”, que es el sobreprecio de un producto que se ofrece con características “para mujer”.

También es un tema de acceso a derechos y economía del hogar, ya que la suma se incrementa por las características de los hogares, por ejemplo, si una familia está conformada por cuatro o cinco integrantes y hay al menos tres mujeres que menstrúan, el gasto anual puede llegar a los 8 mil pesos en promedio por año.

Anahí Rodríguez agregó que además de la economía hay otros factores que provocan una pobreza menstrual. Por ejemplo, la falta de infraestructura “en la Ciudad de México, el 36 por ciento de la población no tiene abastecimiento de agua, eso dificulta, por ejemplo, el uso de copa menstrual”.

La situación se va complicando; las mujeres en situación de calle, continuó, tienen que decidir si comen o compran toallas y tampones, ya que la menstruación ocurre tengas o no casa.

La Diputada Lorena Villavicencio de la bancada del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que también participó en el foro y fue cuestionada sobre cómo sería la aprobación de dar tasa cero a los productos menstruales en el Congreso.

“Les voy a decir, el machismo se refuerza en los ámbitos de poder. Tenemos un dato alentador: 241 diputadas, lo que puede facilitar cualquier tipo de modificación, pero no todas ellas tienen un compromiso y militancia con las causas de las mujeres, no hay conciencia de género. Si la tuvieran podríamos definir los presupuestos, pero los partidos ejercen una especie de control sobre muchas mujeres que pueden parar iniciativas”, aseveró.

LA IMPORTANCIA DE HABLAR

Sally Santiago, investigadora en Estudios de la Mujer de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) habló sobre la relevancia de atender la salud menstrual. Dijo que además de que puede ser molesta por los padecimientos como el flujo abundante y/o  cólicos que impiden a las mujeres realizar sus actividades, están las construcciones sociales que remiten a la vergüenza y a todo lo negativo que tiene la menstruación socialmente.

“El tabú y el silencio tiene un mandato de ocultar la menstruación porque es la interpretación que otros le dieron, son los discursos biomédicos y religiosos […] La salud menstrual no es relevante porque nos enseñan que es normal sufrir, crecimos con la idea de que así tiene que ser y lo tenemos que aguantar, que es una desventaja y la tenemos que sufrir. Se nos enseña a que no se note, ocular los síntomas, que nadie se entere, ocultarlo de la mirada masculina, tenemos la menstruación en el clóset”, señaló.

Al menos en las últimas dos décadas, en países como Estados Unidos y Argentina se ha logrado colocar el tema del acceso a los productos básicos para la menstruación, ya sea entregándolos de manera gratuita en escuelas y cárceles o al menos quitándoles el IVA, pero en México apenas se encuentran dos puntos de acuerdo en el Congreso que no prosperaron.

Incluso, agregó Elena, en nuestro país a la copa menstrual todavía no se levanta la alerta sanitaria de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Sin embargo, la que ya está a la venta tiene un costo de más de 500 pesos, lo que aún no la hace accesible para todas las mujeres, además de que su uso requiere condiciones como acceso a agua limpia y sensibilización.

“Si no se tienen esas condiciones económicas y materiales, la infraestructura adecuada para la higiene, estamos hablando ya de pobreza menstrual. La menstruación tiene que ver con los derechos humanos, es un tema social y de salud, que puede significar la mejoría de la vida para todas las mujeres […] Se debe politizar y hablar de ello y hacer de algo personal algo político”, concluyó.

De acuerdo con datos que brindó Jimena Muñoz, fundadora de la organización Elefante Rosa, una mujer menstrua, en total, dos meses al año, hasta 2 mil días en su vida y la mitad de su vida; el 20 por ciento de las mujeres no realizan sus actividades comunes por dolor menstrual intenso.

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