Ciudad de México, 15 de abril (SinEmbargo).- El Gobierno de Michoacán hará oficial una nueva medida que prohibirá la interpretación de narcocorridos en eventos públicos dentro del estado.
El decreto, que será firmado por el Gobernador Alfredo Ramírez Bedolla el próximo miércoles 16 de abril, busca frenar la apología del delito y contribuir a la pacificación de la entidad.

Con esta disposición, municipios y autoridades locales deberán abstenerse de otorgar permisos para conciertos, bailes y espectáculos donde se interpreten canciones que glorifiquen actividades delictivas.
Las sanciones por incumplimiento podrían abarcar desde multas económicas hasta la cancelación de eventos, según lo que se establecerá en el decreto.

No obstante, la restricción se limitará a espectáculos públicos, por lo que quienes deseen escuchar este género musical podrán hacerlo libremente en espacios privados, como sus hogares o vehículos.
“No se prohíbe la reproducción de cualquier tipo de música en lugares privados, como vehículos o hogares; ahí cada quien puede escuchar lo que desee. Sin embargo, los conciertos, bailes o eventos públicos donde se promueva la violencia estarán sujetos a sanciones administrativas y podrán ser cancelados”, detalló Ramírez Bedolla.
“La música no debe ser un vehículo para normalizar la violencia ni para enaltecer figuras criminales”, añadió el mandatario estatal al presentar el decreto y destacar la necesidad de fortalecer acciones de prevención.
Esta medida contra la apología de la violencia en Michoacán abrió un nuevo debate en diversos sectores.
Mientras algunas organizaciones respaldan la iniciativa por considerarla un paso hacia la pacificación, otros argumentan que podría vulnerar la libertad de expresión, y afectar a artistas y promotores culturales.
La nueva normativa entrará en vigor el próximo jueves 17 de abril, y se espera que las autoridades municipales refuercen los lineamientos para su aplicación.
Narcocorridos
En los últimos años, la llamada narco cultura ha ganado terreno en diversos sectores de la sociedad mexicana, incluyendo la música. Este fenómeno, que glorifica a grupos del crimen organizado y la riqueza derivada del narcotráfico, ha encontrado en los narcocorridos un vehículo para narrar historias reales o ficticias sobre narcotraficantes.
Según Deutsche Welle, este subgénero musical presenta a menudo a estos personajes como figuras valientes y admirables, lo que ha generado un intenso debate sobre su impacto en la sociedad.
En esta entrega de VERSUS, las periodistas Alina Duarte, Daniela Barragán, Perla Velázquez y Meme Yamel analizaron el peso que tiene el narcotráfico en la cultura y la música popular mexicana. ¿Qué hay que hacer para erradicar este problema? ¿Cómo evitar que la gente glorifique al crimen organizado?
El auge de la narco cultura se remonta al año 2006, durante el Gobierno del expresidente Felipe Calderón y su declarada guerra contra el narcotráfico. La periodista Alina Duarte señala que esta estrategia estatal no sólo visibilizó la violencia, sino que también potenció una economía criminal diversificada, que hoy se refleja en expresiones culturales como los narcocorridos. Duarte plantea la necesidad de discutir si estas canciones representan una apología al crimen organizado o si, por el contrario, son un medio de denuncia social.
Respeto la altura de miras de @LuisRConriquez al no ceder para cantar narco corridos, pese al escrutinio público que le exigía que lo hiciera, lo cual generó un desastre en la Feria del Caballo de Texcoco.
La narco propaganda llegó tan lejos y está tan interiorizada en algunos… pic.twitter.com/3ytQka63qk
— Carlos Vijnovsky Zenteno (@CarlosVZenteno) April 12, 2025
Por otro lado, Daniela Barragán destaca que algunos artistas, como Los Tigres del Norte, han utilizado su música para retratar la realidad de muchas regiones del país. Barragán subraya que la música, como expresión artística, puede ser tanto una forma de protesta como una herramienta para visibilizar las consecuencias del narcotráfico en la sociedad. Sin embargo, también reconoce que este género puede ser percibido como una glorificación de la violencia, lo que complica aún más el debate.
Recientemente, el impacto de los narcocorridos quedó en evidencia durante un concierto de Luis R. Conriquez en la Feria Internacional del Caballo Texcoco 2025.
La negativa del cantante a interpretar canciones relacionadas con el narcotráfico, en cumplimiento con disposiciones estatales, provocó abucheos y actos de violencia entre los asistentes. También reavivó la discusión sobre el papel de la música en la normalización de la violencia y la necesidad de replantear los mensajes que se transmiten a través de este género.
Finalmente, Meme Yamel y Perla Velázquez coincidieron en que el enfoque no debe centrarse únicamente en prohibir los narcocorridos, sino en analizar las consecuencias sociales que generan.
Mientras algunos argumentan que estas canciones son una expresión cultural legítima, otros advierten que su contenido puede perpetuar la violencia y la admiración hacia figuras del crimen organizado. La discusión, por tanto, sigue abierta y plantea un desafío tanto para el Gobierno como para la sociedad en su conjunto.