Ciudad de México (SinEmbargo).- Con la carga y el dolor de un país que arrastra más de 128 mil personas desaparecidas, y al grito de “las madres no se rinden”, miles de mujeres salieron a las calles este 10 de mayo para participar en la XIII Marcha Nacional por la Dignidad. Como cada año, caminaron no para celebrar, sino para exigir justicia y la localización de sus hijas e hijos ausentes, bajo un lema que ya es consigna de lucha: “las madres llegarán a la verdad”.

Desde temprano, colectivos y familiares comenzaron a reunirse en el Monumento a la Madre. Ahí, entre mantas, fotografías y consignas, empezó un recorrido que se ha vuelto costumbre dolorosa: la marcha hasta el Ángel de la Independencia para exigir búsquedas efectivas y acciones reales del Estado frente a la desaparición masiva de personas en el país.

Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, hasta hoy —10 de mayo— hay al menos 28 mil 330 personas desaparecidas y no localizadas desde 1952. Sólo en lo que va del 2025, se han reportado 5 mil 465 nuevos casos.
Del total, mil 88 desapariciones ocurrieron entre 1969 y 1991, durante la llamada Guerra Sucia. Pero la crisis se profundizó a partir de 2007: desde entonces y hasta el 25 de marzo de este año, la cifra asciende a 111 mil 885 personas desaparecidas. El 2024 fue el año más crudo, con 13 mil 525 casos registrados, una cifra que incluso supera a las desapariciones sin año especificado, que suman al menos 11 mil 456.

La jornada estuvo precedida por una velada en honor a las madres buscadoras que ya no están. Las que han muerto sin encontrar a sus hijos, pero cuya voz sigue presente en cada paso que dan quienes continúan buscando. Esta marcha no fue sólo un acto de protesta, sino también un ritual de memoria, una declaración de que el olvido no será permitido.